Nelly es una elfa a quien el destino le ha jugado una mala pasada, siendo engañada por su hermana, ella se ve envuelta en una situación tensa. ah pasado la noche en la habitación de un hombre al que no conoce. Al perder su honor es exiliada de su familia. Cuatro años después regresa por trabajo acompañada de un pequeño niño, y siendo acosada por un hombre que solo quiere pagar una deuda, por petición de su abuela... Ellos no sabían que sus destinos ya habían sido marcados por el lazo de un Después.
NovelToon tiene autorización de KeliindA RojanO C. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
No soy tonto
POV SKAILER
*¿Qué demonios...? ¿Esa... esa es ella? ¿La chica de hace cuatro años? No, no puede ser. Se ve tan... diferente. Tan... rota. ¿Qué le pasó? ¿Realmente fui yo el que causó todo esto?*
*Su historia... suena convincente. La desesperación en su voz, la forma en que me mira. Me hace sentir una punzada de culpa, lo admito. Si realmente fui yo quien la puso en esta situación, tengo que hacer algo. No soy de los que dejan a la gente tirada, y menos si fui yo quien los tiró.*
*Pero... hay algo que no cuadra. Su historia es demasiado... perfecta. Demasiado conveniente. Como si estuviera actuando. Y yo he visto suficientes actuaciones como para saber cuándo alguien está fingiendo.*
*No puedo ser un idiota aquí. No puedo simplemente creer todo lo que me dice sin más. Necesito asegurarme de que es realmente ella. Y necesito tenerla cerca para verla, para observarla. Si es la misma, y si realmente necesita ayuda, entonces la ayudaré. Pero no voy a dejar que me use.*
Me acerco un poco, tratando de mantener la calma. —Entiendo que estás pasando por un momento muy difícil— digo, con mi voz firme pero no dura. —Y si fui yo quien te causó esto, entonces asumo mi responsabilidad. Puedo ayudarte a salir de esta situación. Puedo darte dinero, ayudarte a encontrar un lugar mejor para vivir. Lo que necesites para empezar de nuevo—
La observo atentamente mientras hablo. Veo cómo sus ojos se iluminan un poco, pero también noto una cierta... avidez. Como si estuviera esperando esa respuesta. Eso me confirma que debo ser precavido.
—Pero— añado, asegurándome de que escuche bien, —necesito estar seguro de que eres tú. Necesito verlo con mis propios ojos. Y necesito que me des alguna prueba, algo que me confirme que eres la persona que dices ser—
Veo cómo su expresión cambia. La esperanza inicial se mezcla con un poco de frustración. Empieza a hablar de su miseria, de su deseo de salir de esa pocilga. Y yo la escucho, pero mi mente está analizando cada palabra, cada gesto.
—Si es así— digo, interrumpiéndola suavemente, —entonces mañana mismo te consigo un lugar. Un buen lugar. Pero necesito esa confirmación. Y mientras tanto, quiero que te quedes cerca. Que no te vayas. Así puedo asegurarme de que todo está en orden y que no hay... sorpresas.—
La idea es mantenerla bajo mi radar. Si es la verdadera víctima, la ayudaré. Si es una impostora, la descubriré. Tenerla cerca me da la oportunidad de investigar, de confirmar su identidad y sus intenciones.
No voy a ser el tonto que cae en la primera trampa.
Necesito tener al enemigo cerca, o al menos, a la persona que creo que podría ser mi enemiga.
Ella acepta.
Veo una mezcla de alivio y quizás un poco de decepción en su rostro. Pero por ahora, es suficiente. Mañana será otro día, y tendré más información. No voy a regalar mi ayuda sin estar seguro de a quién se la estoy dando.
Regreso a casa con Elena.
El regreso a casa estuvo en total silencio, y tampoco tenía ganas de hablar, ella al parecer tampoco.
Me pidió que la deje en un restaurante, y eso hice, la dejé en la entrada. Antes de bajarse, me lanza la pregunta: —Skailer, ¿te gustaría quedarte a comer conmigo?—
La verdad estaba con ella porque era ese ducto que me llevaba a Selene, Pero comer con ella como si fuéramos amigos no me apetece.
No puedo.
Ni quiero.
