Ella, una pobre chica burlada y abandonada con un hijo. Él, un amargado hacendado a quien nadie quiere y todos le temen y respetan. Sus mundos se cruzarán gracias a una treta del destino. ¿Qué pasará? Descúbrelo aquí.
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Enfrentar el miedo.
Cuando me dijo que estaba embarazada fui muy feliz, yo estaba dispuesto a desligarme de mi familia y a ser un campesino si hacía falta para darle todo lo que ella y mi hijo necesitaban, fue por esos días que supe lo que su hermano le hacía, ese maldito engendro la golpeaba horrible, y cuando descubrió por accidente lo de su embarazo, le puso una severa golpiza, por la cual ella estuvo a punto de perder a nuestro hijo. Asustado me enfrenté a el, pero el muy cobarde no fue capaz de medirse conmigo, sé que lo hizo por quien yo era. Así que la tomé y la lleve a un centro médico, y fue por esa acción que todo se supo, sus papás se dieron cuenta que el hijo que ella llevaba era mío y de inmediato se lo hicieron saber a mis padres y todo se jodió.
— Escúchame muy bien mocoso estúpido, esto es lo que harás, porque si no lo haces y te atreves a desobedecerme, voy a matar a esa zorra, sabes que lo haré.
— Por favor papá, no le hagas nada, ella está embarazada de mi hijo.
— ¡Cállate! Ese engendro que esa zorra lleva adentro, no es tu hijo, entiéndelo, no lo es.
— Si es mi hijo, y te suplico papá que no les hagas nada, quiero hacerme cargo de ellos, yo quiero a mi hijo y quiero a Lorena, si tu quieres desheredame, niégame como tú hijo, pero por favor, no me alejes de ellos, no les hagas nada.
— Los dejaré vivir con una condición. Harás todo lo que yo te diga, pero eso sí, nunca vas a estar con esa mujer ni tampoco serás un padre para ese niño, me aseguraré de que estén vivos que es lo más importante, a cambio de que tú cumplas con todo lo que te voy a pedir.
Ese fue mi gran error, estaba tan aterrado en esos momentos que creí que eso era lo mejor, creí que si seguía al pie de la letra todo lo que mi papá quería, ellos estarían bien. Pero luego sucedió algo que hizo que mi papá se ensañara con Lorena, al principio el acuerdo era que ella se quedaría en su pueblo y que mi papá se ocuparía de todo lo que ella necesitara con mi hijo. Pero de repente se resolvió que ella iría con nosotros a la hacienda, que allí viviría, y eso fue repentino.
Me alegré porque así la tendría cerca, pero no fue así, de inmediato me mandaron a estudiar a España, y regrese 3 años después, así fue que conocí a mi hijo, pero no pude acercarme ni nada, porque al regresar a la hacienda, ya mis papás me tenían matrimonio armado con Paola. En esos momentos me obligaron a decirle a Lorena, que Paola era la mujer a la que yo amaba, que ella sería mi esposa y que nunca la había amado.
Me casé con Paola obligado y chantajeado por mis padres, pero no pude quererla ni quedarme en la hacienda, yo no podía estar ahí y ver a Lorena a la cara, menos soportar a Paola, así que mi estancia en la hacienda era mínima, hice dormitorio en la procesadora, y a la casa solo iba a comer y prácticamente de visita. Había noches en las que Paola me obligaba prácticamente a quedarme con ella, pero a pesar de eso jamás la toqué.
A medida que el tiempo pasaba, creo que me llenaba más de odio y resentimiento hacia mis padres, y ni se diga de Paola, esa mujer era un karma, yo sentía que era mi castigo por todo lo que había permitido que vivieran Lorena y mi hijo. Yo sabía que Paola la fastidiaba, sabía que allí la tenían como sirvienta, que sus condiciones en la hacienda no eran buenas, ya que trabajaba demasiado y no era tratada bien. Pero no me atrevía a contradecir al gran señor Mendiola, hasta ahora que las cosas habían alcanzado su punto máximo.
Mi padre se encargó de separarnos, destruyendo todo lo que habíamos construido juntos. Y hasta ahora me daba cuenta de que tenía que tomar las riendas de mi vida, de luchar por lo que realmente quería, de enfrentar a mi padre y de recuperar a Lorena y a Dylan.
****************
Actualmente.
