En sus últimos momentos antes de morir en las manos del héroe del mundo, Sirius aquel que eligió ser un villano cae en conciencia de sus acciones y se arrepiente de todo el mal que ha causado en especial a los que un día fueron sus seres queridos. Solo al enfrentar la muerte entiende lo lamentable que fue el camino que eligió y con sus últimas fuerzas pidió a los cielos por que le dieran una nueva oportunidad. Sin saber que era escuchado por alguien en las alturas que le otorgó tal milagro.
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Capítulo 16: Mujer lamentable
Era su naturaleza acercarse a las zonas más oscuras del alma, como si se sintiera bien estando ahí. Se aceptaba a sí mismo con agrado y no podía negar que ver sufrir a las personas le hacía sentir bien, era sádico y cruel. "Lo que está podrido siempre lo estará, lo que soy es lo que acepto y lo llevaré hasta las últimas consecuencias" esa era su firme creencia, su regla dorada, él simplemente amaba las sombras.
Aunque no entendía que la maldad por si sola, florece tanto como pecado como milagro para algunos, la idea de un blanco y negro que equilibra el mundo era una idea muy simplista e ingenua.
Sirius no solo quería matar a Anton quería romperlo, ponerlo a su nivel, destrozar su alma heroica hasta que no quede nada más que un pobre hombre vacío. Y solo entonces lo matarlo.
Pequeños detalles son los que envenenan o purifica nuestra alma, ahora con este combate lo había obligado a romper su palabra mostrándole un poco lo feo de su interior. Un héroe es alguien puro y sacrificado con fuerte determinación y sentido del deber. Y aunque parece alguien inalcanzable de corromper no es del todo cierto, en sus fortalezas ya hace su debilidad.
Sirius volvió en sí después de unos 10 minutos, se sentía mareado esto también era una sensación que recordaba. Ahora como síempre tocaba levantarse e ir a curar sus heridas ignorando las miradas burlonas de la gente. Logró sentarse, se percató de que nadie había ido a socorrerlo, pero eso era algo común. Apenas se estaba levantando cuando su cara casí choca de frente con el blanco y rojizo rostro de Rebecca.
Ambos se quedaron largo rato mirándose, ella sorprendida y luego avergonzada y él confundido y al último molesto.
-¿Q? ¿Qué haces? - Le preguntó
Rebecca se puso roja y retrocedió agachado la mirada. Sirius no podía entender la razón por la que estuviera ahí, lo único que se le ocurría, era que la chica no quería quedar mal con el matrimonio arreglado de las dos familias, pero aun así era extraño.
-Déjeme curar sus heridas - Pidió ella sacando un ungüento
Sirius tenía algunos raspones en piernas y en su pecho, pero no eran gran cosa, el mayor daño se lo llevaron sus brazos los cuales absorbieron todo el ataque, se veían rojos y algo hinchados. Rebeca intentó acercar su mano temblorosa para tocarlo.
(¿Esta mujer a que juega?) - Se preguntaba Sirius
La consideraba una mujer débil y un potencial riesgo para su futuro, si ella se desarrollaba como en la historia original su vida como villano terminaría.
(¿Acaso a empezado a sentir afecto o interés por mi?)-Pensaba, analizando Sirius
Pero no, aquello no era posible, él jamás la trato lo suficiente bien para ello. El interés que ella le mostraba era un sentimiento más enfermizo.
(¿Dependencia talvez?) Se preguntaba
Por lo que sabía Rebecca era una marginada al igual que él dentro de su familia, una rechazada por su falta de talento de portador y social. El poco valor que le sacaron fue venderla como la prometida de una escoria.
(Ha, ha, ha) - Río Sirius por dentro
Rebecca se sentía tan sola e incomprendida qué buscaba quien la aceptara, estaba tan desesperada qué no le importaba que la persona que le tendiera la mano fuera mala o buena, ella solo quería a alguien que la viera con utilidad. Así paso con el héroe en la primera línea temporal, ella se pegó a él y dejó que la desarrollará como quisiera así formó a la heroína de hielo del futuro.
Sirius la recordaba con esos ojos vacíos y decididos, como una muñeca guiada a servir a la justicia.
