Sarah siempre había tenido a Liam en su vida, pero jamás imaginó que sus sentimientos por él podrían cambiar. Es el mejor amigo de su hermano, un chico que siempre estuvo en su órbita, pero nunca en su corazón. Sin embargo, una noche mágica, bajo el brillo de las estrellas, todo cambia. La atracción es inmediata, poderosa, y aunque duda, no puede evitar sucumbir al deseo. El amor se convierte en una lucha interna entre lo que siente y lo que debe hacer. ¿Podrá vivir con el riesgo de perderlo todo por un amor que parece destinado a romper las reglas?
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El Secreto Mas Bonito
Liam :
El día pasó lento. Nos vimos poco Apenas un par de miradas cruzadas en la sala un roce accidental de manos cuando pasamos los platos, y esa sonrisa que ella me lanzaba cuando pensaba que nadie la miraba Pero yo siempre la estaba mirando Noah dormía de nuevo en el sofá, y Doruk se encerró con los audífonos puestos
Cuando el reloj marcó las nueve y media, ya tenía el plan en la cabeza No iba a quedarme otra noche sin estar con ella No a escondidas No en susurros. Quería un espacio donde el mundo no pesara tanto Le escribí
Te espero en la entrada trasera a las 10 solo si quieres
No hubo respuesta. Pero a las diez en punto, cuando abrí con cuidado la puerta trasera ella ya estaba allí Llevaba un suéter azul jeans y una mirada decidida
—A dónde vamos —preguntó en voz baja
—A donde nadie nos mire raro si caminamos demasiado cerca —le dije ofreciéndole la mano Y me la tomó
Fuimos caminando en silencio por el vecindario Las calles estaban vacías, iluminadas solo por faroles tenues y el reflejo de la luna No teníamos un destino fijo solo la necesidad de estar juntos sin los límites de la casa
—Siempre haces esto —preguntó de repente— Escapas de noche con chicas en secreto
—No Solo con la que me roba el aire desde que mis ojos volvieron a verla —dije sin pensarlo
Sarah se rio bajito. Un sonido tan suave y honesto que sentí el pecho aflojarse. Caminamos hasta un pequeño parque que estaba casi siempre vacío a esas horas Nos sentamos en una banca bajo un árbol Ella se quitó los zapatos y subió los pies abrazando sus rodillas Yo la miraba sin pudor
—Qué —preguntó notando mi mirada
—Estoy memorizándote Por si mañana no puedo tenerte tan cerca
—Yo tampoco quiero esconderme siempre —dijo—. Pero hoy hoy no quiero pensar Solo quiero estar aquí Contigo
No dije nada Solo me acerqué un poco más, y ella no se apartó Apoyó la cabeza en mi hombro y yo cerré los ojos un segundo Sentí su respiración, el calor de su cuerpo junto al mío
Y entonces como si fuera la cosa más natural del mundo giró el rostro hacia mí Nuestros labios estaban tan cerca que el aire se volvió denso
—Ahora sí —susurró— Si todavía quieres besarme
Y claro que quería La besé Fue suave lento sin prisa. Pero también lleno de todo lo que habíamos callado La sentí temblar un poco como si su cuerpo entendiera que algo acababa de cambiar Y cuando nos separamos, supe que no había vuelta atrás
Sarah me miró con los ojos brillantes
—Estamos jodidos —murmuró
—Lo sé —le respondí— Pero no quiero estar en ningún otro lugar
Volvimos a casa justo antes de la medianoche Entramos por la misma puerta trasera en silencio, sin decir una palabra Pero bastó una mirada para saber que estábamos pensando lo mismo: valió la pena
Sarah subió primero Yo me quedé en la cocina un momento tomando agua tratando de borrar de mi cara la sonrisa imbécil que no se me quitaba
Entonces escuché pasos Pesados Firmes Venían del pasillo. No me dio tiempo de moverme. Doruk apareció con el ceño fruncido
—Tú no dormías hace rato —preguntó, cruzado de brazos
Me encogí de hombros intentando sonar tranquilo
—Salí a caminar un rato No podía dormir
Doruk me escaneó con la mirada como si pudiera leer todo lo que acababa de pasar en mi piel en el brillo de mis ojos, en la forma torpe en la que sostenía el vaso
—Y Sarah —preguntó sin rodeos
Tragué saliva No sabía si lo decía por sospecha o por costumbre Respondí lo más neutro que pude
—No la he visto desde la cena
Él asintió lentamente, pero no parecía convencido Caminó hasta el fregadero, abrió el grifo y dejó correr el agua sin hacer nada con ella Estaba pensando Lo conocía lo suficiente para saber que su instinto estaba alerta
