De la novela "Los hijos que me dio la vida", de la cual surgieron tantas historias con cada uno de sus personajes más relevantes, llega ahora la historia de Emma e Isabella: dos hermosas niñas que fueron la cereza del pastel y la cura para un par de almas rotas. Dos personas que fueron víctimas de la vida y de las circunstancias, pero que, juntos, sanaron y dieron vida a sus dos princesas.
Ahora, esas pequeñas han crecido. Las gemelas maravilla tienen 27 años y han vivido una vida cargada de locuras, ingenio, travesuras y momentos llenos de risa. Comparadas con sus hermanos —en especial con Duván, el más revoltoso—, ellas siempre llevaron todo al extremo. Nunca hubo tranquilidad en ese hogar, pero heredaron el corazón noble de sus padres. Aunque son mujeres alocadas, poseen muchas virtudes y una lealtad inquebrantable.
A sus vidas llegarán dos personas que les robarán la razón y harán palpitar sus alocados corazones. Acompáñenme en esta nueva aventura.
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CAPITULO CATORCE
Emma
Ya había pasado un mes, y aunque a mi consultorio le está yendo muy bien, por mi mente se me ha cruzado Agustín últimamente, y es inevitable que mi corazón no duela. Cuando llegamos a Miami busqué por todos lados el número de él, juré que lo había apuntado en algún lado, pero no fue así, no lo hallé.
Los últimos días me he comenzado a sentir muy extraña, un repentino cambio de humor me está golpeando de la nada, puedo estar feliz, pero a la vez sentir tristeza, luego aburrimiento y finalmente enojo, ni yo logro comprender esos cambios.
- Deberías hacértela _ insistió Isabella.
- No, no me haré nada, sé que no es eso_ le respondí en voz baja.
- Me va a tocar obligarte _ me advirtió.
- cállate, nos van a escuchar _ le dije al notar que estaba subiendo el tono de su voz.
- Entonces realizate la prueba, si no me haces caso, hablaré con nuestros padres _ me advirtió y eso me llenó de enojo.
- no tienes por qué interferir en mis decisiones, eres mi hermana y mejor amiga, pero eso no te da derecho de amenazarme, si no me quiero hacer esa prueba de embarazo, no me la haré, así de sencillo, no me vas a obligar, ¿entiendes?_ dije severamente. Solo ví el rostro de mi hermana contraído, luego noté que con su mirada me trataba de decir algo, yo giré mi rostro hacia la puerta y allí estaba mi mamá.
- pru.. Pru.. ¿prueba de embarazo, dijiste?_ preguntó, agaché la cabeza, Isabella se puso de pie y se hizo en medio de nosotras.
- mamá, lo podemos explicar _ habló mi hermana.
- "¿lo podemos explicar?", por supuesto que lo van a explicar _ escuché el sonido de los tacones de mi madre adentrándose aún más en la habitación, luego sentí como se hundió la cama, yo tenía mi cabeza metida en mis piernas con mis brazos cubriendo mi rostro, no me atrevía a mirarla a la cara.
- mamá, tranquila, es solo una suposición que estábamos haciendo, no significa que así sea_ mi hermana seguía intercediendo por mi.
- Entonces a qué le teme Emma, es tan sencillo como utilizar preservativos para evitar embarazos si es que no quier a pasar por uno, ¿acaso eres una adolescente?, ¿acaso perdí todo el tiempo que dure hablándoles sobre la sexualidad?, te espero en 5 minutos en mi habitación_ sentenció mi madre, ella se puso de pie y salió.
- ¿que haré Ahora?_ le pregunté a mi hermana quien se encogió de hombros.
- Ni modo, no tienes otra opción,vamos, te acompaño, se que mamá no me va a querer ahí, pero no te dejare sola _ Isabella me tomó de la mano y nos dirigimos a la habitación de mis padres, la puerta estaba abierta, entramos.
En ese momento mi mamá iba saliendo del baño, nos vio y se cruzó de brazos.
- ¿Eres su guardaespaldas? O acaso tuve siamesas en vez de gemelas y por eso no se separan _ se dirigió a Isabella.
- Quiero estar aquí con Emma, no me voy a ir_ le respondió.