-¿No me dejará tratarlo? - Preguntó Rebecca aun con la cabeza agachada
(Una mujer lamentable je, je, je) - Pensó Sirius formado una macabra sonrisa
A lo lejos miro a Anton con una cara sombría onsercandolos.
(Lo siento mocoso, pero me la quedaré, ella es mía)- Se dijo así mismo mientras extendía sus brazos para que la joven los tratara
-Me someto, necesito tu ayuda - Le dijo
A Rebeca se le iluminaron los ojos y con una gran sonrisa se puso a poner el ungüento con diligencia.
(Nada te saldrá bien héroe, tu valerosa historia está condenada, mientras yo viva) - Juro para sus adentros mirando a Anton
Aunque noto algo más mientras la joven lo curaba. Como Sirius sabía la energía espiritual esta siempre con nosotros aunque no seamos capaces de materializarla. Y ahora ella mientras ponía el ungüento este se introducía en su cuerpo para curarlo como si algo estuviera potenciando su efecto y esto no era otra cosa que le toque de Rebecca, la cual tenía dotes para desarrollar un alma sanadora. Uno de los poderes que pocos portadores tienen, en el futuro apenas y se conocería alrededor de 3 curanderos en todo el mundo.
Pero ahora ante los ojos de Sirius aparecía otro. Aunque él recordaba que ella en el futuro era una invocadora ¿Cómo podría haber desviado tanto su camino? La respuesta era obvia, Anton Tempest no supo ver su verdadero potencial.
(Ha, ha, ha esto es una bendición, Anton debes saber que la mujer que una vez te ayudo a matarme ahora me ayudará a matarte a ti ha, ha, ha) - El villano se regocijaba con su descubrimiento
Cuando el tratamiento terminó, Sirius sentía que sus brazos se habían curado casi por completo.
-Curaré sus piernas ahora - Indicó Rebecca
Sirius le hizo un ademán para detenerla, mientras miraba la hora.
-No hay necesidad, ya no es necesario pelear - Musito
-¿Cómo dice?
En eso en el cielo la gran voz se escuchó:
-El tiempo ha terminado, la prueba llega a su fin, a la salida de esta sala encontrarán un tablón con una lista de todos sus nombres con los respectivos puntos que han logrado obtener en la prueba y mañana se llevará a cabo la prueba del conocimiento, eso es todo que tengan buen día
Todos se sorprendieron de que ningún instructor se presentará de frente con ellos. Pero estaba claro lo que la escuela les quería decir “Aún no son dignos de ser evaluados por ojos más agudos"
Mientras la mayoría estaba analizando las cosas, Sirius comenzó a salir tranquilo de la sala, atrás se quedó Rebecca sin saber qué hacer.
-¿Qué esperas?- Preguntó Sirius girando a verla - Hay que irnos
-¡Si! - Respondió con una sonrisa ingenua la joven de cabello de fuego
Sirius andaba con paso majestuoso, mientras por detrás un poco pegada a su sombra Rebecca caminaba con un miedo elegante.
En eso Anton se les acercó.
-Sirius, al usar todo mi poder he roto mi palabra y por lo tanto, está victoria es solo tuya - Declaro con dolor Anton
-No seas arrogante, no sabes el viejo dicho que un ganador no tiene palabras para un perdedor... Anton esta victoria es tuya no hay discusión, pero recuerda el verdadero vencedor del hombre es la muerte
Fue una declaración, Anton volvió a sentir esa sed de sangre salir de Sirius y ser dirigida a su persona, sudo frío sin saberlo.
-Señorita Rebecca ¿No quiere que la acompañe? - Preguntó Anton - Soy su guardia después de todo ya sabe y...
-Pequeño asunto - Intervino Sirius - Joven guardia no te preocupes, yo la cuidaré - Dicho eso, tomo la mano de jade de la joven y ambos caminaron juntos a la salida
Anton Tempest apretó sus puños con tal fuerza que las uñas se enterraron en sus palmas, por primera vez en su vida había llegado a odiar ha alguien.
-La salvare del demonio, lo juro - Prometió al viento mirando la figura de la joven pareja desaparecer.