Lluvia II

NARRADOR

Patricio corría contra reloj. Su hija estaba en peligro, bueno, en realidad sus dos hijas, pero ahora lo más urgente era que Cielo estuviera bien y fuera atendida por Zafiro, porque aunque Lluvia ha estudiado muchísimo el veneno de los Vampiros y su mezcla con los Lobos, nunca había nacido un bebé de una persona con ambos venenos en su sangre, claro, eso hasta que nació Cielo.

Y todo lo que a ella le pasa es un misterio para todo el mundo, pero al menos Zafiro ya tiene siglos viendo cómo usan el veneno y conoce la mayoría de los efectos que causa en las criaturas del bosque. Ella, mejor que nadie, podría ayudar a Cielo, además de que ella cuidó de Lluvia durante todo el embarazo desde que esta recibió el veneno de los Vampiros.

—Resiste, mi Cielo, ya pronto llegará la ayuda —Lluvia le colocó a su hija un calmante para que soporte el dolor que siente y pueda resistir hasta que Patricio encuentre a Zafiro, lo cual podría tomar un par de días porque el territorio de los Vampiros está algo lejos y le tomaría un día a Patricio llegar y otro día volver.

Patricio, por más que quería ir más rápido, no podía y tuvo que detenerse a mitad de camino para darle de beber al caballo y dejarlo descansar unos instantes, para luego poder continuar su camino.

Mientras Lluvia y Patricio se quedaban sin tiempo para ayudar a su hija menor, Rayo y Bastián, con la ayuda de las Hadas, lograron comunicarse con Brianna, la madre de Bastián, quien al recibir el mensaje preparó al Sexto Clan para una batalla monumental. La misión:

asegurarse de que Niebla llegue sana y salva al tercer árbol y luego al resto.

El Sexto Clan comenzó a moverse para proteger a sus líderes, al igual que el Clan de la Lluvia, el cual no va a dejar desprotegida a Niebla. Lluvia y Patricio por ahora no pueden unirse a la batalla, pero Lucca sí. Este, junto a su hermano Héctor, lideran al resto de los clanes. Niebla tiene mucha ayuda, así que Patricio y Lluvia pueden concentrarse en Cielo, quien está en espera de que su cuerpo acepte o no ser un híbrido.

Lluvia hace todo lo posible por su hija menor, todo lo que aprendió del anciano y lo que Zafiro le enseñó. Ahora no puede hacer más que esperar y confiar en que su hija menor es lo suficientemente fuerte para soportar lo que le está pasando y que lo pueda superar.

A altas horas de la noche, Patricio llegó al territorio de los Vampiros y fue detectado rápidamente por los fieles guardianes de Zafiro, quienes le informaron de su llegada a su territorio.

—Déjenlo que llegue a mí, si está aquí algo malo pasó —Zafiro espera pacientemente la llegada de Patricio, quien en pocos minutos más llegó frente a Zafiro.

—¿Qué tan grave es lo que pasa? —indaga Zafiro, porque no es normal que él venga en persona. Siempre que la necesitan envían a un mensajero; jamás llegan él o Lluvia en persona a buscarla.

—Cielo comenzó a cambiar, pero está sufriendo mucho. Lluvia dice que su cuerpo aún no decide

—responde Patricio, agotado por el viaje tan largo que acaba de hacer.

—Esto no es posible. Dijeron que ella no cambiaría hasta que encontrara a su pareja y eso aún no ha pasado, ¿verdad? —Zafiro se coloca de pie y se acerca a Patricio.

—Así debía ser, pero no sabemos si Cielo conoció a alguien nuevo, o si alguien llegó a nuestro territorio y esa persona sea su pareja. No sabemos nada, pero con lo que está pasando en el bosque es muy posible que algún desconocido se acercara a ella y que esa persona sea su pareja destinada —Patricio está muy nervioso.

—Iré contigo a ayudarla, pero como están las cosas, está muy difícil saber quién es la pareja de Cielo. Puede ser un Vampiro, un Lobo o cualquier criatura de este bosque, así que es mejor ayudarla a soportar el cambio, y cuando todo pase, buscar a su pareja —Zafiro y Patricio tomaron caballos distintos, ya que el que trajo a Patricio está agotado y no podía hacer el viaje de regreso.

Todo el camino de regreso fue muy largo para Patricio, quien moría por ver a su hija menor. Su pequeña princesa debía poder soportar el veneno como lo hizo su madre o al menos eso espera él, después de todo tienen la misma sangre.

Mientras Zafiro y Patricio viajan de regreso al castillo, en este, Lluvia vela el sueño de su hija menor, quien no deja de quejarse y hablar dormida. Lluvia no entiende bien el idioma que su hija está hablando, pero la protegerá por encima de todo y todos, es su niña y no importa en lo que se convierta, ella estará ahí con ella siempre.

—Patricio, Zafiro, apresúrense —súplica en voz alta Lluvia mientras observa por la ventana del castillo.

Mientras esperaba, Lluvia recibió el mensaje de Rayo y Bastián, diciéndole lo que harán para proteger a Niebla, algo que le da un poco de tranquilidad a Lluvia. Sin embargo, no puede dejar de preocuparse por sus hijas, las cuales están en peligro.

Después de haber recibido el mensaje por parte de Rayo y Bastián, Lluvia se debate entre contarle o no a su hijo mayor lo que pasa con la menor de la familia. Al final, después de debatirlo por un largo rato, Lluvia decidió decirle a su hijo lo que estaba pasando con su hermana menor, de esa forma no se sorprendería al volver si la ven cambiada.