Frágil Como El Cristal

Al final del día, ya la confitería se iba apagando, todos se iban retirando.

- Alma, te vas a quedar más tiempo?

- si Anita, estoy atrás de un nuevo sabor, aprovecho que estoy en el laboratorio.

- bueno amiguita, pero no te quedes mucho, hay algo que se llama descanso.

- yo soy así, me conoces, además lo tengo en la cabeza, y quiero dejarlo guardado, si lo dejo para mañana, quizás no lo recuerde y cambie en algo.

- bueno, esta bien, ah, me olvidaba, el sábado por la noche, le festejaremos el cumpleaños a Antonio, contamos con vos?

- será en tu casa como todos los años?

- no a mi marido, este año se le ocurrió invitar a nuestros amigos a festejarlo en un restaurante.

- bueno, déjamelo pensar, eso de que haya mucha gente...

- ah no, mi querida, si empezaste con nuevas amistades, bien podés hacerle el favor a Antonio. No como todos los años que venís una hora antes o una hora después que se termina el festejo.

- mmmm, bueno está bien, y como me presentaría?

- que te parece Maria?, ya estamos familiarizadas con ese nombre. Algo para agradecer a tu nuevo amigo.

- María Pérez, con apellido también y vendedora de mostrador..., me gusta.

- entonces este año no hay excusas, te esperamos.

- bueno, dale.

- te quiero mucho Alma, hasta mañana.

- yo también te quiero. Hasta mañana.

Alma, estaba muy concentrada, hasta que de pronto, un sonido en su teléfono le provoca un sobresalto. Se fija quien es. Federico.

📱- Hola, ya vas camino a tu casa?

📱- no, estoy trabajando el laboratorio

📱- estoy en la puerta del local, quería saludarte.

📱- a esta hora?

📱- si, perdón, hoy tuve mucho trabajo, entiendo, será otro día.

📱- espera, ahí te abro.

Alma va a oscuras hasta la puerta de entrada del local, abre la puerta y le pide a Federico que pase.

- no pagaste este mes la luz, que estamos a oscuras?

- jajajajajaja, no, es para que nadie me vea, seguime, aquí atrás hay luz.

Federico la sigue, no quería llevarse nada puesto, no sea cuestión de romper algo, ya había dejado bastante dinero en ese local. Alma abre la puerta vidriada y ambos entran.

- ahora si, ¿cómo estás, Federico?

- muy bien, ahora veo el sentido de esta puerta, vos ves todo lo que ocurre allí, y nadie te puede ver.

- pero que nuevo amigo inteligente que tengo!!, exactamente como lo dijiste.

- o sea que viste todos estos días atrás, los papelones que me hacían hacer tu amiga y vos...

- podría decirse. Viniste a regañarme?

- no, vine a saludarte, quería decirte que es la primera vez que estuve con una mujer hasta la medianoche, y me convirtió en calabaza, ya que volví a casa solo, pero que valió la pena, me encanto esa conversación que tuvimos.

- sí, empezó tensa, pero fue muy buena, nos permitió conocernos.

- y como fue tu día?

- bien, estás parado en mi lugar en el mundo, junto con mi casa.

- de aquí sale todo lo que está en los mostradores.

- sí justo estaba en mi banco de laboratorio, estaba haciendo una nueva receta.

- como salen esas recetas de tu cabecita?, tenés los sabores gravados en tu cerebro?

- así es, he viajado a muchos países, conocí muchas especias, frutas y flores. Lo he probado todo, traje muestras y además, guardé los sabores y sensaciones en mi cerebro y después con esa información y las muestras, empiezo a crear.

- que interesante, y te falta mucho?, podríamos comer algo rápido por ahí, hoy ni tuve tiempo de almorzar. Y ya que estamos me contas de tus viajes.

- no es mala idea, unas buenas hamburguesas, aquí a la vuelta de la esquina hay quien las hace muy ricas. Pero me tendrías que esperar unos minutos, termino lo que estaba haciendo y vamos.

- claro que te espero, aprovecho a husmear la cocina de la pastelería más famosa.

- dale, estoy en aquel banco, aquí tenés sillas. Ya termino.

Federico, empieza a recorrer el lugar, no solamente el banco, todo es un laboratorio, a tal punto, que no quiso tocar nada, luego se sienta y ve a Alma muy concentrada, abre fresquitos, los huele, anota, así una y otra vez. Aprovecha esa concentración, para poder observarla detenidamente, con esa gorra y traje de chef, se la ve tan bonita, como si vistiera la ropa más cara de toda la ciudad. A través de la luz que la ilumina, puede observar sus largas pestañas, y su boca, es perfecta, se imagina mordiendo esos labios, cree empezar a entender lo que ella le decía con las especias, lo único que él se imaginaba el sabor de sus labios, la suavidad de su cuerpo y la sensación de su mirada, era exquisito lo que le ocurría en su mente y su cuerpo. Era tal el éxtasis, que en un momento decidió dejar de pensar en eso y mirar su celular.

- bueno, ya terminé, me cambio y salimos.

- bien, te espero.

Alma se dirige a un cuarto. Federico se acerca al lugar donde ella había trabajado, tocar sus cosas, era como tocarla a ella. En eso levanta la vista y encuentra la puerta entreabierta, evidentemente Alma no se había dado cuenta, y estaba cambiándose, pudo ver su todo cuerpo con tan solo la ropa interior, era perfecto.

- santo Dios, no sé cómo voy a lograr todo esto de la amistad.

Como una criatura que está haciendo algo mal, corrió nuevamente a la silla y quiso disimular, mirando su celular.

- bueno, ya estoy lista, nos vamos?

- dale, tenemos que volver a pasar por el túnel del terror?

- jajajajajaja, no salimos por esta puerta que da al garaje, ahí tengo mi auto. Pero vamos caminando, el lugar queda a unos metros de aquí.

- si señora, haremos todo como usted diga.

 Salieron a la calle, empiezan a caminar, Federico le ofrece su mano, pero ella lo toma del brazo.

- perdón, pero ir tomados de la mano es más de una pareja, que de una relación de amigos.

- anotado, será del brazo entonces.