NOVELA INCOMPLETA POR DISCREPANCIA....
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NO ME ARREPIENTO DE TENER A ESTE ALUMNO
En la mente de Astrid, un signo de interrogación se dibujó lentamente: —?
Siempre se preció de ser una niña muy inteligente; además de que había leído un sin número de libros de calidad a edad muy temprana, sabía muy bien para qué servían esos globos que había visto en la tienda de conveniencia de Buker el primer día que la visitó, además de esas cosas con forma de partes intimas del hombre.
Lo que no comprendía, en realidad, era porque Buker trataba de engañarla. No era necesario que lo hiera, solo eran cosas que cualquier joven en edad adulta y sexualmente activo usaría. ¿No sería esa la respuesta más adecuada a solo decirle que eran globos?
Astrid pensó que por eso existía tanta desinformación sexual en el mundo, por la falta de sinceridad por parte de los adultos, y si su novio pensaba ser así con ella, tenía que hablar muy seriamente con él.
Ella no pensaba tener sexo, pues no tenía tiempo para esas cosas tan pueriles, solo que no quería que pensara que era una niña desinformada.
Si eso era lo que quería que supiera Buker St. Clair,
Sin embargo\, no preguntó más. Simplemente tenía la molesta sensación de que esta tienda de provisiones era diferente del resto que había visto antes. Incluso su nombre era único: ¿tienda de provisiones? Tenía un nombre muy raro; de hecho\, se llama *algo sobre una gran salchicha feliz*.
Astrid tenía muchas dudas sobre a qué en realidad se dedicaba Buker, pero no podía preguntarle aún, apenas lo conocía y no sentía la confianza para hacerlo, además ella fue la que de la nada le pidió que fuera su novio si no moriría, o al menos eso fue lo que una voz en su cabeza le dijo, y de hecho el dolor en su corazón cesó de inmediato cuando tomó la mano de aquel hombre.
Hoy que estaba de nuevo en la tienda de La gran salchicha feliz , se dio cuenta de que realmente su corazón no dolía; se sentía sin opresión y calmado, con mucha felicidad y ella estaba llena de vitalidad. Por lo cual decidió que continuaría yendo a ese lugar todo el tiempo que sintiera la necesidad de sanar su corazón y, si fuera necesario, pues se enamoraría de Buker, y lo iría conociendo poco a poco.
Tomaría a Buker St. Clair como la medicina que necesita para sanar su dolor de corazón, que pide amar a alguien. Así podrá no preocuparse por esa avanzadilla mientras termina la escuela para poder ingresar como lo tenía planeado a alguna de las mejores universidades del mundo y estudiar como una chica normal, ya no en casa, sino con más personas.
En el orfanato, su psicólogo le había planteado conocer a más personas, pero ella nunca quiso; solo deseaba estar sola con sus libros y obtener más conocimiento del mundo, la ciencia, filosofía, artes e incluso del mundo militar y político, nunca sobre el amor o las relaciones personales.
Por eso le parece muy extraño que ahora sienta como si Buker la hubiera hechizado, embrujado o quizá usado un narcótico por medio del aire, para que sintiera esas ganas incontroladas de estar a su lado hasta el punto de sentir la muerte si no lo ve. Le tocó la mano. O simplemente está en el mismo sitio que él.
Lástima que no esté el chico 'dientes de perro'; a ese sí que le gusta hacer mucha charla.
Ya se estaba haciendo tarde y tenía que irse al colegio. Igual que el día anterior le preguntó a Buker St. Clair.
—¿Ya me puedo ir a clases?
Buker vio el hermoso rostro angelical de la niña y le pareció divertido que le pidiera permiso para irse igual que el día anterior.
—Por supuesto, ya es tarde, ve o no llegarás a tiempo.
—Regresaré mañana más temprano —informó Astrid.
—Aquí estaré, esperando por ti —respondió Buker, de manera jocosa.
******
Astrid llegó al colegio y, sin mirar ni a izquierda o derecha, se dirigió a su salón de clases, en el cual se encontraban todos en un alboroto tremendo por saber los resultados del examen del día anterior.
Por lo que habían escuchado, solo una persona había completado todas las respuestas y lo había hecho 100 por ciento bien; eso los tenía realmente sorprendidos.
—Fue tan difícil el examen de ayer…
—¿Cómo puede existir solo un alumno que resolviera todas las preguntas?
—Seguro que es el de siempre, solo puede ser Denzel Calloway.
—No puede ser otro que nuestro número uno de toda la clase.
