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El Alfa Y Su Presa

El Alfa Y Su Presa

Status: En proceso
Genre:Hombre lobo / Romance oscuro
Popularitas:4.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Marta Garcia

Una luna perdida. Un alfa maldito. Una marca que arde más fuerte que la sangre.

Cuando el reino de Nyra Veyra cae ante la brutal invasión de los clanes lobo, ella se convierte en botín de guerra. Sin títulos, atrapada en un templo de piedra, solo le queda su cuerpo… y un fuego desconocido que empieza a despertar bajo su piel.

Pero hay algo que ni ella ni su captor esperaban:una Marca antigua arde en su vientre. Una conexión salvaje la une a Varkhan, el alfa más temido del norte.
Y él está dispuesto a reclamar lo que el destino le ha entregado. Con placer. Con sangre. Con colmillo.


Entre rituales, deseo y magia dormida, El Alfa y su Presa es una novela de romance oscuro, brujería ancestral y erotismo salvaje, donde el mayor enemigo no siempre es el que te encierra… sino el que arde dentro de ti.

NovelToon tiene autorización de Marta Garcia para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 15 – La ceniza y el renacer

El suelo olía a ceniza húmeda y sangre vieja.

Nyra despertó sin saber cuánto tiempo había pasado. Su cuerpo entero dolía. No como una herida concreta, sino como si cada hueso, cada articulación, hubiera sido forzada a quebrarse y recomponerse. El frío era insoportable. El aire sabía a metal.

No recordaba cuándo la habían arrastrado a esa sala circular, apenas iluminada por una línea de fuego que se mantenía viva sobre los símbolos tallados en la piedra. Sus muñecas estaban sueltas, pero pesadas. Los tobillos, entumecidos. Las marcas grabadas sobre su piel seguían ardiendo.

Y entonces oyó su voz.

—Ya ha despertado.

Cassian.

Estaba de pie a pocos pasos, flanqueado por tres hombres encapuchados. Todos llevaban túnicas rituales y collares de hueso humano. La sala, fría y hueca, parecía respirar con ellos.

—¿Por qué? —murmuró Nyra, sin fuerza.

Cassian sonrió, satisfecho.

—Porque me perteneces.

—No soy tuya. Nunca lo fui.

—Oh, no —rió él con calma—. No eres mía por sangre ni por historia. Eres mía porque tu fuego es la llave. Y yo tengo el derecho de abrir la puerta.

Los encapuchados comenzaron a caminar en círculos. Uno de ellos lanzó al centro un puñado de ceniza negra. Otro marcó el suelo con sangre. El tercero extendió una hoja ritual y comenzó a cantar.

Cassian se arrodilló frente a ella. Le acarició la mejilla. Ella se apartó.

—Tu arrogancia es la de siempre, Nyra. O Elaria. O lo que sea que seas ahora. Siempre creyéndote más fuerte que los demás. Siempre creyendo que tu fuego no puede apagarse. Pero yo no quiero apagarlo. Solo... usarlo.

Él sacó una daga curva, tallada en obsidiana.

—Este ritual es para abrirte. Para que el poder antiguo fluya desde ti. Para alimentar lo que dormita bajo tierra. Tu sufrimiento... es el canal.

Y sin más, la cortó.

Un tajo en el antebrazo izquierdo. La sangre cayó sobre las runas del suelo y chispeó al tocar el fuego.

Nyra gritó. No solo por el dolor, sino por lo que sintió al instante siguiente: la magia fluyendo fuera de su cuerpo, arrastrada a la fuerza.

—Detente —jadeó—. Me estás... matando.

—No aún —sonrió Cassian—. Pero casi.

La colocaron en el centro del círculo. Uno de los hombres colocó su palma sobre su pecho desnudo. Otro recitó un conjuro. Las runas se encendieron, y el suelo pareció abrirse bajo ella. Un vórtice de energía la absorbía, desgarrándola desde dentro.

Era como si su alma estuviera siendo tirada desde todos los extremos.

Gritó.

Gritó hasta quedar sin voz. Gritó hasta que los labios se le partieron. Y aún así, no se desmayó.

Y entonces… se detuvieron.

Cassian chasqueó los dedos. El fuego se apagó.

—No hace falta matarla. Ya ha abierto la puerta.

Se volvió hacia sus acólitos.

—Ahora dejadme solo con ella.

Nyra lo miró sintiendo que perdía las fuerzas mientras los otros hombres salían de la sala.

—¿Crees que me dentendré aquí, Nyra? Tantos años esperando tenerte así, la estúpida de tu madre siempre te tenía protegida, pero hoy no está, ni ella ni el lobo que ahora cree que eres suya. ¿Pero sabes qué? Aunque hayas sido su luna todo este tiempo, hoy serás mía también, y él tendrá que vivir con eso - dijo mientras la penetraba con fuerza.

