Un mundo fantástico, lleno de seres que jamás creíste poder ver, a excepción de los libros, las películas y relatos. Ahora has llegado a este sitio, donde no solo puedes verlos, tocarlos y hablar con ellos, sino que estás dentro del cuerpo de uno de ellos.
Mi nombre es Dagny y está es mi historia. Entré al cuerpo de un ser místico y mágico, nunca entendí por qué, pero no pude tener mejor suerte que esta, al amar todo tipo de historias de fantasía, intentaré vivir bien y vivir feliz.
¿Podré hacerlo?, ¿Tendré dificultades como en el pasado?, ¿Deberé cambiar mi forma de ser para que me acepten?
Sigue mi historia y entérate del final.
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Esposa.
—Lo lamento alteza. No puedo ayudarla porque no estoy familiarizado con el tema, no quisiera hacer algo mal y soportar las consecuencias— se puso de pie e instó a Dagny para que se fuera.
Decepcionada y con desgane, ella se dirigió a su habitación y ahí se quedó encerrada, quería pensar una manera más viable para hacer su sueño realidad.
—»¿Cómo puedes siquiera pensar en poner tu vida en peligro?... Ángela«—
Y si, a Hope le habían llegado ciertos rumores por parte de sus amigos, Yafar y Nick, con los que convivió un tiempo atrás, antes de llegar a la capital de Athel.
—Que bueno verte tan pronto. Asumo que vienes por la ceremonia de la dichosa princesa elfa— el desagrado por Dagny no disminuía ni un poco.
—Es parte de mi trabajo, dicen que necesitan de mi aprobación para que todo sea un hecho. ¿Por qué te refieres de esa manera de una joven que apenas conoces?— era dudoso el comportamiento de su amigo
—Sabes todo lo que hacían sus antepasados, estoy seguro que incluso sus padres tuvieron que ver con la última matanza— estaba muy enojado
—Creo que te enfocas en lo malo y no te das la oportunidad de conocerla, piénsalo bien, pues será la futura reina de Athel— parecía quererse burlar de Nick
—¿Entonces ya decidiste estar de su parte?— Yafar creyó que su amigo la rechazaría
—No estoy de parte de nadie, solo pongo en una balanza todos los aspectos, tanto negativos como positivos y la verdad prefiero que no haya más sangre derramada si es que se puede evitar— suspiró seriamente.
—A simple vista puede notarse su intención de querer que la atiendan como cree merecer. Ella misma corrió hacia mi, cuando escuchó que cantaba la canción que nos enseñaste, esa que dices nos servirá para conquistar a la persona que queramos— su narcisismo no lo dejaba ver bien el panorama completo.
—Así que creyó que era otra persona por lo que me pude dar cuenta— agregó Yafar
—Así es, además le gustan mucho las flores, pues casualmente se encontró con Yafar en uno de los jardines, aunque es más selectiva que tú, pues elije solo rosas y gerberas, de hecho ella fue quien eligió las que decorarán el salón de la ceremonia—
Los pensamientos de Hope comenzaron a desordenarse, ¿era posible que su esposa estuviera en el mismo mundo que él?, le había dolido tanto cuando llegó a ese mundo que pensó en intentar volver, pero después de mucho investigar, supo que no había vuelta atrás. Solo esperaba que su esposa pudiera salir de todos los problemas en los que la había metido su familia.
—¿Quieren qué crea todo eso?, solo falta que me digan que se la pasa tarareando por las mañanas, que ama a los dragones y justo como se piensa de una mujer, es elegante y recatada— aunque sus sospechas no habían sido corroboradas, él era quien conocía mejor que nadie a su esposa.
—¿Cómo lo sabes?— sorprendido, preguntó Nick.
—Justo es así— confirmó Yafar
Era así, la verdad le caía como balde de agua fría. Su pobre esposa había muerto y no sabe cómo, tal vez había sufrido y él no pudo hacer nada para ayudarla, la impotencia en ese momento era demasiada.
—Hablemos más tarde, estoy un poco cansado y quiero descansar— pidió.
En realidad solo quería repasar cada una de las verdades dichas por los amigos del anterior anciano. Necesitaba investigar sobre Dagny y verificar si en verdad era su amada esposa.
Tardó un poco para que su euforia por la felicidad y tristeza sentidas al mismo tiempo, bajara. Entonces decidió salir de su habitación, para eso se colocó su máscara que era parte de su vestuario diario, solo las personas directas a su servicio podían verle el rostro por completo, ya era el día anterior a la ceremonia y tal vez, solo tal vez el destino podía hacer que se encontrara con la persona que tanto esperaba.
Caminaba por los pasillos y pronto vio un hermoso jardín, esperando un milagro, se dirigió allí y como si el cosmos lo hubiera escuchado, enseguida alguien tropezó con él.
—¿Se encuentra bien?— dijo esto, esperando que aquella joven no se hubiera hecho daño. En el suelo yacía una joven de piel blanca y tersa, era simplemente hermosa, nada parecido a todo lo que había visto desde que llegó a ese lugar.
La joven aún un poco aturdida, solo levantó la mirada, mientras que Hope ya le extendía la mano para ayudarla a levantarse, fue en ese momento en el que sus miradas se encontraron, pero el único que pareció percatarse fue Hope.
—Estoy bien, muchas gracias por su ayuda mi lord— Dagny tomo la mano de Hope y éste la ayudó a levantarse, lo hizo con mucha delicadeza, para no lastimarla si es que utilizaba más fuerza de la necesaria.
—Entonces me retiro, con permiso mi lady— no podía simplemente quedarse en ese lugar, su corazón se aceleró a mil por hora cuando tocó la mano suave de la albina, no sabía explicarlo, aunque tal vez su corazón intentaba decirle algo.
Dagny era su anterior esposa y no pensaba alejarse de ella y mucho menos dejar que corriera algún peligro como en su otra vida, quería cuidarla mejor de lo que había hecho antes.
Cuando "casualmente" esa misma noche, pasaba por el jardín que estaba frente la habitación de Dagny, pudo escuchar cuánto le costaba dormir, pues oía como daba vueltas y vueltas en su cama, casi corrió para traer un dispersor de lavanda, era un regalo de una persona que lo admiraba, pero recordó que era lo que hacía que Dagny se relajara, al menos en su otra vida, esperaba que aquí también funcionara, se acercó lo más que pudo a la ventana y dejó que el propio dispersor hiciera su trabajo.
Al día siguiente estaba muy nervioso, pues en sus manos estaba decidir el futuro de la mujer que más ha amado.