Fermín Salido del Pozo es un ingeniero en sistema de 30 años el cual regresa a su ciudad natal luego de 12 años, a petición de su hermana mayor Dana para intentar resolver sus conflictos con sus padres, ¿Podrá Fermín resolver sus conflictos familiares?, ¿Podrá Fermín demostrarles a sus padres que él no es un perdedor?, y lo más importante es ¿Qué sorpresa le espera a Fermín una vez que regrese a su ciudad natal?
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Capítulo III ¿Dónde está el perdedor? Parte 1
Ángel y sus padres José y Clotilde le permitieron a Fermín que se quedara en su casa a pesar de que esto podía convertirse en un gran problema debido a la necesidad de hacer drama de parte de Brenda, sin embargo, ella permaneció en silencio durante todo este tiempo, lo cual fue una verdadera sorpresa
-Ese mocoso malcriado va a regresar cuando se dé cuenta de que necesita ayuda financiera para ir a la universidad – Dijo Dade con prepotencia
La razón para el silencio de Brenda era porque ella suponía que se trataba de una rabieta de parte de su hijo y que este pronto regresaría a la casa familiar sintiéndose muy humillado, Brenda y Dade habían descuidado tanto a Fermín que ignoraban que obtuvo una beca completa y que se mudaba al otro extremo del país
-Mejor que esperen sentados porque les van a salir raíces – Murmuró, Ana María
Ana María no sabía si reír o llorar al darse cuenta de lo alejado de la realidad que estaban sus padres, porque a Dana en lo único que la ayudaron fue en ser cofirmante de su préstamo estudiantil, y dado todo lo ocurrido con Fermín era una suerte que obtuviera una beca porque estaba segura de que ni siquiera harían eso por él
Dos días después….
Era el día miércoles 17 de julio de 2002 cuando Dana, Fermín, Ana María, José y Clotilde estaban frente al autobús de ejército para despedirse de Ángel, el cual debía irse ese día para comenzar su entrenamiento en las fuerzas armadas
-Cuídate Ángel – Dijo Dana
Aunque Ángel deseaba darle un fuerte abrazo a Dana, sabía que a ella no le gustaría, así que se dieron un incómodo apretón de manos
-Recuerda que dijiste que me llamarías – Dijo Dana
Ángel le sonrió con emoción y sentía que tenía mucho que decirle, sin embargo, sabía que ella solo lo veía como el molesto amigo de su hermano
-Por favor no Intentes hacerte el héroe y regresa a casa – Dijo Fermín
Fermín le dio un abrazo a su mejor amigo, y era un momento triste porque se conocían desde la primaria y siempre fueron muy unidos y ahora debían separarse para que cada quien pudiera perseguir su sueño
-Estaremos en contacto Fermín – Prometió Ángel
Ángel observó a Ana María y sintió como ella se abalanzaba y le daba un abrazo, sentía un nudo en la garganta porque siempre la consideró como su hermana menor y lamentaba irse porque quedaría a merced de sus excéntricos padres
-Te voy a extrañar mucho – Respondió Ana María
-Yo también te voy a extrañar mucho
-Ángel sigue el consejo de Fermín y regresa a casa – Suplicó Ana María
-Avísame si Benjamín se porta mal contigo porque cuando regrese voy a patearle su trasero – Respondió Ángel
Ángel luego abrazó a su madre, la cual no dejaba de llorar, y a su padre, el cual apenas podía contener sus lágrimas, fue un momento agridulce para los tres hermanos porque se dieron cuenta de que esto es lo que se espera de unos buenos padres
-Debemos ir al aeropuerto o perderás tu vuelo – Dijo Dana secando sus lágrimas
Fermín, por temor a lo que pudieran hacer sus padres, decidió adelantar su viaje de manera de que sus padres no sabotearan sus planes
-Te vamos a extrañar mucho hermano – Dijo Dana
-Recuerden lo mucho que las amo – Dijo Fermín
Dana y Ana María observaron como Fermín hacía el check in para su vuelo y ambas se consolaban porque no sabían cuando se volverían a ver.
