Es la historia de un amor Asexual, un tributo al romance, Helen y Davis tendrán una relación fuera de lo común, dónde el sexo no se hace necesario para expresar los sentimientos ni el deseo mutuo.
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CAPITÍLO XV: CAMBIOS RADICALES
Pasaron dos años, las cosas habían cambiado, la vida se había hecho rutinaria y aburrida, los besos y las caricias escaseaban, me olvide de comer sano y del ejercicio y
gane peso de más, sin embargo, el, se ejercitaba en casa, saco músculos y su abdomen se definió, se veía tan varonil.
Muchas veces debía tomar horas extras para llevar más a dinero al hogar, con el tiempo me fui estresando, después de una guardia nocturna, llegué a casa exhausta, solo quería dormir por días.
—Hola amor, mucho trabajo—Dijo Davis.
—Hola, sí—Confirme con un suspiro.
Me acosté en mi cama, el llego con intención muy cariñosa de dormir conmigo, pero yo de forma antipática lo corrí de mi lado y salió molesto.
Desde allí, nuestra relación se tornó fría y distante, dormíamos juntos, pero no abrasados como antes, lo peor del caso es que ninguno tuvo la iniciativa de hablar sobre lo que pasaba.
Lisa volvió de visita de la ciudad, con ropa elegante y un auto nuevo del año, fuimos almorzar y hablar sobre nuestras vidas.
—Me alegro de que te esté yendo bien hermana.
—Gracias, pero que paso con tu figura—Comento con intriga Lisa.
—Los años no pasan en vano
—Mi querida hermana, puedo saber cuándo una mujer es desdichada, no pareces una persona feliz—Aseguro Lisa.
—No digas eso, soy feliz con Davis y mi querido Lían.
—No trates de engañarme, dime qué te pasa.
Entonces Con lágrimas en los ojos me desahogué.
Me propuso vivir y emprender un negocio en New York, según me conto, había ganado mucho dinero con el modelaje, pero mi intuición, no dejo creerle del todo, sabía que faltaba algo más en su historia, aun así, lo
consulte con Davies y terminamos aceptando lo que proponía.
Llegamos a New York, con todo el financiamiento de su parte, abrimos una pizzería, Davis diseño una app para vender con delivery, las ventas fueron muy buenas en el mes de inauguración.
Lisa me insistió que viviéramos todo en un espacioso apartamento que tenía en el centro de la ciudad, a menudo cuando le preguntaba por una campaña o pasarela para la que había trabajado me desviaba el
tema.
De repente éramos empresarios, Davies le pidió a Lisa que lo ayudara a formar una empresa de servicios de seguridad informática y software para empresas, así
que me quede a cargo de la pizzería, no era una experta gerenciando, pero necesitaba un descanso de la medicina.
Me gustaba mucho el apartamento donde ahora vivíamos, tenía más tiempo para estar con mi familia, aunque estaba algo seca con mi amor, hasta que le convide a bañarnos juntos, estando solos en la ducha, nos besamos como hacía muchos que no lo hacíamos, disfrutaba tanto sus labios en los míos, quedamos desnudos los dos, tomo la iniciativa y besaba cada parte
de mi cuerpo, me voltee para que besara mi espada, pude sentir como su miembro erecto rosaba mis rosadas nalgas, en un estasis frenético, metió lentamente la punta de su pene, digamos que en mi parte trasera, estaba rendida ante el placer, pero él se
dejó llevar por la emoción del momento y metió su enorme cualidad en mi interior, lo que causo un dolor incómodo e inmediatamente.
—Ya para, me duele.
—Oh sí, aguanta un poco más—Insistió Davis.
—No ya.
—Está bien.
Rápidamente, me enjuagué y salí del baño, en minutos más tarde, no se contuvo y toco el tema.
—Lo siento mi amor si te dolió—Declaro Davis
—No te preocupes.
—Por unos escasos segundos tuvimos sexo.
—¿Siempre tiene que doler? —Le pregunte a mi Amor.
—Por lo general si, cuando es por primera vez—Explico Davis
—A ti te gusto.
—A decir la verdad, es difícil, de explicar y a ti—Expuso Davis.
—No lo sé, estoy confundida.
—Pero podemos intentarlo si quieres—Comento Davis.
—No, mejor bésame como la primera vez.
—Si mi amor.
Nos besamos mientras contemplamos el rostro uno del el otro, le pregunte si estaba gorda y su respuesta fue con sonrisa “Así tengo más de donde agarrarte” amanecimos abrasados y muy contentos.
—Estan muy alegres esta mañana, como que hubo reconciliación ayer en la noche—Insinuó Lisa.
—Dormimos bien, verdad amor—Conteste con una sonrisa.
—Si mi vida—Confirmo Davis.
—Si como ustedes digan, tengo que decirle que no tienen que fingir conmigo, si quieres se pueden besar como la pareja que son.
—No nos besamos en la boca, por respeto a mamá—Argumento Davis.
—Pero ya mamá no está y si Lisa no tiene problema con eso, está bien—Comente.
Me agarro por la cintura y nos dimos un romántico y largo beso, el deslizo despacio sus manos hasta tocar mis nalgas.
—Guao, son mis ídolos, en toda mi puta vida, nunca he visto besarse así, es como una película romántica—Exclamo Lisa.
—Eres muy elocuente hermana, solo es amor sincero
—Quiero que conozcan a mi novio—Dijo Lisa.
—Pensé que estabas soltera—Repliqué con asombro.
—Es un chiste, yo necesitó tener sexo o si no me marchito.
—Y tú estás enamorada—Pregunto Davis.
—No como crees, lo hace bien, tiene dinero y ya.
—Me duele escucharte hablar así, mama no fuera querido que te volvieras una interesada—Afirme con desagrado.
—De que hablas, ya te lo había dicho, no quiero acabar pobre cocinando y siendo la sirvienta de un idiota, quiero viajar, vestir a la moda y disfrutar mi vida.
—Tienes que tener cuidado con esa forma de pensar la codicia no es buena—Exclamo Davis.
—Ustedes no entienden.
—Solo queremos lo mejor para ti, porque te queremos—Manifesté
Desayunamos y cada quien salió para sus labores diarios, Lían se quedó con una niñera, en ocasiones lo llevaba a pasar el día conmigo en la pizzería, pasados unos meses me sentí un poco abrumada por la contabilidad y el funcionamiento interno del negocio, por lo que me decanté por contratar un gerente y quedarme en casa como una madre de tiempo completo.
Estando en casa, me vino la idea de tener otro hijo, tal vez adoptar o embarazarme de forma natural, lo siguiente fue hablarlo con Davis.
—Amor y si tenemos otro hijo, antes que seamos más viejos.
—Si me gustaría, quieres adoptar—Contesto Davis.
—Pensaba en un hijo propio.
—Entonces tenemos que tener relaciones, hasta que quedes en estado.
—No, vamos intentar inseminación artificial.
—Me parece bien.