Un sexy genio y su mejor amigo. Pondrán el mundo de cabeza para conquistar a sus amores. Esas dos hermosas jóvenes fueron escogidas por ellos desde su niñez, pero no están dispuestas a ceder tan fácilmente y lucharán por cambiar el rumbo de su destino. Sin contar que estos dos leones territoriales no están dispuestos a dejarlas escapar.
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CAPÍTULO 16
Las amigas caminaron hacia el interior de la tienda, mientras la pequeña Estrella disfrutaba de los mimos de los empleados.
Luna entró a una reunión con una nueva inversionista y Christine se quedó al cuidado de la pequeña que jugaba en su coche.
Christine la vigilaba de cerca. Mientras atendía a algunos clientes a través del mostrador. Ella estaba inclinada buscando un anillo en la vitrina, cuando escuchó una voz muy conocida.
—Buenos días —dijo una mujer y Christine sintió su piel erizarse. Ella intentó escapar del foco de la hermosa mujer, pero ya era tarde, estaba frente a ella.
Christine enderezó su espalda y le sonrió con el corazón latiendo a millón.
—¿Co- como está, señora? —le preguntó Christine, tratando de entretener a la mujer, mientras trataba de alejar el coche con el pie.
La mujer frunció el ceño y entrecerró los ojos para observar fijamente a la chica frente a ella y preguntarle.
—¿Señora? Solías llamarme abuela —le dijo la mujer a Christine que estaba pálida y totalmente paralizada.
De pronto, una voz infantil, interrumpió la incómoda conversación.
—Mami, mami.
La mujer parpadeó repetidamente, mientras se inclinaba hacia adentro para buscar la inocente voz.
—¿Tienes una hija, Christine? —le preguntó la mujer y Christine se contradecía entre sus palabras y sus gestos.
Ella decía que no, asentía con la cabeza y se acercaba a la pequeña que tenía un tierno puchero y una expresión de tristeza al estirar sus brazos hacia Christine y no recibir respuesta.
—Mami, ma-mi —balbuceaba la pequeña, repetidas veces con lágrimas, amenazando con salir de sus ojos.
La mujer se olvidó de Christine y rodeó el mostrador, para ver a la pequeña princesa.
—Oh, por Dios. Pero qué hermosura. ¿Puedo cargarla? —le preguntó a Christine que aún estaba paralizada, acariciando la cabeza de la pequeña.
Genoveva con mucha sutileza apartó a Christine y se inclinó frente a la pequeña.
La pequeña Estrella miró a Christine con una expresión de súplica y a la final Christine reaccionó y levantó a la pequeña.
—Lo siento, pero no le gustan los extraños.
Genoveva tomó la mano de la pequeña y le dejo un pequeño beso.
—Me parece bien, Pero no soy una extraña. Soy su bisabuela —le dijo Genoveva fijando su mirada en Christine, estudiando cada expresión y cada movimiento.
Christine no dudó en negarse.
—No, no, no. Ella no es mi hija. Es la hija de una compañera que me dejó cuidándola.
Afortunadamente, Luna se había enterado de la situación y estaba observando y escuchando el vídeo en su laptop.
Ella le ordenó a su asistente salir y apoyar la mentira de Christine.
La joven salió y se acercó a ellas interviniendo en la conversación y quitando a la pequeña de sus brazos.
—Gracias Chris. La voy a llevar a comer. —le dijo la joven saliendo de la tienda con la pequeña en brazos. Mientras Luna salía por la vía de escape, para cargar a su hija y alejarse del lugar.
Genoveva afirmó con la cabeza y cambio la conversación.
—Christine. Tu madre me contó de tu nuevo proyecto y quise venir a apoyarte. Te propongo mostrar tus joyas en mis desfiles. Eso te abrirá muchas puertas.
Christine le sonrió a Genoveva, esta era una oportunidad única. Genoveva Santoro era una famosa diseñadora de modas y sin duda esto impulsará su proyecto. Sin embargo, ella no podía tomar una decisión sin comentario con Luna.
Genoveva leyó perfectamente las expresiones de Christine y se sonrió. Conocía perfectamente a esta pequeña. Christine era su nieta. No importaba si se casaba con Máximo Jr. o no. Nadie la sacará del corazón de la matriarca de la familia.
Christine, por su parte, parecía un camaleón. Su rostro cambiaba de color ante la mirada inquisitiva de la intimidante mujer.
Christine buscó en su interior un poco de valentía y por fin emitió algunas palabras.
—Es, es muy buena idea señora, pero...
Genoveva levantó la mano en frente de Chris y la interrumpió.
—Abuela, Christine o abue. No perderé a mi nieta por las tonterías de Máximo Jr. Quiero que entiendas que estoy de tu parte. Ese tonto merece una lección y créeme que no la ha pasado nada bien sin ti.
Christine bajo la cabeza y Genoveva la tomó por la barbilla.
—Lo siento.
Genoveva le sonrió.
—No amor. No te estoy reprochando nada. Conoces perfectamente mi historia Christine, no siempre el primer amor es el verdadero. Yo amé a Santiago y le agradezco todos los días por mis hijos, pero lo que siento por Cristiano va más allá del amor carnal, con él tengo una unión espiritual.
Una voz masculina las interrumpió.
—Que bueno oírlo, algo me decía que aquí estaban repartiendo amor para mí. —le dijo Cristiano parado en el umbral de la puerta.
Christine se puso pálida, al pensar que toda la familia se enteraría de su paradero.
Genoveva se acercó a su esposo y besó sus labios.
—Claro que sí. Te amo mucho. —le susurró Genoveva a su esposo.
Cristiano abrazó a su esposa y después fijó su mirada en Christine.
—Qué gusto verte, Chris. —le dijo Cristiano, sintiendo la incomodidad de la chica.
—Yo también me alegro de verte. Abuelo.
Genoveva le sonrió y la abrazó.
—Muy bien tontita. Tú eres nuestra nieta y no te preocupes que no vamos a decirle a Máximo Jr. nada de ti. Si quiere encontrarte, pues que use su cerebro y como siempre te he dicho. Eres libre de decidir a quién amar. No te dejes presionar por nadie.
Christine no pudo evitar llorar y refugiarse en los brazos de su abuela.
—Gracias, abuela. Te amo mucho.
Genoveva asintió y se alejó de Christine para verla al rostro.
—Yo también te amo. Conversa con Luna sobre mi propuesta y estén seguras de que pueden confiar en mí.
Christine asintió y limpió sus lágrimas.
—Lo sé.
Genoveva volvió a fijar su mirada en Christine y le dijo.
—Christine, soy quien ha gestado y ha parido a cada Santibáñez de esta historia y conozco perfectamente el olor de su piel, de su sangre y cada una de sus expresiones. Créeme jamás me equivoco, ten eso en cuenta y pongan cada cosa en su lugar y esto no es negociable. No perderé una Estrella, no a esta altura de mi vida.
Más capítulos por favor 🙏.
Gracias.