La Princesa Antiguo Desafía A Los Dioses

—¿qué me has hecho? “Obviamente soy yo quien se va a casar con el hermano príncipe, solo hasta que llegaste tú la emperatriz me pido que te cuidara que ambas seremos hermanas al principio no lo entendí hasta un lo escuché de las sirvientas”¿sabes lo que se siente que te comparen con una pobre? Yo soy la hermana de la santa aunque mi destino no es tan glorioso como el de mi hermana sería amada como una futura emperatriz ¿ahora? Soy una broma mi padre dice que soy una broma ¡yo Emilia heart, no estoy dispuesta a esto!—gritó como un huracán que ha revelado sus emociones encondidas en su corazón.

Los ojos tranquilos de Aying se volvieronn fríos como el hielo—¿Eres un heart?

—¡si lo soy, hija mayor, la sacerdotisa!—contestó con orgullo infinito.

La mano de Aying que sostiene la daga se apretó con fuerza—¡heart!—susurró.

Un recuerdo invadió a la pequeña Aying.

Aying quien se encontraba en suelo sollozando por la muerte de su amado padre fue interrumpida por una mano que sostuvo su garganta.

—¡mocosa, has roto mi ritual! Por tu culpa la diosa de la luna no vendrá al mundo “Como yo el duque heart puede perder contra una niña de 8 años” ¿cómo?—gritó mostrando una ira asesina en sus ojos.

Las pupilas claras miraron al hombre guapo de cabello negro y ojos azules, jamás olvidará ese rostro que hizo que matara a su padre.

—¡monstruos!—murmuró.

—¿qué es esto?—gritó saltando a Aying.

El cuerpo de Aying que a caído el suelo tocó su cuello su expresó ferocidad siguió cada parte del rostro del hombre tratando de recordar todo para vengarse, las lágrimas que recorrieron sus mejillas son medio rojas hasta eventualmente convertirse en sangre brillante carmesí.

—¡sangre, está llorando sangre! “Atrapen a esta niña, solo hay una persona que a llorado sangre cuando este clan fue exterminado la primera vez hace 200 años” ¡la quiero viva, tal vez sea nuestra oportunidad para a la diosa!—ordenó con una voz profunda llena de perversidad.

Al finalizar el recuerdo, Aying corrió apuntando con su daga el pecho de la Emilia.

—¡voy a matarte!—gritó entrando por primera vez en locura.

—¿solo tú?—preguntó indiferente.

Un estruendo se escuchó sobre el suelo, raíces con espinas salieron cada raíz que salía era esquivada por Aying nada podría impedir que llegara hacia Emilia.

—¡no!—gritó Emilia entrando en desesperación convoco un miles de raíces que formaron una barrera.

Aying no se detuvo sigo corriendo sin importar que la barrera de raíces esté cubierta de espinas.

—¡eso no impedirá que te mate!—levanto la palma.

La palma que tocó las raíces hizo que temblaran levemente hasta regresar al suelo del que salieron.

—¡imposible! ¡No puedes matarme! Hermano príncipe sálvame—gritó en desperacion.

—¡Emilia!—gritó el príncipe heredero saltando de la terraza.

La daga que está por atravesar a Emilia quien ha caído al suelo fue detenida por una palma delgada.

Apretando con fuerza la sangre gorgoteo.

—¡tu!—dijo Aying con amargura mirando el rostro guapo del joven de 13 años quien muestra una expresión de ferocidad.

—¡no puedes lastimarla!—al decir estas palabras convocó su espada.

Un crujido se escuchó muy sutilmente.

—¡pfft!—Aying dejó de mirar al príncipe heredero su mirada terminó sobré la daga que atravesó su corazón.

—¡pájaros del Apocalipsis ataquen a esa mocosa!

Los pájaros que volaban en el cielo se juntaron se dirigieron a Aying.

El pequeño cuerpo fue lanzado por los pájaros a una gran distancia hasta rodar.

Aying quien comenzó a ver borroso apretó los puños su mirada estaba fija en las dos personas sonriendo dulcemente preocupándose e uno del otro.

—¡mi clan se extinguió, mis padres murieron en mis manos e incluso varios de mi clan! “Prometí cuidar a los futuros niños del clan fue en vano ¿porque? No si voy a morir los arrastraré conmigo”—pensó.

El cuerpo de pie de Aying se mantiene solitario ese vestido carmesí se tiñó, la lluvia de sangre le hace sentir que está volviendo a un sueño que no recuerda pero por alguna razón ha vivido es complicado aún así si es solo una mortal se ha mantenido pura nunca le pido a los dios jamás lo hará esos dioses son los culpables de la muerte de su clan.

—¡este es el fin!—murmuró suspirando.

Su mano delgada sostuvo el arco del suelo, sosteniendo la última flecha, la cubrió con su sangre.

—¡hermano príncipe tenía miedo! Por suerte me protegiste, si no fuera por el collar de control que medio mi hermana el cual tiene una de sus habilidades hubiera muerto—susurró abrazando al príncipe heredero.

El príncipe heredero sonrió abrazando a Emilia, la alejó un poco para hablar—¡tu hermana es digna de ser la santa! ¿Cuantas habilidades tiene? Se supone que solo una persona puede tener una o dos cuando morimos y renacemos las habilidades cambian no tenemos las mismas.

Emilia que estaba por hablar alejó al príncipe heredero—¡cuidado!—gritó creando escudo de madera.

La flecha que brilla con rojo plateado atravesó con facilidad el escudo.

Después de que el escudo haya sido roto, el príncipe heredero usó la ficha con la cual su madre le dio para controlar a los pájaros de Apocalipsis.

Los pájaros se colocaron al frente para atacar sus poderes se volvieron más aterradores como si pudieran destruir el mundo entero, inesperadamente la flecha los atravesó con facilidad, la fuerza de la flecha se volvió a un más veloz.

—¡imposible! “Está claro que convoque toda la fuerza de los pájaros nisiquiera un humano o un dios puede vencerlos solos”—dijo el príncipe heredero mirando con incredulidad la escena.

Al no poder detener la flecha el príncipe heredero sostuvo a Emilia esquivando el ataque.

—¡ah, mi cara!—gritó Emilia tocando su rostro que había sido rosado por la flecha de Aying.

Emilia cayó al suelo acurrucándose de dolor tocando su rostro que se ha cubierto de una herida espantosa que cubre casi toda su mejilla.

Aying quien sostiene el arco a pesar de que la sangre recorrió la camisura de su labia hasta llegar a la barbilla sonrió con satisfacción su cuerpo que no aguantó más cayó al suelo muy débilmente.