Después de un devastador adiós, la vida de Lucía cambia drásticamente. En su nuevo trabajo como asistente en una prestigiosa empresa, descubre que su jefe es el imponente y enigmático CEO, Alejandro Ferrer. Desde el primer día, Alejandro se muestra distante y frío, pero detrás de esa fachada se esconde un hombre marcado por traiciones y engaños del pasado.
A medida que Lucía se sumerge en el mundo corporativo, se enfrenta a desafíos y rivalidades, descubriendo que la oficina es un campo de batalla donde la venganza y la ambición están a la orden del día. Pero lo que Lucía no sabe es que Alejandro ha puesto sus ojos en ella. Pese a que Lucía no siente lo mismo, Alejandro está decidido a luchar por su amor, desafiando las sombras de su pasado y enfrentando cualquier obstáculo que se interponga en su camino.
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Capítulo 23: El Círculo se Cierra
Lucía no había podido dormir bien desde la llamada de Dimitri Ivanov. Cada noche se encontraba dando vueltas en la cama, preocupada por la amenaza latente que ahora pendía sobre la Torre Ferrer y sobre ella misma. Alejandro se había mantenido a su lado, apoyándola en cada momento, pero el peso de la situación recaía principalmente sobre sus hombros. Sabía que no podían permitirse perder el control.
Dimitri seguía en prisión, pero su red de contactos parecía estar más activa que nunca. Lucía había reforzado la seguridad, tanto en su vida personal como en las operaciones de la empresa, pero sentía que todo podía venirse abajo en cualquier momento. La incertidumbre y el miedo a lo desconocido eran sus peores enemigos.
Una mañana, mientras revisaba documentos en su despacho, Lucía recibió un mensaje en su teléfono. Era de Natalia, y el contenido era preocupante: "Debemos hablar. He encontrado algo que no te va a gustar."
Lucía salió inmediatamente de su oficina y se dirigió al despacho de Natalia. Cuando llegó, encontró a Natalia esperando con un semblante serio, rodeada de documentos y pantallas llenas de información.
“¿Qué has descubierto?” preguntó Lucía, su voz cargada de tensión.
Natalia suspiró y señaló la pantalla de su computadora. “He estado rastreando las actividades de los contactos de Dimitri en Europa, y parece que hay algo mucho más grande en juego de lo que pensábamos. No solo está buscando venganza; está planeando un ataque coordinado contra la Torre Ferrer.”
Lucía sintió un nudo formarse en su estómago. “¿Qué tipo de ataque? ¿Qué quiere de nosotros?”
“Dimitri no solo quiere destruir la empresa,” explicó Natalia, mientras mostraba más detalles en la pantalla. “Quiere arruinar tu reputación, desestabilizar todas nuestras operaciones y hundirnos en el escándalo. Está preparando una serie de movimientos financieros ilegales que harán que parezca que estamos involucrados en actividades criminales. Si no lo detenemos, no solo perderemos la empresa, podríamos enfrentarnos a cargos legales.”
La gravedad de la situación golpeó a Lucía como una ráfaga de aire frío. Dimitri no solo buscaba venganza, quería destruirlos por completo, tanto profesional como personalmente. Todo lo que había construido, todo por lo que había luchado, estaba en peligro de desaparecer.
“¿Qué podemos hacer?” preguntó, tratando de mantener la calma.
Natalia cerró los documentos y la miró con determinación. “Vamos a necesitar pruebas contundentes para detener a Dimitri y a su red de contactos antes de que ejecuten su plan. He comenzado a recopilar información, pero necesitamos algo más sólido. Podríamos recurrir a las autoridades, pero eso podría tardar demasiado, y mientras tanto, Dimitri podría avanzar con su plan.”
Lucía asintió. “No podemos esperar a que todo se desmorone. Necesitamos actuar ahora.”
Alejandro se unió a la conversación poco después, y tras enterarse de lo que Natalia había descubierto, supo que el tiempo estaba en su contra. “Tenemos que adelantarnos a Dimitri,” dijo con firmeza. “Si logramos desmantelar su red desde adentro, podríamos detener el ataque antes de que se concrete.”