— Ya no voy a seguir permitiendo que manipules mi vida, papá. Estoy harto de tus mentiras, de tu control, de tu manipulación. Voy a buscar a Lorena y a Dylan, y voy a luchar por ellos. No voy a dejar que sigan sufriendo por tu culpa.
— Tú no te atreverías a hacerlo, te estás metiendo con la persona equivocada, Felipe. No sabes de lo que soy capaz.
— Pues prepárate, porque voy a ir hasta el final. Lorena y Dylan son mi familia, y haré lo que sea necesario para protegerlos y para estar a su lado. Adiós, papá.
Salí de la oficina, con determinación en mi corazón, sabiendo que enfrentaría grandes desafíos, pero también sabiendo que valía la pena luchar por lo que amaba. Estaba dispuesto a enfrentar a mi padre, a enfrentar el miedo que me había paralizado durante tanto tiempo, iba a recuperar a Lorena y a Dylan, a construir una nueva vida junto a ellos, lejos del control y la manipulación de mi familia.
La desaparición de Lorena y Dylan, había despertado en mí un ferviente deseo de justicia y de amor, me había mostrado la importancia de proteger a quienes más lo necesitan, de luchar por un mundo mejor, más justo y más humano. Estaba listo para enfrentar cualquier obstáculo, cualquier desafío, con tal de recuperar a mi familia y de construir un futuro lleno de amor y de esperanza.
Fuí directo a la comandancia de policía, todos se sorprendieron de verme allí, pero no me importó, fui en busca del comandante.
— Felipe sobrino ¿Qué te trae por aquí?
— Quiero saber de Lorena y mi hijo, como policía, sé que debes estar enterado de la desaparición del niño y de la suerte de Lorena, quiero que me digas lo que sabes ahora mismo.
— ¿De qué estás hablando? Mejor dicho ¿Por qué estás aquí preguntando por esa mujer y refiriéndote a ese niño como tu hijo? ¿Acaso te has vuelto loco? Los únicos hijos que tú tendrás, serán con mi sobrina Paola.
_ Escúchame Falcón, estoy harto de que todos ustedes se crean con derecho de meterse en mi vida, y como no tengo que darte explicaciones de lo que hago, dime lo que necesito, ¿Dónde está Lorena y que ha sido de la suerte de mi hijo?
— Qué alzado estás, pero esto lo sabrá tu padre, y no te voy a dar ninguna información, no tienes que saber nada sobre esa mujer y su bastardo.
Sentí que mi sangre hirvió. Así que sin importarme quien diablos fuera, lo time por el cuello y le advertí.
— Mi hijo no es ningún bastardo, yo he sido un cobarde y una marioneta de mi padre, pero ya no más, mi hijo se llama Dylan, y en cuanto lo encuentre le voy a dar el apellido y lo voy a reconocer ante toda esta comunidad como el hijo de Felipe Mendiola. Así que no te atrevas a referirte a mi hijo de esa manera, o te voy a cortar la lengua.
Lo solté con odio, y salí de allí, aunque era el comandante de la policía, no me iba a hacer nada, así me peleará con mi familia, yo era un Mendiola. Entre averiguaciones, supe que Lorena había sido arrestados, también que mi hijo había aparecido y que había sido entregado a servicios sociales. Sin importarme nada, fui a la capital, busque en que prisión estaba Lorena, pero no tuve noticias, ella no aparecía registrada en ninguna, de mi hijo tampoco obtuve información, habían llegado muchos niños para estar bajo protección del estado, pero los que vi, ninguno era Dylan.
Pase días en la capital intentando obtener información, pero fue en vano, era como si se los hubiera tragado la tierra.
— ¿Que sabes de Felipe?
— Parece que ya se rindió, no ha podido encontrar ninguna información, es cuestión de tiempo para que regrese a la hacienda. Deberías estar preparado, Felipe parece haber reaccionado, el ya no te va a hacer caso, y todo parece que está dispuesto a enfrentarte.
— ¿Crees que no lo sé? Jamás lo vi así, nunca se atrevió a llevarme la contraria, pero lo desconozco, así que tengo que encontrar a esa mujer y a su hijo, si los tengo en mi poder, podré controlar a Felipe otra vez.
—Te digo que no aparecen por ningún lado, es como si se los hubiera tragado la tierra.
— Es lo que parece, pero no es la realidad, en algún lado deben estar y es tu misión encontrarlos, levanta piedras si es necesario, pero encuéntralos y tráemelos.