Desastre Perfecto

Camila Prescott

Todo parece ir bien, todo se ve tan perfecto, tan irreal, Luke y yo estamos tan bien juntos, disfrutando cada momento juntos, dentro o fuera de la habitación. Pero algo en mi me grita que algo está mal, y eso me da miedo, un mes ya a pasado desde todo, estamos bien juntos, se viene la semana de exámenes y las vacaciones están también a nada de llegar mis padres están felices de que llegue la navidad y vuelva a casa dos semanas, también Mike me animo a meter la solicitud para el curso de un año en Oxford y en unos días me llegará la respuesta, estoy nerviosa.

El sonido de mi celular me saca de mis pensamientos.

«Llamada»

-¿Si?

-¿Camila?

-Si, quien habla

--Soy el padre de Luke.

-De verdad, por qué no me deja en paz.

-Necesito hablar contigo, pero sin que Luke sepa.

«Fin llamada»

Me colgó y me llego un mensaje de él «Te veo en este lugar, a las 3, se puntual Camila» un escalofrío recorrió mi cuerpo, sentía la curiosidad de saber que quería, pero con lo que pasó la última vez me daba miedo ir, pero se que no dejaría de insistir, a si que salí de la universidad y avisé a Daniel que me cubriera una hora en el trabajo, el aceptó

—¿A dónde vas? —La voz de Eros me detiene y me giro a verlo.

—A comprar algo, en dos días es el cumpleaños de Luke —era verdad en dos días era el cumpleaños de Luke, tuve que decirle eso, no podía decirle la verdad, al menos aún no, mientras no sepa que quería el señor Weston

—Oker, haré pasta para la cena

—Perfecto, te veo más tarde —el asintió dejo un beso en mi cabello y se fue, yo camine y pare un taxi, y le di la dirección del restaurante, al llegar era un lugar algo íntimo, pocas personas y parecía un buen lugar para no ser vistos, ahora entendía por qué este lugar, el no quería que su hijo se enterar, me llevaron a la mesa donde estaba el.

—Hola Camila —dijo el estirando su mano, dude unos segundos antes de aceptarla —toma asiento —agrego, y me senté frente a el.

—Dijame que quiere —pregunte directa.

—Me gusta que seas directa —dijo con una sonrisa de arrogancia —sabes lo que quiero.

—No me alejare de Luke, no mientras el no me lo pida.

—Si lo haras, si no quieres que tus padres sufran las consecuencias —lo mire con una ceja alzada.

—¿Que quiere decir? —pregunte curiosa.

—Tengo el poder suficiente para hacer que pierdan todo lo que tienen, obviamente si te alejas de Luke te podrás ir a Oxford tranquila de eso me encargo yo.

—Me está amenazando con mis padres y mis estudios señor.

—Tomalo como quieras, una llamada y pierden todo, y tú te olvidas de Oxford —sentia mi sangre hervir, apreté mis puños, no podía dejar que mis padres pierdan lo que por años les a costado construir juntos, no podía dejar que por mi culpa ellos pierdan todo, amaba a Luke, pero si estar con el provocaba que su padre les arrebatará todo su esfuerzo de años, no podía penritirlo, no podía dejar que él, les hiciera eso, no podía dejar que ellos pierdan todo por lo que siento por Luke —tienes hasta que acabe tu semana de exmanes para tomar una desicion —agrego me puse de pie de golpe, la silla casi caí al suelo, sentía como las lágrimas amenzaban con salir, subí a un taxi y me fui a la residencia, al llegar estaba Eros en la cocina, dejo todo al verme.

—Que tienes Lindura —dijo con su voz preocupada, solo lo abrace y llore como una niña en sus brazos, apagó la estufa y nos encerramos en mi habitación, le conté todo entre sollozos, el solo oía en silencio, sus puños estaban apretados, su ceño fruncido.

—Lindura —dijo con suavidad —ven acá —me abrazo y llore de nuevo en sus brazos, hasta que me vencio el sueño.

Desperté y estaba todo oscuro, oí voces y sali, estaba Luke con Eros, Eros me sonrió y Luke me dió un beso corto en los labios.

—Me dijo Eros que te sentías mal, estás enferma amor —negue con una media sonrisa.

—Solo necesitaba descansar —dije sin más, Luke me miró extrañado.

—Algo pasa, te conozco, tu no dejas nada a medias, menos faltas al trabajo, tienes un horario para todo —odiaba a veces que me conociera tan bien, en tan poco tiempo, pero no sabía cómo decirle la verdad, sabía que no podía decírsela.

—Me sentía cansada, y me dolía la cabeza, es todo Weston —el asintió resignado y me sente con el, veían una película, me sentía tan en paz en sus brazos, que no sabía cómo le haría, como le diría la verdad, o como lo dejaría, eran tantas cosas que me sentía abrumada, sentía estrés, un estrés que no tenía idea que podía sentir, me deje abrazar por el y nuevamente me quedé dormida en sus brazo.

Desperté en la habitación de Luke, lo ví dormido tan tranquilamente, su respiración pausada, sonreí y me levanté para irme a duchar, ya estando en mi habitación me duche y aliste para la universidad, llame a Mike para que pasará por mi, sin despertar a nadie salí de la reiadencia.

Tuve mi rutina diaria, después de la universidad me fui al trabajo, dónde fue un día movido que ni tiempo de ver mi celular o de pensar tuve, a la hora de salida me fui directo a la residencia, al llegar estaba Eros y Luke en la cocina.

—Hey —me decía Luke —estabamos preocupados —agregaba dándole un beso, mostré una media sonrisa.

—Tuve mucho trabajo y fue pesada la universidad —dije sin verlo, tome una botella de agua y agarre una pastilla para el dolor de cabeza.

—Lindura estás bien —preguntaba Eros.

—Si, solo cansada —dije —me voy a dormir —le di un beso a Eros en la mejilla y uno en los labios a Luke, me fui a mi habitación y coloque seguro, me duche y coloque la pijama, hice tarea, y cuando ya no pude más me agarre a llorar, debía dejarlo pero mañana era su cumpleaños y no le haría eso en ese día, en eso mi celular vibró y lo tome, era un mensaje de mi suegro.

«Tic tac Camila»