Laura, una mujer de 30 años, lucha contra una enfermedad terminal. Su mayor preocupación es el futuro de su hermana menor, Alma, de 15 años, y su pequeña hija, Sofía. Laura decide que su esposo, Máximo, debe hacerse cargo de Alma y Sofía para garantizar su bienestar. En sus últimos días, le pide a Máximo que se case con Alma cuando ella cumpla la mayoría de edad y que adopte legalmente a Sofía para cuidarla como si fuera su propia hija.
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Capítulo 16: Charlas de Amigas
Después de la emocionante celebración de su cumpleaños, Alma y Susan se retiraron a una habitación tranquila en la casa de Máximo para tener un momento a solas. Mientras las risas y la música seguían resonando en el fondo, las dos amigas se sentaron en la cama de Alma, listas para una charla sincera.Susan, siempre curiosa y preocupada por su amiga, no pudo evitar hacer la pregunta que había estado rondando su mente desde la propuesta de Máximo.—Alma, ¿estás enamorada de Máximo? —preguntó Susan con un tono suave pero serio, mirándola directamente a los ojos.Alma suspiró y miró hacia el suelo, tomando un momento para ordenar sus pensamientos. Finalmente, levantó la vista y le respondió a Susan con honestidad.—No estoy enamorada de él, Susan. Lo estimo mucho, y le tengo un gran respeto. Está cumpliendo con la promesa que le hice a Laura, y eso es muy importante para mí. Máximo es mi familia, siempre ha estado ahí para mí y para Sofía —explicó Alma, sintiendo el peso de sus palabras.Susan asintió lentamente, comprendiendo la situación. Sabía lo importante que era para Alma cumplir la última voluntad de Laura, pero también podía ver la complejidad emocional detrás de la fachada.—No te voy a negar que Máximo es guapo. Con su pelo negro, esos ojos azules y su buen cuerpo, es un hombre muy atractivo. Y creo que mide 1.98, lo cual no está nada mal —dijo Alma con una ligera risa, tratando de aligerar el ambiente.Susan sonrió, notando el esfuerzo de Alma por ser positiva.—Pero mi corazón no tiene dueño, Susan. Solo le pertenece a Sofía por ahora. Todo lo que hago es por ella —continuó Alma, su tono más serio ahora.Susan la miró con compasión y curiosidad.—¿Has pensado en cómo sería dar tu primer beso? —preguntó Susan, cambiando ligeramente de tema.Alma se sonrojó ligeramente ante la pregunta, una mezcla de timidez y curiosidad iluminando su rostro.—He pensado en eso, sí. Es algo que pasa por mi mente de vez en cuando. Máximo me dijo que lo nuestro iba a ser un matrimonio de nombre, así que no espero que él sea mi primer beso. Me imagino que, con su atractivo y carisma, no le faltará compañía femenina —admitió Alma, sintiendo una pequeña punzada de celos que rápidamente disipó.Susan, siempre la amiga protectora, quiso asegurarse de que Alma entendiera su propio valor.—Alma, eres una persona increíble. Has asumido una responsabilidad enorme a una edad tan joven y lo estás haciendo maravillosamente. No tienes que apresurarte en nada, especialmente cuando se trata de amor y romance. El primer beso es algo especial, y llegará cuando tenga que llegar —le dijo Susan, tomando la mano de Alma en señal de apoyo.Alma sonrió, agradecida por las palabras de su amiga.—Gracias, Susan. Sé que tengo mucho que aprender y experimentar aún. Pero, por ahora, mi prioridad es Sofía y asegurarme de que tenga todo el amor y cuidado que necesita. Quizás algún día encontraré a alguien que me haga sentir de una manera especial, pero no tengo prisa —dijo Alma, su voz firme y resuelta.Las dos amigas continuaron conversando, compartiendo sus sueños y miedos, fortaleciéndose mutuamente con su apoyo incondicional. Para Alma, estas charlas con Susan eran un recordatorio de que no estaba sola en su camino, que tenía una amiga en quien confiar y con quien compartir sus pensamientos más profundos.Mientras tanto, en otra parte de la casa, Máximo reflexionaba sobre su relación con Alma. Sabía que había sido claro en cuanto a que su matrimonio sería de nombre, pero no podía evitar sentir una creciente admiración por la joven. Su dedicación a Sofía y su valentía ante las adversidades le habían ganado un lugar especial en su corazón, aunque aún estaba dominado por los recuerdos de Laura.A medida que la noche avanzaba, Alma y Susan se unieron a los demás en la fiesta, disfrutando del resto de la velada. La amistad y el amor familiar que compartían les daban la fuerza para enfrentar cualquier desafío que viniera. Alma sabía que su camino no sería fácil, pero con amigas como Susan y el apoyo de Máximo, estaba preparada para lo que el futuro le deparara.Y así, entre risas y confidencias, el cumpleaños de Alma no solo marcó un nuevo año de vida, sino también un nuevo capítulo de crecimiento y autodescubrimiento. En cada paso, Alma aprendía más sobre sí misma y sobre el amor, preparándose para un futuro que, aunque incierto, estaba lleno de posibilidades.