Una Noche Con Un Mafioso

Tan solo pasaron unos cuantos segundos cuando apreté mi mano con furia, todavía sonaban las palabras de Miki en mi mente.

Es claro que no puedo dejar ir a Marcela de mi lado, maldita mujer se está metiendo dentro de mi mente cómo una plaga.

Ella es mía, sin importar que esté esperando un hijo de otro hombre. No me importa que ella esté embarazada de ese tal César.

Ese desgraciado no es nadie a mi lado, soy el rey, el hombre con más poder, no solo en el inframundo, sino que también en el mundo empresarial.

Fue entrenada para ganar, para conseguir todo lo que quiero, ser el número uno en todo es mi obsesión. Reconozco que me golpea en el orgullo saber que ella va a tener un hijo de otro hombre.

Pero él la dejó por otra mujer, así que no tiene ni un derecho sobre ella y mucho menos sobre el niño que está esperando.

¡Marcela no puede escapar de mí, su vida está destinada a la mía, lo pude sentir en el primer momento en que la vi discutiendo con ese desgraciado!

Lo siento cada vez que estoy cerca de ella, cada vez que su aroma golpea ligeramente cada uno de mis sentidos, lo sentí en el momento que miré su cuerpo desnudo.

Esa hermosa imagen no la puedo borrar de mi mente, sentir su cuerpo delicado entre mis manos, haber acariciado lentamente algunas partes de su cuerpo, es algo que muy difícil podré borrar de mi memoria..

Abrí de golpe mis ojos, imaginandome a mi Ángel durmiendo a mi lado. Sin embargo, mirando la habitación vacía.

La quiero tener aquí, durmiendo en mi habitación, ya no me conformo con tenerla solamente cerca de mí, deseo sentir su aroma en cada parte de mi cuerpo.

Odiaba sentir este sentimiento por alguna mujer, y más cuando solo hace unas horas la acabo de conocer, pero, para mi maldita mala suerte ¡Marcela es como una droga al solo verla quiero desearla, deseó poseer todo de ella, no me importa si a sido de otros hombres, la quiero solo para mí.

Me levante de la cama con mucho cuidado para no volver abrir las heridas, no deseo estar en cama por mucho tiempo.

Sentí un fuerte dolor en una de las heridas, sin embargo, no me detuve, caminé lentamente a la puerta.

Únicamente, me detuve solo un segundo antes de salir, para tomar un poco de aire, todavía me sentía muy mareado por causa del antibiótico que Sofía me inyectó por la mañana.

_ Señor Shop ¿ A dónde va?._ Dijo Matías dejando a un lado la bandeja donde llevaba una jarra de agua.

Se acercó, Matías a mí para ayudarme a no caer. Matías es el hombre que a trabajado para mi familia desde hace muchos años.

Es un hombre leal el cual nunca me a fallado, él es la segunda persona por la cual metería mis manos al fuego.

_ Ayudame a llegar a esa habitación._ Le contesté señalando la habitación de Marcela con mi cabeza.

_ Señor, Lawrence. Es muy arriesgado que usted se haya levantado de la cama.

_ Has lo que te ordene y ayúdame a llegar a la otra habitación.

Enseguida, Matías me ayudó a llegar a la habitación de mi Ángel. Al entrar todo estaba oscuro, no hay ni una sola señal de que alguien hubiera estado cuidando de mi Ángel.

Solamente el destello de la luna alumbran un poco la oscura habitación, era tan hermosa esa escena. La luz de la luna que entraba por la ventana podía alumbrar la belleza de mi Ángel.

Golpeaba su rostro con tanta delicadeza, aunque ella tenía sus ojos cerrados, se miraba hermosa, era un verdadero Ángel.

_ Señor lo dejaré aquí sentado en lo que voy por la jarra del agua"... _ Mencionó Matías ayudándome a tomar asiento en el sillón cerca de la cama de Marcela.

Por un momento me quedé solo observando a mi Ángel dormir, se miraba tan bella. No obstante algo inesperado sucedió, ella comenzó hablar y a narrar un accidente, sus manos agarraban con fuerza la sábana que cubría su cuerpo.

Mientras más narraba ese accidente en dónde sus padres mueren, mi mente retrocedió a ese día.

Yo fui el hombre que le salvo la vida cuándo ella y sus padres tuvieron ese accidente, ese día yo regresaba de un campamento de entrenamiento, tenía diecinueve años, me encontraba furioso porque estuve en el extranjero por más de cuatro años, había perdido contacto con mi madre durante ese tiempo.

Mi padre fue claro al decir que me iba a convertir en un hombre sin debilidades, las debilidades te hacen débil, y más cuando el amor existe en un mundo como es la mafia.

Cada persona a la que amas, se convierte en una debilidad para ti, ese fue uno de los motivos por los cuales mi padre me envió lejos, deseaba que no fuera un hombre débil..

Mientras manejaba por la carretera, miré al auto azul a máxima delante del mío, por un momento creí que era una emboscada en mi contra, pero lo que sucedió después me dejó atónito.

El auto dio varias vueltas por el aire, detuve mi auto y bajé con una pistola en mis manos, camine lentamente al auto azul.

En medio de la carretera estaba una mujer totalmente ensangrentada, pase aun lado de ella. Le di vuelta al auto, y miré al hombre muerto dentro del auto.

El fuerte olor a gasolina me orientó, el auto no tardaba en arder en llamas, cuando estaba por alejarme escuche una voz venir del asiento trasero.

Asomé por el cristal del auto, ahí estaba ella bañada con su propia sangre, era mi Ángel luchando por salir del auto que no tardaba en arder en llamas.

Intente abrir la puerta para ayudarla a escapar del infierno que estaba por devorar ese auto, pero mis esfuerzos fueron inútiles.

La puerta se encontraba a trabada con algo, tomé mi pistola de atrás de mi cintura y dispare una vez sobre el cristal.

Enseguida abrí la puerta, tomando a mi Ángel de su mano, intente atraerla hacia mí pero su pie estaba trabado con el sillón delantero.

El auto comenzó a incendiarse, los segundos estaban contados, si no sacaba a mi Ángel de ahí en menos de un minutos ella y yo estaríamos en el infierno.

Entre al auto arriesgando mi propia vida, solté el pie del asiento delantero y con fuerza la jale hacia mí.

Pude sacar a mi Ángel antes de que el auto se incediara, al estar a una corta distancia, el auto ardió en llamas, solo pude cubrir con mi cuerpo a mi Ángel.

Si no fuera porque la cubrí su bello rostro se hubiera desfigurado con las llamas. Recuerdo que puedí el conocimiento, al despertar estaba en la habitación de la clínica de mi padre.

Me encontraba poca abajo, un fuerte dolor detrás de mi espalda me torturaba, sentía la mirada furioso de mi padre intentando matarme..

_¡ Eres un inconciente,Lawrence !... ¡¿Cómo pudiste poner en riesgo tu vida por la de una mocosa de nueve año?!..

Esa noche mi padre estaba furioso, pero por mi mente solo pasaba el rostro de mi Ángel. Después de ese día, mi padre solo espero que me recuperara para volverme enviar al extranjero y que nadie supiera que puse en riesgo mi vida para salvar a mi Ángel...

Ahora comprendo porque desde el primer momento en que la vi, sentí que ella era mía.