Ella no dijo nada, miró a un punto fijo, a lo lejos. Sintiendo cómo las fuerzas abandonaban su cuerpo y se desvanecía del mundo.

***

En algún punto del bosque, Varkhan sintió un dolor inmenso en el pecho. Gritó, aulló. Pero no paró, continuó corriendo, debía encontrarla por encima de todo, por encima del dolor, por encima de la muerte.

***

—Llevadla fuera. Lejos. Que no encuentren su cuerpo hasta que sea demasiado tarde. - dijo Cassian cuando terminó.

Varkhan corría como si la tierra misma lo empujara.

Había seguido el rastro más allá de la frontera norte, a través de caminos ocultos y grutas selladas con magia antigua. Samuel lo seguía desde lejos, junto a dos rastreadores.

Pero Varkhan no esperaba ayuda. No quería testigos. Solo quería recuperarla o morir.

Entonces la olió.

Sangre.

Sangre conocida.

Y el grito que soltó al encontrarla no fue humano.

La halló tirada al pie de una colina, semiinconsciente, su cuerpo cubierto de tierra, ceniza y sangre. Tenía los muslos manchados de su propia sangre, el abdomen y los brazos marcados con cortes, la boca reseca y la mirada perdida.

—Nyra… —susurró, cayendo de rodillas.

Ella giró la cabeza. Sus labios se movieron, pero no emitieron sonido.

—Estoy aquí —dijo él, con lágrimas en los ojos—. Te tengo. Ya está.

La tomó entre sus brazos, envolviéndola con su capa. La sostuvo con el cuidado de quien acaricia un cristal roto. La abrazó tan fuerte como se atrevió. Sintió su calor, débil, pero vivo.

—No me dejes —dijo ella, en un susurro apenas audible.

—Jamás —respondió él, y se alzó con ella en brazos.

El templo fue un torbellino.

Mairen abrió las puertas sin hacer preguntas. Kate corrió a preparar el agua, los ungüentos, los hechizos de contención. Samuel se quedó en la entrada, jadeando, con los ojos aún dilatados por el horror.

Varkhan no soltó a Nyra ni cuando la colocaron sobre la mesa de piedra. Se sentó con ella sobre el lecho ritual, su frente apoyada en la de ella, sus manos firmes, su cuerpo cubriéndola como una muralla.

Mairen murmuró conjuros, colocó sus manos sobre el vientre de Nyra y extrajo poco a poco el dolor, el veneno, la violencia. Kate le limpió las heridas, una a una, con una delicadeza que rozaba la ternura. Nadie hablaba. Nadie se atrevía a romper la gravedad del momento.

—No se irá —dijo Mairen, por fin—. Ha pasado el umbral. Pero está viva.

Varkhan asintió sin decir nada. Solo acariciaba su cabello, murmurando su nombre una y otra vez.

Nyra abrió los ojos.

—Estoy… aquí.

Él sonrió entre lágrimas.

—Y yo contigo. Siempre.

Esa noche, mientras dormía en una de las cámaras de sanación, Nyra soñó con fuego.

Pero no con fuego que devora. Sino con fuego que renace.

Ella estaba de pie en un lago negro, y de su piel brotaban runas doradas. Una voz antigua hablaba desde el fondo del agua.

“Has muerto dos veces.”

“Pero solo ahora naces de verdad.”

Y al despertar, Nyra comprendió que ya no era solo Elaria.

Ni solo Nyra.

Era ambas.

Y era más.

Era ceniza.

Y era llama.

Y nadie volvería a tocarla sin quemarse.

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Irma Ruelas
🤩😍😍🥰🥰🥰🌹🌹❤️
Irma Ruelas
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Irma Ruelas
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Irma Ruelas
😍🥰🤬🌹🌹🧟🌹❤️🥰🥰
Irma Ruelas
😍🤩🤩🥰❤️❤️
Irma Ruelas
😍🤩🤩🥰❤️❤️🌹
Irma Ruelas
c😍🤩🥰🥰❤️❤️🌹🌹
Francisca Perez
excelente gracias 👌
Grace Cornejo
genial
Tae Kook
Quiero saber qué pasa después!
Mara Crimson: Sigue leyendo!! =)
total 1 replies
Fathi Raihan
Siento como si conociera a los personajes
Mara Crimson: Me alegro que sientas que los conoces, espero que te guste la historia y su evolución!
total 1 replies
Princesa Khun Ria
Me encantó cada detalle en el cap, sigue así y tendrás una lectora fiel ❤️
Mara Crimson: Gracias! Espero que te siga gustando =)
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