Astrid solo tomó asiento en su butaca sin prestar atención a nadie y a ningún comentario que se hacía. El día de ayer ya había pasado un muy mal rato en casa por culpa de Mila y de la familia de su supuesto prometido Denzel; habían golpeado la cara de su madre y eso no era algo que le agradara a ella, que estaba acostumbrada a defender la justicia.
—Denzel. ¿Fuiste tú el que respondió todas las preguntas? —Un choco, preguntó.
—Es verdad, Denzel. Como te fue, ¿fue difícil el examen para ti?
—Nada complica —respondió Denzel de modo presumido.
Aprovechando el momento en el aula, Mila no perdió el tiempo para presionar a Astrid y de inmediato hizo la misma pregunta a su prima.
—Prima, ¿fue complicado el examen para ti?
—Nada complicado —Astrid respondió en el mismo tono que Denzel, cosa que molestó en gran manera al susodicho.
En ese momento ingresó el profesor Smith al salón con los resultados de todos, pero antes de que pudiera decir una sola palabra, se asomó por la puerta otra profesora, la encargada del segundo grupo de elite, la señorita Cameron.
—Profesor Smith, ¿cómo le va con la alumna nueva? No se arrepentirá de aceptarla; seguro, la puntuación de su grupo bajará y mi grupo será el número uno. Es lo malo de aceptar alumnos recomendados sin los conocimientos básicos para estar en grupos de alta capacidad.
La señorita Cameron era una mujer de poco más de 30 años; tenía una ambición incomparable por llamar la atención; deseaba tener el puesto de la mejor profesora y poder obtener un mejor salario, además de ser reconocida a nivel nacional como la más apta para llevar los grupos de alto rendimiento educativo o grupos de elite.
Solo así podría llegar a conocer a un hombre rico y poderoso con el cual podría casarse y vivir la vida de lujo que soñaba.
En un principio, Astrid fue asignada a su grupo, pero armó un escándalo marca diablo para que fuera cambiada al grupo del profesor Smith. No aceptaría a una chica sin velocidad que venía de un orfanatorio y que la podía arrastrar hacia abajo y truncar sus planes de encontrar un marido rico.
Pero tampoco pidió el tiempo burlándose del profesor Smith, ya que él sí que tenía la capacidad que tanto deseaba ella; tenía más de 30 años como docente y estaba bien situado. Venía de una buena familia y estaba a punto de jubilarse.
Tenía todo lo que ella no podía ni soñar poseer.
—Señorita Cameron, recuerdo que fue usted quien rechazó a la señorita Templeton, así que espero que no se arrepienta de su decisión con el tiempo.
—Porque debería de hacerlo, solo es una niña, que viene de un orfanato.
—Yo pensé lo mismo, pero no se puede juzgar a los alumnos por de dónde vienen, sino por lo que saben.
—¿Qué puede saber esa mocosa?¿Cuánto pudo aprender en orfanato?
—Lo dicho, señorita Cameron, espero que no se arrepienta.
Después de eso, continuó hasta el podio del salón el profesor Smith y se dirigió a sus alumnos, mientras la señorita Cameron fue a su respectivo salón.
—Buenos días a todos, ¿cómo recordarán el día de ayer que el examen que se realizó fue para saber cómo estaban regresando después de unas largas vacaciones, y para recordarles que este es el último año escolar y el más difícil, ya que se llevará a cabo el examen de ingreso a la universidad que ustedes elijan? Algunos decidirán ir al extranjero; otros intentarán ir a la más famosa de nuestro país, que es la universidad más complicada de ingresar, y así consecutivamente. Pero que a partir de los resultados de este examen les quede claro lo que pueden esperar para su futuro y lo que realmente pueden esperar de ustedes mismos.
—Profesor, ¿es verdad que solo uno de nosotros logró responder a todas las preguntas?
—Las preguntas fueron tan complicadas, que casi sentía que me desmayara, entonces ¿cómo serán las del examen a la universidad?
—Si solo uno de ustedes respondió correctamente a las 160 preguntas, correctamente. Y sí, las preguntas de los exámenes de admisión para algunas de las carreras a la universidad son muy complicadas; digamos que este examen fue solo un juego de niños. Les advirtió el profesor.
Después de eso comenzó a nombrar a cada uno de los alumnos presentes para entregar sus exámenes, sin decir los resultados de ninguno; ellos mismos los verían por sí solos. No quería causar ánimo de adversidad entre la clase cuando se dieran cuenta de quien fue quien sacó los 160 puntos.
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