-Esto es lo mejor para Fermín – Dijo Dana
Dana abrazaba a Ana María mientras observaba como se alejaba la figura de su hermano y se perdía de su vista
-Sé que es lo mejor para Fermín, pero no dejo de sentirme muy triste – Respondió Ana María
Ana María asintió en señal de acuerdo, sin embargo, fue un día muy duro para ella porque tanto Ángel como Fermín se marcharon el mismo día y Dana debía regresar a su universidad en un par de días
-¿Cómo que Fermín no está en tu casa? – Preguntó Brenda
Clotilde observaba a Brenda con asombro porque había transcurrido 15 días desde que su hijo se fue de su casa y ella no mostró ningún interés por saber nada acerca de su paradero
-Fermín dejó la ciudad la semana pasada - Respondió Clotilde
Brenda estaba muy enojada porque recibió muchas llamadas de su familia extendida y colegas para felicitarla por la graduación de Fermín y su emotivo discurso y le preguntaban sobre sus planes a futuro y ella no sabía qué decirles, así que cansada de esperar a que Fermín regresara decidió ir a buscarlo para darle una lección, sin embargo, se encontró con la sorpresa de que se había marchado de la ciudad y nadie conocía su paradero
-Es su perdida porque sin nuestra ayuda solo va a ser un perdedor y nunca va a hacer algo útil con su vida – Dijo Brenda
Fermín para bajar el costo de su boleto viajó con escalas y debido a esto tardó casi un día en llegar a su destino y aunque estaba agotado, sabía que debía ser valiente y afrontar el reto que tenía en frente
-Finalmente, estoy aquí – Se dijo a sí mismo para darse ánimos
Fermín sabía que había cruzado un punto sin retorno y que las cosas nunca serían iguales, sin embargo, en este punto no tenía nada que perder, y que su determinación era muy fuerte, los días que siguieron a su llegada a la nueva ciudad se sintieron interminables, porque era el momento de formalizar su inscripción en la universidad y sin el apoyo de sus padres sabía que solo podía contar consigo mismo, encontró un pequeño departamento en la zona aledaña al campus universitario
-¿Esto es lo menos en lo que puede dejar el alquiler? – Preguntó Fermín
La arrendadora, era una amable anciana, la cual lo observó con pesar porque había escuchado tantas veces esa pregunta que por lo general terminaba cediendo, por desgracia, esto era lo menos que podía cobrar por el alquiler
-Lo siento, pero no puedo cobrarte menos por la renta, además está por debajo del valor del mercado
Fermín sabía que la anciana decía la verdad, el problema es que era más de lo que tenía estimado, así que no tuvo otra opción que aceptarlo
-Está bien, lo voy a tomar – Respondió Fermín
Fermín comenzó a buscar un trabajo que lo ayudara a cubrir sus gastos, porque su beca solo cubría los costos de matrículas y sus libros, por suerte la cafetería cercana a su hogar tenía una vacante y consiguió un empleo como camarero, sus días se llenaron de horarios agotadores, clases por la mañana, trabajo por la tarde, y largas jornadas de estudios hasta altas horas de la noche y aunque era una vida dura, a la vez resultaba satisfactoria al
no tener a su madre llamándolo perdedor todo el tiempo, a su padre apoyando todo lo que Brenda decía y a su caprichoso hermano quitándole lo poco que tenía
-Me duelen mucho mis pies – Se quejó Fermín
Ser camarero no era un trabajo fácil, debido a que por muchas horas Fermín permanecía de pie, porque tenía que soportar las constantes demandas de los clientes y la presión de siempre mostrarse amable y cumplir con todo, lo cual lo hacía volver exhausto a casa, y no se quejaba porque sabía que era necesario porque cada dólar que ganaba era importante para lograr su objetivo, en las noches cuando se iba a la cama pensaba en el momento en el cual obtuviera su grado
-Fermín deberías venir con nosotros – Sugirió uno de sus compañeros
Fermín rechazó la invitación y no es porque no quisiera socializar, el problema, es que en la universidad Fermín se enfrentaba a un gran reto porque el rigor académico era mayor de lo que esperaba, las clases de cálculos numéricos eran intensas y requerían de un tiempo de estudio que a veces le parecía imposible de encontrar, era frustrante porque mientras que sus compañeros de clases podían dedicarse exclusivamente a estudiar, él, por el contrario, debía dividir su tiempo entre estudiar y trabajar, sin embargo, a pesar del cansancio Fermín se destacaba en clases y por eso sus profesores notaron su dedicación y aunque no lo decían abiertamente siempre lo animaban porque no era un estudiante con notas mínimas para aprobar sus materias sino que era excepcional
24 de diciembre de 2002…
Las semanas se convirtieron en meses y las largas jornadas comenzaban a pasarle factura a Fermín, por suerte al final del semestre se encontraba entre los primeros de su clase y cuando llegó el momento de las vacaciones observó cómo sus compañeros de clases se iban a visitar a sus familiares mientras que él trabajaría el día de Navidad debido a la bonificación que recibiría
-¿Estás seguro de que no te importa ir a visitar a tu familia el día de Navidad? – Preguntó el gerente de la cafetería con asombro
Fermín negó con la cabeza porque recordaba como siempre las Navidades en las casas de sus padres era un evento para celebrar a Benjamín
-Estoy muy seguro gerente – Respondió Fermín
Me gustaría que la siguiente fuera sobre fantasía moderna.
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