—Seguro que todo está bien —insistió mirándome de reojo
Quise decir que sí Que todo estaba bajo control. Pero no lo estaba Nada estaba bajo control. Así que solo asentí, sin agregar nada más. Porque cualquier palabra extra podía delatarme
Doruk cerró el grifo y se quedó un segundo en silencio
—A veces, lo que uno cree que puede ocultar, se le escapa por los ojos —dijo finalmente, antes de girarse hacia el pasillo y desaparecer sin decir más
Me quedé quieto, con el corazón golpeándome fuerte. Porque sabía que tenía razón. Y porque sabía que esta vez no iba a poder ocultarlo por mucho tiempo
Subí las escaleras con cuidado aún con el eco de las palabras de Doruk retumbando en mi cabeza. Se le escapa por los ojos. Maldita sea. Ojalá no tuviera esa maldita facilidad para decir cosas que calan hondo sin levantar la voz
Cuando pasé frente a la habitación de Sarah la puerta estaba cerrada, pero su luz seguía encendida. Dude. Parte de mí quería tocar entrar seguir ese momento que habíamos dejado flotando en el parque. Pero otra parte sabía que no debía tentar tanto al destino
Fui a mi cuarto Cerré la puerta y me dejé caer en la cama sin siquiera quitarme los zapatos. Cerré los ojos, y lo único que vi fue a ella. Esa forma suya de reír bajito, de mirarme como si el mundo se pusiera en pausa Y ese beso Ese jodido beso que me dejó marcado
No sé cuánto tiempo pasó Quizá minutos Quizá horas Pero luego escuché un golpecito suave Como un secreto queriendo entrar
Me levanté de inmediato y abrí Era ella Sarah Descalza con el cabello suelto y el mismo suéter azul
—Puedo quedarme un rato —susurró
No dije nada Solo me hice a un lado para dejarla pasar Ella entró sin dudar se sentó en mi cama y yo cerré la puerta con cuidado
—No podía dormir —dijo jugando con las mangas del suéter— Pensé que tú tampoco
—Pensaste bien —respondí sentándome a su lado
Nos quedamos así, en silencio mirándonos las manos como si fueran más seguras que nuestras caras
—Te arrepientes
—De qué
—De esto De mí
Me giré hacia ella tomé su cara entre mis manos y la obligué a mirarme de frente
—No No me arrepiento de nada Solo me arrepentiría de no haberlo intentado
Ella cerró los ojos, y su frente buscó mi pecho. La abracé Así, sin planearlo. Como si fuera lo más natural del mundo Como si ya fuera su lugar. Y en ese abrazo, entendí algo sí estábamos jodidos. Pero por primera vez en mucho tiempo también estábamos vivos.
El día pasó lento Nos vimos poco Apenas un par de miradas cruzadas en la sala un roce accidental de manos cuando pasamos los platos, y esa sonrisa que ella me lanzaba cuando pensaba que nadie la miraba. Pero yo siempre la estaba mirando Noah dormía de nuevo en el sofá, y Doruk se encerró con los audífonos puestos
Cuando el reloj marcó las nueve y media, ya tenía el plan en la cabeza. No iba a quedarme otra noche sin estar con ella. No a escondidas. No en susurros. Quería un espacio donde el mundo no pesara tanto, Le escribí
Te espero en la entrada trasera a las 10 Solo si quieres
No hubo respuesta Pero a las diez en punto, cuando abrí con cuidado la puerta trasera ella ya estaba allí Llevaba un suéter azul, jeans y una mirada decidida
—A dónde vamos —preguntó en voz baja
—A donde nadie nos mire raro si caminamos demasiado cerca —le dije ofreciéndole la mano. Y me la tomó
Fuimos caminando en silencio por el vecindario. Las calles estaban vacías, iluminadas solo por faroles tenues y el reflejo de la luna No teníamos un destino fijo solo la necesidad de estar juntos sin los límites de la casa
—Siempre haces esto —preguntó de repente— Escapas de noche con chicas en secreto
—No Solo con la que me roba el aire desde que mis ojos volvieron a verla —dije sin pensarlo
Sarah se rio bajito Un sonido tan suave y honesto que sentí el pecho aflojarse. Caminamos hasta un pequeño parque que estaba casi siempre vacío a esas horas Nos sentamos en una banca bajo un árbol Ella se quitó los zapatos y subió los piesabrazando sus rodillas Yo la miraba sin pudor
—Qué —preguntó notando mi mirada
—Estoy memorizándote Por si mañana no puedo tenerte tan cerca