Los tres comenzaron a elaborar un plan para infiltrarse en la red de Dimitri y recolectar las pruebas necesarias para derribar su operación. Natalia usaría sus contactos en Europa para obtener información crítica, mientras que Alejandro se encargaría de fortalecer aún más la seguridad interna y blindar las finanzas de la Torre Ferrer. Lucía, por su parte, se encargaría de preparar a la empresa para cualquier contingencia legal, asegurándose de que todo estuviera en orden en caso de que Dimitri intentara incriminarlos.
El plan era arriesgado, pero era su mejor oportunidad. Sabían que Dimitri no se detendría hasta verlos destruidos.
Durante las siguientes semanas, trabajaron incansablemente. Natalia logró infiltrarse en la red de Dimitri y obtener comunicaciones clave que demostraban sus intenciones. Los correos electrónicos, registros de transacciones y conversaciones codificadas que logró interceptar revelaron la magnitud del plan de Dimitri. La evidencia era suficiente para llevar a las autoridades, pero aún quedaba un cabo suelto: la identidad de la persona que actuaba como intermediario principal de Dimitri fuera de la prisión.
Una noche, mientras revisaba la información que Natalia había obtenido, Lucía encontró un nombre que no esperaba ver: Sofía Herrera, una excolaboradora de la Torre Ferrer que había sido despedida hace varios años tras ser acusada de fraude. Lucía recordaba el escándalo que había rodeado a Sofía y cómo había prometido vengarse antes de desaparecer de la escena empresarial.
“Es Sofía,” dijo Lucía, mostrando la información a Alejandro y Natalia. “Ella es la que ha estado ayudando a Dimitri desde afuera.”
Alejandro frunció el ceño. “Eso tiene sentido. Sofía siempre fue ambiciosa y resentida después de su salida de la empresa. Parece que encontró en Dimitri a un aliado perfecto para ejecutar su venganza.”
Con esta nueva pieza del rompecabezas, Natalia comenzó a rastrear las actividades de Sofía. Descubrieron que había estado utilizando una red de empresas ficticias para mover dinero y encubrir las transacciones ilegales de Dimitri. Todo apuntaba a un gran golpe financiero que se estaba preparando en las sombras.
Finalmente, con toda la información reunida, Lucía, Alejandro y Natalia decidieron actuar. Presentaron las pruebas a las autoridades competentes, quienes se comprometieron a detener a Sofía y desmantelar la red de Dimitri antes de que fuera demasiado tarde.
El día del operativo, Lucía y Alejandro esperaron con ansiedad en sus oficinas. Cada minuto se sentía como una eternidad mientras esperaban noticias del equipo de Natalia y de las autoridades. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, recibieron la llamada que tanto esperaban: Sofía había sido arrestada y la red de Dimitri estaba siendo desmantelada.
Aunque Dimitri seguía en prisión, sus recursos y su influencia habían sido neutralizados. La Torre Ferrer estaba a salvo, al menos por ahora. Lucía sintió una ola de alivio, pero también sabía que esta victoria era solo un paso más en la batalla continua por proteger todo lo que había construido.
Esa noche, mientras miraban las luces de la ciudad desde la ventana de su oficina, Alejandro tomó la mano de Lucía. “Lo logramos,” dijo en voz baja. “Pero también sé que esto no ha terminado. Dimitri siempre encontrará la manera de volver.”
Lucía asintió, apoyando su cabeza en el hombro de Alejandro. “Lo sé. Pero también sé que, pase lo que pase, no estamos solos en esto. Seguiremos luchando, juntos.”
Con la Torre Ferrer de nuevo en pie y su red de seguridad reforzada, Lucía y Alejandro se prepararon para lo que el futuro pudiera depararles. Sabían que el camino no sería fácil, pero también sabían que estaban listos para enfrentarlo, codo a codo, y que nada ni nadie podría quebrar la fortaleza que habían construido juntos.