- no me voy a desgastar discutiendo con ustedes, vamos al baño _ mamá dió media vuelta y nosotras caminamos detrás de ella, yo no había emitido ni una sola palabra, no sabía que decir.
Pasamos al baño, mi mamá ya había preparado tres pruebas caseras, agarré una por una y con todas me realicé la prueba, dejamos todo sobre la encimera del lavabo y le dimos la espalda.
_ y dime, ¿quien es el chico?_ agaché la cabeza.
_ mamá, por favor, otro día la interrogas _ de nuevo Isabella intercediendo por mi.
- Soy su madre, no su enemiga, independientemente de lo que suceda, siempre estaré para ustedes, me parece injusto que me hagan a un lado y no sientan la confianza de hablar conmigo _ mi madre se veía genuinamente desilusionada.
- mamá, no pienses así, de momento no hablo, no por qué no quiera contarte nada, es por qué estoy en shock, todo esto es muy repentino, no proceso nada de lo que está pasando, se que es mi responsabilidad, pero aún así, no fue algo que contemplé, además tome precauciones _ dije recordando la pastilla del día después.
- Esas "precauciones" como tú le llamas, pueden fallar, y estoy segura que el condón, no fue parte de esa precaución, ¿o si?_ negué y mi mamá agachó la cabeza.
- Está bien, está bien, no voy a regañarte por eso, pero fuiste muy descuidada, hay muchas enfermedades sueltas, creería que el embarazo es mucho mejor que una ETS, pero te arriesgaste demasiado _ mi madre intentó darme un consuelo, pero estaba hecha un manojo de nervios.
- perdón mamá, los defraudé _ dije.
- no nos has defraudado, además ya eres una mujer hecha y derecha _ Isabella tocó mi hombro y habló.
- Ya pasaron 5 minutos, vamos a revisar _ las tres giramos y nos quedamos viendo, dos lágrimas rodaron por mis mejillas, mi mamá e Isabella me miraron en sincronía.
- Todo va a estar bien _ dijo mi mamá, mientras rodeaba mi cabeza con un abrazo, Isabella se unió a nosotras.
En ese justo momento, entró mi papá y nos encontró así, se acercó a nosotras, y antes de abrir la boca para preguntar que estaba sucediendo, miró el lavabo, allí estaba su respuesta, el tomó una de las muestras y balbuceó.
- y... Y... Es-esto que significa _ indagó, mi mamá levantó la vista hacia el.
- ¿no es claro lo que significa?_ el señaló a Isabella, luego me señaló a mi _ Vamos ser abuelos, Emma está embarazada _ le contó mi mamá, mi padre dió dos pasos hacia atrás hasta chocar con la pared.
-¿es enserio?_ preguntó y yo asentí.
- Si papá, en las tres pruebas dice que es positivo _ comenté _ estoy embarazada_
- ¿y el papá?, ¿quien es el papá?_ el hizo la pregunta que no quería que me hicieran.
- El papá...el papá, no es de aquí _ respondí si dar detalles.
- ¿De dónde es?_ la curiosidad de mi madre se agudizó.
- De Colombia _ agaché mi cabeza.
_ Es Colombiano, pero supongo que vive aquí _ se que mi mamá comprendió lo que le dije, pero tenía la esperanza para que no fuese así.
- no mamá, el es colombiano y vive en Colombia _ mi papá se pasó las manos por la cabeza.
- se les dijo que se comportarán en ese viaje, ¿por qué no fuiste más cuidadosa hija?, ¿como vas a otro país y haces esas cosas?_ mi padre seguía hablando.
- Ya papá, en estos momentos Emma también está en shock, ella es consciente de lo irresponsable que fue, pero ya no se puede hacer nada, solo debemos enfrentar esta nueva realidad _ Isabella intervino.
- Así es amor, después tendremos tiempo para hacer más preguntas, por ahora debo llamar a Matilde para que me ayude a sacar una cita, debemos hacer que revisen a Emma y estar seguros de que todo esté bien con nuestro nieto _ dijo mi mamá.
- Está bien, llámala, pero yo también iré a esa cita_ le dijo mi papá a mi madre, luego se dirigió a mi _ y no estás sola, somos tu familia, no dudes en buscar nuestro apoyo, jamás las vamos a dejar solas_ fue inevitable no llorar.