—Yo tampoco quiero esconderme siempre —dijo—Pero hoy no quiero pensar Solo quiero estar aquí Contigo
No dije nadaSolo me acerqué un poco más, y ella no se apartó Apoyó la cabeza en mi hombro y yo cerré los ojos un segundo Sentí su respiración el calor de su cuerpo junto al mío
Y entonces como si fuera la cosa más natural del mundo giró el rostro hacia mí Nuestros labios estaban tan cerca que el aire se volvió denso
—Ahora sí —susurró—Si todavía quieres besarme
Y claro que quería La besé Fue suave lento sin prisa Pero también lleno de todo lo que habíamos callado La sentí temblar un poco, como si su cuerpo entendiera que algo acababa de cambiar. Y cuando nos separamos, supe que no había vuelta atrás. Sarah me miró con los ojos brillantes
—Estamos jodidos —murmuró
—Lo sé —le respondí— Pero no quiero estar en ningún otro lugar
Volvimos a casa justo antes de la medianoche Entramos por la misma puerta trasera en silencio sin decir una palabra Pero bastó una mirada para saber que estábamos pensando lo mismo valió la pena
Sarah subió primero Yo me quedé en la cocina un momento tomando agua tratando de borrar de mi cara la sonrisa imbécil que no se me quitaba
Entonces escuché pasos Pesados Firmes Venían del pasillo No me dio tiempo de moverme Doruk apareció con el ceño fruncido
—Tú no dormías hace rato—preguntó cruzado de brazos
Me encogí de hombros intentando sonar tranquilo
—Salí a caminar un rato No podía dormir
Doruk me escaneó con la mirada como si pudiera leer todo lo que acababa de pasar en mi piel, en el brillo de mis ojos en la forma torpe en la que sostenía el vaso
— Esta bien - sonrió - descansa me miro nuevamente
__ Gracias broth tu igual - sonreír Él asintió lentamente el me miro nuevamente y antes de irse dijo
—Seguro que todo está bien —insistió mirándome de reojo
Quise decir que sí Que todo estaba bajo control Pero no lo estaba Nada estaba bajo control Así que solo asentí sin agregar nada más Porque cualquier palabra extra podía delatarme Doruk se quedó un segundo en silencio
—A veces lo que uno cree que puede ocultar, se le escapa por los ojos —dijo finalmente antes de girarse hacia el pasillo y desaparecer sin decir más
Me quedé quieto con el corazón golpeándome fuerte Porque sabía que tenía razón Y porque sabía que esta vez no iba a poder ocultarlo por mucho tiempo
Subí las escaleras con cuidado, aún con el eco de las palabras de Doruk retumbando en mi cabeza se le escapa por los ojos Maldita sea Ojalá no tuviera esa maldita facilidad para decir cosas que calan hondo sin levantar la voz
Cuando pasé frente a la habitación de Sarah la puerta estaba cerrada pero su luz seguía encendida Dudé Parte de mí quería tocar entrar seguir ese momento que habíamos dejado flotando en el parque Pero otra parta sabía que no debía tentar tanto al destino
Fui a mi cuarto Cerré la puerta y me dejé caer en la cama sin siquiera quitarme los zapatos Cerré los ojos y lo único que vi fue a ella Esa forma suya de reír bajito de mirarme como si el mundo se pusiera en pauso Y ese beso Ese jodido beso que me dejó marcado
No sé cuánto tiempo pasó Quizá minutos Quizá horas Pero luego escuché un golpecito Suave Como un secreto queriendo entrar
Me levanté de inmediato y abrí Era ella Sarah Descalza con el cabello suelto y el mismo suéter azul
—Puedo quedarme un rato —susurró
No dije nadaSolo me hice a un lado para dejarla pasar Ella entró sin dudar se sentó en mi cama y yo cerré la puerta con cuidado
—No podía dormir —dijo jugando con las mangas del suéter— Pensé que tú tampoco
—Pensaste bien —respondí sentándome a su lado
Nos quedamos así en silencio mirándonos las manos como si fueran más seguras que nuestras caras
—Te arrepientes - agache la cabeza
—De qué - la mire a los ojos
—De esto , De mí - suspire mirándolo
Me giré hacia ella tomé su cara entre mis manos y la obligué a mirarme de frente
—No. No me arrepiento de nada Solo me arrepentiría de no haberlo intentado
Ella cerró los ojos, y su frente buscó mi pecho. La abracé Así sin planearlo. Como si fuera lo más natural del mundo Como si ya fuera su lugar Y en ese abrazo entendí algo sí estábamos jodidos Pero por primera vez en mucho tiempo también estábamos vivos