Diana es una chica muda, que es obligada por su tío a casarse con un hombre muy poderoso, qué le va ayudar a salvar su empresas de la ruina... Al poco tiempo de casados Edwin termina por enamorarse de Diana, aunque la chica no puede hablar, se da cuenta de que es diferente al resto de las otra mujeres, Diana es dulce, amorosa, y respetuosa con los ancianos. Sin embargo, descubre que le queda muy poco tiempo de vida y prefiere alejarla por su bien.
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Un enfrentamiento
A la mañana siguiente, muy temprano, Susana se levantó de la cama, salió de su habitación sin que nadie se diera cuenta.
Bajó las escaleras misteriosamente, hasta llegar a fuera. Era invierno, la blanca nieve cubría casi toda la mansión.
Una ráfaga de viento voló el cabello rubio de Susana. El fuerte frío congeló por un momento el cuerpo de la chica.
Sin importar el frío, Susana continuó avanzando. La chica caminó hasta la piscina, miró el agua extremadamente helada, y una sonrisa perversa apareció entre sus labios.
Susana planeada arrojarle un balde de agua helada a Diana en la cara. Solamente así, la chica no iba a asistir a su boda con Edwin.
Al tomar la suficiente agua con una cubeta, Susana regresó al interior de la mansión... Su cuerpo no dejaba de temblar, era imposible para ella, dar tan solo un paso más.
No obstante, era más profundo el odio que sentía por Diana. Susana dejó la cubeta con el agua a un lado de las escaleras, y se apresuró a quitar el abrigo de piel que llevaba puesto...
Al sentir mucho más frío, la chica se acercó a la chimenea, para calentar un poco su cuerpo... Por un momento, Susana estuvo sentada a un lado de la chimenea, hasta que ya no sintió más frío.
Al estar lista, para echar a perder la boda de Diana y Edwin. Susana se acercó a la cubeta con el agua, metió uno de sus dedos para asegurarse que el agua todavía estuviera lo suficiente fría.
Al notar que todavía tenía algunos trozos de hielo. Una enorme sonrisa se apoderó de los labios de Susana.
La chica cogió el balde, y se apresuró a ir al pasillo donde estaba la pequeña habitación de Diana...
Al llegar a la habitación más escondida de la mansión, Susana abrió lentamente la puerta, lo hizo tan suavemente, que Diana no se dio cuenta de las intenciones de su prima.
Al ver a la chica profundamente dormida, Susana no lo pensó dos veces y le arrojo el balde con el agua a Diana.
De inmediato, Diana se despertó, el agua estaba sumamente helada. Aunque quisiera gritar, le fue imposible. Ni un pequeño sonido salió de sus labios.
_ ¿No puedes gritar?. Qué lástima por ti, ¡mugrosa!... _ Susana se burló cruelmente de la chica.
Diana sintió ahogarse, sus manos temblaban violentamente, mientras intentaba quitarse el agua de su rostro.
Al no poder quitarse por completo el agua, Diana salió de la cama. Ya que al igual que ella, la cama también estaba empapada.
Diana se abrazó a ella misma tratando de darse un poco de calor a su delgado cuerpo. No obstante, al ver a la chica, tratar de sobrevivir a su crueldad.
Susana arrojó la cubeta a un lado, se acercó a Diana, con toda la intención de golpearla y desfigurar su rostro.
Sin embargo, Teresa había visto a Susana ir a la habitación de Diana. La mujer sabía que no era a nada bueno, aunque no impidió que Susana bañara con agua helada a Diana, sí, impidió que ella pidiera hacerle más daño a la niña que consideraba su nieta.
_ ¡¡¡BASTA!!!.
_ ¡No tiene ningún derecho de tratar de esta manera tan cruel a esta pobre niña!.
Teresa agarró el brazo de Susana y con todas sus fuerzas la empujo hacia atrás, impidiendo por completo que me pudiera hacer algún daño a Diana...
Sin embargo, a Susana no le hizo ni un poco de gracia, que Teresa se pusiera del lado de Diana...
Susana levantó su mano y la dejó caer con fuerza sobre el rostro de la anciana, que tenía más de cincuenta años.
_ ¡¿Quién crees qué eres para poner tus sucias manos sobre mí?!...
_ ¿Se le ha olvidado a quién tienes delante de ti?... ¡Solo eres una sirvienta, mugrosa como ella!.
Susana se encontraba tan enojada, que no dejaba de golpear a la anciana delante de ella. Al ver a Teresa caer al piso frío.
Diana no pudo soportar más tiempo, se acercó a Susana y le dio una fuerte bofetada. Susana perdió en equilibrio y cayó al piso, al otro lado de Teresa.
Diana se asustó demasiado de las consecuencias que eso iba a traer, pero, no le importó. Ayudó a Teresa a ponerse de pie, y caminar al costado de la cama.
Susana también se puso de pie, estaba demasiado enojada, se acercó a Diana con toda la intención de hacerla sufrir.
Susana agarró el antebrazo de Diana, giró su cuerpo de un solo jalón. No obstante, Diana ya estaba cansada de todos los maltratos que recibía de su prima; La chica volvió a darle otra fuerte bofetada a Susana, para luego empujarla fuera de su habitación.
Susana quedó atónita por un corto tiempo, era la primera vez que Diana se atrevía algo como eso...
La chica comenzó a golpear fuertemente la puerta de la habitación de Diana. Mientras que gritaba con todas sus fuerzas.
_ ¡¡Habré, esta maldita puerta!!!
__ ¡¡Te voy a matar!!!
_ ¡¡Eres una perra!!!...
Dentro de la habitación, Teresa cubrió el cuerpo de Diana con una manta caliente. A causa del balde de agua helada, qué Susana me arrojo a la chica; Diana no dejaba de estornudar y su cuerpo estaba frío.
Su color de pie, era blanco como el de un trozo de papel. Teresa trató de darle un poco de calor con su cuerpo a Diana, sin embargo, la chica no dejaba de temblar de escalofrío.
Afuera de la habitación, Mateo y su esposa bajaron de inmediato, al escuchar los gritos de Susana. Al ver golpear la puerta, Mateo se acercó a su hija.
_ ¡¿Qué escándalo es este?!...
_ ¡Esa maldita mugrosa me ha golpeado!...
Las marcas de la bofetada que Diana me dio a Susana estaban marcadas en el hermoso rostro de la chica.
Mateo enfureció, llamó a la puerta con furia, no iba a permitir que su hija fuera golpeada por alguien que consideraba inferior a ella.
Luego de escuchar los gritos de Mateo, Teresa se alejó de Diana, abrió la puerta. En segundos, el hombre entró a la habitación…
Se acercó a Diana, golpeando fuertemente su rostro.
Empezó tu infiero!!!