Talia una mujer de veinticinco años, ha estado profundamente enamorada de Rafael, un compañero trabajo quien desde sus comienzos allí, ha mostrado ser su caballero de brillante armadura, su amor llego a ser tan grande que incluso era demasiado obvia al respecto, llegando a despertar la curiosidad de su mejor amiga Selene, quien también pertenecía a la misma empresa y área de trabajo. Selene, en su condición como amiga de ambos comenzó a ayudarla en su objetivo de poder conquistar al hombre y llegar a declararle su amor. Todo su amor se transformó en un completo dolor, un año después, luego de ver a su amiga Selene de la mano de Rafael, anunciando su noviazgo, dolida y despechada, acepta la invitación de unos amigos a ir a un casino, Ahora para terminar de arruinar su vida, su libertad ya no le pertenecía, luego de esa noche de copas, despertó en una habitación de un hotel marcada por un ALpha.
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Capitulo 15. Escudo y espada
La mañana comenzó, dando paso a un día lleno de chismes y comentarios más allá de la empresa, por todos lados ya se sabía la noticia del matrimonio de Maximiliano Hillcen con una total desconocida para la alta sociedad, con artículos de noticias con encabezados como: “Otro Hillcen domado por una empleada “, también comenzaron a re-subir antiguas entrevistas que le habían realizado al gran empresario, en la cual él daba su opinión acerca de las ataduras del matrimonio y la poca fe que le tiene a ese acto. Los comentaristas y reportajes iban desde los más inofensivos, hasta llegar a los más hirientes, aunque todos terminaban con la misma pregunta, ¿Cómo logro esa mujer convencer al más indomable de los Hillcen?, obviamente y conociendo la personalidad poco sentimental del hombre, nadie ni por un segundo pensó que era por amor, ya que en reiteradas veces han podido confirmar el poco interés del hombre hacia ese sentimiento, llevándolos a la conclusión de que la mujer tuvo que haber realizado alguna artimaña para convencerlo u obligarlo a tomar esa salida.
Talia se encontraba llegando a la oficina cuando se encontró con una pared de reporteros justos frente a la entrada del edificio, hambrientos de una primicia de la cual puedan escribir, saltaron corriendo sobre ella en el justo momento en que el hombre de seguridad les confirmo que era ella la mujer desconocida con la que Maximiliano se había comprometido. Asustada por la presión que ejercían sobre ella, trato de huir hacia atrás, caminando de espaldas, pero choco contra algo o mejor dicho alguien.
- Buenos días Talia – mira hacia arriba y pudo ver la brillante sonrisa de Rafael, amable y cálida como siempre.
- Bu..Buenos días – por algún motivo se sintió nerviosa estando tan cerca
- ¡Disculpen, pero no pueden estar aquí! – les dice Rafael a los reporteros – les pido de manera amable que por favor se retiren, ya que están obstaculizándole el paso a los empleados – les dice
- Pero solo queremos entrevistar un momento a la señorita – le dice una de las reporteras
- Lo siento, pero ella tiene funciones y un horario que debe cumplir – les dice – y ustedes están interviniendo así que les agradecería que dieran paso – toma la mano de Talia y la guia hasta dentro del edificio evitando a los reporteros.
- Mu…muchas gracias Rafael – le dice sonriendo y recobrando el aliento, estaba muy asustada, pero con su ayuda pudo salir de esa situación.
- Tranquila – le dice sonriendo – siempre que me necesites allí estaré – la mira detenidamente – es bueno verte sonreír de nuevo – le dice de forma cálida.
- Si..
- ¡Rafael! – lo llama Selena
- ¿Qué sucede? - le dice el hombre borrando la sonrisa de su rostro
- Buenos días – le dice Selena mostrándose dócil y amorosa – Es bueno ver que ya pueden volver a hablar nuevamente – les dice viendo a Talia y a Rafael
- Yo me adelantare a mi puesto de trabajo – dice Talia ignorando a la mujer
- ¡Talia, espera! – le dice Selena tomando su mano – hablo en serio cuando digo que quiero que las cosas vuelvan a ser como lo eran antes – la mira – ya renuncie a Rafael por ti – le dice con cara de tristeza – para que puedas estar junto a él…
- ¡Selena! – le dice Rafael, mostrado por primera vez una expresión de enojo hacia la mujer – no creo que este sea el lugar para tratar esos temas – mira hacia los reporteros que se encontraban fuera del edificio, atentos – además tampoco creo que sea apropiado que tú digas esas cosas – le dice molesto.
- Pero, Rafael tu no entiendes – le dice mostrando desesperación – yo quiero que Talia me perdone y que sea feliz a tu lado – Rafael estaba a punto de mandar a callar a la mujer, cuando fue interrumpido.
- Pues lamento arruinar tus bondadosos planes querida – le dice Maximiliano acercándose a ellos, luego de escuchar la discusión – pero resulta que esta mujer – toma a Talia por la mano obligándola a colocarse a su lado – es mi prometida y futura esposa – le lanza una mirada de desprecio a Selena y luego mira a Rafael – y no permitiré que nadie, se interponga en mis planes – mira a Selena - ¿quedo claro? – le dice en tono fuerte – así que puedes hacer de casamentera en otro sitio –le dice
- Pe.. pero señor – le dice Selena intimidada por el hombre – Talia no lo ama a usted, ella ama a Rafael – le dice mirándolo con tristeza – ¿no le parece injusto que se case con una mujer que ama a otro hombre?, ella nunca será feliz con usted – le dice de forma atrevida
- Si ese es el caso – le dice Maximiliano – prefiero que sea la misma Talia quien me lo haga saber – mira a la mujer de forma despectiva – en lugar de supuestas amigas – Talia aprieta la mano de Maximiliano, dándole gracias por haber intervenido, quitando esa piedra en su camino.
- ¡Talia! – le dice Selena sin pretender rendirse – dile, no es bueno que te cases con un hombre al que no amas – le dice de forma desesperada - ¡Talia, dile que el hombre al que realmente amas es a Rafael!, no puedes mentirle de esta forma…
- ¡Selena!, ¡Ya basta! – le dice Rafael halando a la mujer, luego voltea hacia Maximiliano – Lamento todo esto señor – le dice con la mirada seria – me disculpo por todo el espectáculo que hemos causado, le prometo que no se volverá a repetir – hace una reverencia para mostrar respeto.
- Eso espero – le dice Maximiliano – aunque dejare pasar esto como un simple impulso de hormonas de una Omega a punto de entrar en su ciclo de calor – mira a Selena
- Si señor – le dice Rafael alzando la mirada
- Vamos – le dice Maximiliano a Talia llevándola de la mano mientras caminan hacia el ascensor.
- Muchas gracias, por lo que acaba de hacer – le dice Talia en cuanto suben a la cabina del ascensor.
- Tranquila – le dice, aunque su expresión era seria – serás mi futura esposa, por lo tanto, es mi deber ser tu respaldo ante cualquier situación, ¿recuerdas que te lo dije?, puedes usar mi poder y mi nombre como mejor te plazca, yo seré tu escudo y tu espada, ante todo – incluso ante el mal nacido que, amas tanto.
- Gracias – le sonríe y luego se baja en su piso, separándose allí.