DEMONIO

Kebec

Pateó uno de los cuerpos sin vida frente a mí para abrir caminó, sé que Doluma estuvo aquí. Dónde quiera que ella va, los cadáveres se apilan como montañas y el trabajo sucio debo hacerlo yo.

¿Alguna vez se ha puesto a pensar en que toda su masacre podría traer un problema futuro, más grande del que ya tenemos?

Bufó molestó por su irracional comportamiento, clavo la punta de la pala en el pecho de un oscuro, -¿No son tan rudos cuando mueren o sí?.- digo con fastidio.

-Deja de quejarte y comienza acabar.

Miró a Maya, divertida por mi reacción cuando ruedo los ojos y hago gestos de evidente molestia.

-Jajaja- escucho salir de su boca y busco con la mirada un pedazo de tierra donde pueda enterrar cuerpos.

-¡Fiiiuuu!-escucho un silbido, pero trato de ignorar a Miguel- Está vez sí que se divirtió, hubo muchos invitados- dice con una risa socarrona.

-Esa chica tuya, sí que sabe hacer fiestas- miró a Miguel por un segundo y lo fulminó con la mirada, él solo levanta las manos y sonríe.

Comienzo acabar, agradecido de que dejara de llover. Sé que hacer un agujero o dos, lo bastante grandes como para poner esas cosas dentro no representa tanto esfuerzo para mí, como para ellos.

Sin embargo, me molesta que ella tenga toda la diversión, mientras yo solo soy el cava tumbas, ambos fuimos emparejados y modificados para limpiar el mundo de estos zombis y después repoblar el planeta. Pero a ella no parece importarle, digo no es que esperé que ella y yo tengamos algo.

Yo no siento nada por ella, sigo enamorado de Isabella aun después de cien años. Aún no he podido olvidarla. Su sonrisa, la forma en qué me miraba desde el otro lado del muro.

Solo pude hablar con ella una vez, Isabella era muy tímida además de que nos mantenían separados. Hombres de un lado y mujeres del otro. Aún puedo recordar el olor de su cuerpo y el calor que emanaba de este.

Sé que Isabella no va a volver nunca, también sé que Doluma está enamorada de mí, lamentablemente no puedo corresponder sus sentimientos. Y que esto que siento al tenerla cerca, esta necesidad de tocarla es solo el resultado del emparejamiento.

Justo esta razón es lo que me hace mantenerme lejos de ella, pues sin importar nada, no puedo permitirme tener nada con ella, no la amo y no quiero que ella se ilusione conmigo.

Doy un par de golpes con la pala a modo de aplanar la tierra y la levanto hasta mi hombro.

-Bien- susurró y me dirijo a ver a los otros.

-¿Terminaste?- pregunta Maya sin dejar de ver el lugar donde está cavando.

-Kebec, es grandioso- habla el hermano menor de Maya y veo a Miguel jactarse de lo que dijo el chico.

-Ya lo quiero ver enterrar está mole- comenta Patricio, se ve que está cansado y le falta aire.

-Pero si el solito, enterró a la otra mole y a más de cien zombis de diferentes rangos- chilla alegremente Saúl mientras clava con fuerza su pala en la tierra.

El chico parece divertirse mucho más que nosotros con este viaje, de hecho de no ser porque Doluma escapó durante la noche hace un par de meses atrás, no habría necesidad de este viaje.

Aunque no es algo que me sorprenda, ella siempre fue incapaz de tener una relación con alguien, recuerdo que en la madriguera las otras chicas siempre se veían animadas y alegres.

Muchas querían ser amigas de Doluma, pero ella siempre mantenía distancia con todas, nunca pareció realmente interesada en convivir con las demás.

Parecía que lo único que la hacía verdaderamente feliz, era pelear. Siempre fue la mejor entre las chicas, además de ser excesivamente sanguinaria. Por alguna razón que desconozco siempre parecía disfrutar el arte de asesinar y sobre todo siempre ha disfrutado inmensamente el lastimar a otros.

Aunque debo admitir, que en el fondo sé que tiene sentimientos buenos. Ese inmenso amor que le profesa a esa mujer a la que llama madre, la otra mutada que rescato del laboratorio abandonado, es un sentimiento que no estoy seguro de haber tenido en vida.

Con Doluma todo parece ser, blanco o negro, con ella no hay escala de grises. Los pocos sentimientos que posee los experimenta siempre al máximo, explota la fuerza de esas emociones hasta dejar a cualquiera exhausto.

Aunque a ella no parecen hacerle nada, por alguna extraña razón siempre se repone de cada emoción que siente, lo sé porque soy capaz de experimentar cada una de sus emociones como si fueran mías.

Asi como se que ella puede sentir mis emociones. Está demasiado afectada por el rechazo de su madre justo en este momento y aunque hasta hace unos días la estaba persiguiendo incansablemente, por alguna razón que desconozco cambio de rumbo.

No sé lo que pasa por su cabeza, pero sé que está desconcertada por alguna cosa que la atormenta gravemente.

-¿Te piensas quedar ahí parado?-la voz de Maya me devuelve de golpe a la realidad, la miró, pero ella no devuelve la mirada.

Si no los ayudó, tardaran días en enterrar esa cosa.

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Doluma

Cuando llegue al campamento me sorprendió verlo vacío, parece que subestimé a esos tres hombres, fueron capaces de movilizar a más de cien personas en cuestión de horas.

Di una vuelta por el lugar en busca de comida, afortunadamente encontré algo de carne seca aunque no es tan buena como la que yo preparó. Pero servirá de algo, baje la montaña siguiendo el rastro de su olor, el rastro termina al pie de esta.

Si había huellas de pisadas o de neumáticos el agua se encargó de borrarlas, afortunadamente no soy una persona común y SARAM es una buena rastreadora.

Es capaz de sentir a ROJA donde quiera que se encuentre, lo que facilita la búsqueda aunque debo admitir que me preocupa ese chico de antes.

Si ROJA no fue capaz de evitar la transformación, todas esas personas corren grave peligro. Mientras corro por un camino de tierra que es más bien lodoso en este momento, divisó a lo lejos una carretera.

Aprieto el pasó para darme prisa, si están viajando en auto ya deben estar un poco lejos si es que ese soldado sobrevivió, de lo contrario estoy segura de que pronto encontraré a cientos de infectados.

Mientras más avanzo el agua parece querer aplastarme, y detenerme, me preguntó en que momento dejará de llover. No se me dificulta correr con la lluvia, estar empapada es lo que no me agrada.

No porque sienta frío, si no por qué resulta un fastidió el camino en algunas secciones y si caigo por accidente mi ropa se llenara de barro.

Sonrió por mis pensamientos infantiles y tontos, jamás me preocupo mi apariencia no sé por qué de pronto tengo pensamientos tan tontos. Me apresuro a saltar cortando de esta manera la distancia entre el camino de barro y el asfalto de la carretera.

Giró en la dirección que me indica SARAM y mi velocidad aumenta gradualmente con cada demanda suya porque me de prisa. Ruedo los ojos por lo molesta que puede llegar a ser, pero no digo nada en su contra.

La entiendo, yo siento lo mismo al estar separada de Rubí. Sé que ella no parece entender lo que yo quiero hacer, pero de verdad tengo la esperanza de que siga luchando tal como lo hizo Kebec antes.

Intente hablar con ella, razonar, pero no parece entenderme, sin embargo, no voy a perder la esperanza con ella. Hay tanto que quiero decir, preguntar, ojalá pronto podamos hacerlo.

-Solo espera un poco más, madre- murmuró para mí, corriendo cada vez más rápido.

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