Mi cabeza está en otro lado. Tengo que procesar todo lo que pasó con Selene. O quien quiera que sea.
Así que le suelto la excusa más vieja del libro, pero efectiva: —No, Elena, tengo muchas cosas que hacer. Te veo luego— Ella asiente, un poco decepcionada, pero entiende. Y yo me voy de ahí, directo a mi fortaleza.
Al llegar a casa, ahí está Dara. Siempre en su puesto, como mi fiel compañero de videojuegos. Me mira con esa ceja levantada que ya conozco.
El motor del carruaje apenas se apaga y ya siento el peso del día. La cabeza me da vueltas con la imagen de Selene y la duda de si es ella o no. El regreso a casa fue un poco como un interludio en medio de un tema intenso.
Al abrir la puerta, el silencio de la casa me recibe, pero no por mucho tiempo. Antes de que pueda soltar las llaves en la mesa, escucho un ruido en la sala. Y ahí está, Dara, sentado en el sofá, con el control de la consola en la mano, pero con la mirada fija en la puerta. Me está esperando. Sabía que vendría. Lo llamé hace un rato, apenas salí del encuentro, para que estuviera aquí.
Me quito la chaqueta, la arrojo sobre el sillón y me dejo caer en el sofá de enfrente. Dara pausa el juego, y sus ojos se clavan en los míos. No necesita preguntar. Él sabe. Sabe que fui a ver a Selene, sabe que el ambiente estaba tenso, sabe que esto no es un juego de niños.
—¿Y bien? ¿Qué tal el encuentro con... Ella? me suelta, con una ceja levantada y un tono que mezcla curiosidad y preocupación. Él ya sabe de qué va la cosa. Le conté a grandes rasgos lo que pasó, la historia que ella me contó, y lo que sentí.
Me paso la mano por la cara, soltando un suspiro pesado. —Es... complicado, amigo. No estoy seguro de nada, ni se cómo voy a solucionar esto—
Dara me mira, esperando más. Él es así, un muro de contención para mis cosas —Complicado, ¿cómo? ¿Es ella o no es ella? ¿Le creíste todo lo que dijo?—
Me río, una risa sin ganas. —Esa es la pregunta del millón, amigo. Se parece, sí. Demasiado. Pero hay algo en sus ojos, en su historia... no sé. Suena a verdad, pero también suena a una actuación de Oscar. Como si estuviera leyendo un guion perfecto para sacarme algo—
Dara asiente lentamente, con su mirada pensativa. —Ya veo. Entonces, ¿qué vas a hacer? ¿La vas a dejar así, o vas a caer en su juego?—
Niego con la cabeza. —Ni una cosa ni la otra, amigo. No puedo dejarla así, si de verdad es ella y yo la cagué. Pero tampoco voy a ser el tonto de la película. Necesito tenerla cerca. Necesito investigarla. Ver si es la de verdad, o una impostora con una buena historia—
Me inclino hacia adelante, mirando a Dara directamente a los ojos. —Por eso te llamé, amigo. Necesito tu ayuda. Mañana a primera hora, quiero que te muevas. Busca un apartamento. Un lugar decente, seguro, pero que no levante sospechas. Para ella. Discreto, como siempre—
Dara me mira, y esta vez, su expresión se vuelve más seria, más cómplice. —Entendido. Ya sé lo qué debo hacer. ¿Alguna otra cosa en la que pueda echarte una mano?—
Le sonrío. —Por ahora, solo eso. Y mantente alerta. Esto puede ponerse interesante—
Él asiente, vuelve a tomar el control de la consola, pero sé que su mente ya está maquinando. Dara es el mejor para estas cosas. Y yo, por mi parte, tengo que empezar a pensar cómo desenmascarar a esta Selene" si resulta ser una farsa.
O cómo ayudarla si es la verdadera. Esto es como un nivel final de un videojuego, donde cada decisión cuenta...
porque si no es como yo lo pienso o me lo imagino y de verdad Skailer cayo en la trampa y le dio la casa y la tarjeta confiando en que Elena hará lo que el dice sería idiota y un ingenuo
y esa será la prueba que ellas necesitan para su mentira
pd: espero que no la encuentren
ya que cuando estuvo con Nancy el sintió muchas cosas y que se de cuenta que eso es una trampa