Orien reencarnó en un mundo desconocido, luego de haber habitado por mucho tiempo en Goren y ahora siendo un mago de alto rango decide aventurarse por el inmenso continente Venus.
¿Qué nuevas aventuras descubrirá Orien Nadali?
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Dragona
En todos los libros siempre se hablaban de los tres dios, de sus hazañas y aventuras al interactuar con las diferentes razas, sin embargo, existe un rumor sobre otro dios; aquel que fue desterrado de los cielos, nadie conocía el crimen por ese castigo. Poco a poco las razas se olvidaron de ese dios (el mayor dolor que podía sentir un dios), incluso su nombre quedó enterrado en el polvo de los valles. Se decía que luego de su exilió moró en tierras llanas del sur, conocidas como «Mano ardiente».
La puerta oeste estaba encendida en llamas, el hielo se estaba derritiendo. Orien pasó de la apariencia de los demonios empezando a lanzar flechas de energía mezclada con aura. Las explosiones eran tan fuertes que ensordaban su oído. Al frente estaba la princesa , demostrando el porque su padre decidió hacerla su heredera.
«Mierda, son muy resistentes», Orien extendió el brazo, apareció un enorme patrón morado en el aire y pronto un rayo impactó sobre varios demonios en menos de un segundo. Había sido un buen hechizo, «Rayo veloz».
La batalla se extendió por unas tres horas, al final los del norte habían tomado la victoria; tener a un dragón ayudando beneficiaba a Glassus bastante.
Entonces, se reunió el consejo del rey en una mesa redonda, Gin estaba sentado en la silla más cómoda mientras escuchaba a sus consejeros. Los demonios eran conocidos por la práctica de la magia negras, eso también era el motivo del porque los dioses abandonaron a los del sur. La magia negra se centraba en los sacrificios de sangre y tatuajes en idioma antiguo que aparecían es sus pieles indicado que el poder del caído Her moraba dentro de ellos.
Orien miró la lluvia de nieve cayendo afuera a través del cristal de la ventana. Había quedado exhausto por usar tanto aura, cerró sus ojos sintiendo las cinco estrellas que había adquirido tras un duro entrenamiento. Su meta era alcanzar la décima estrella de aura.
Por otro lado, Darién se hallaba en Alfreimr. El rey Mirzen lo recibió de una buena manera, le entregó una habitación con una vista increíble para hospedarse. De por si Alfreimr era hermosa en todos los ángulos, sin importar que su magia se iba apagando lentamente.
—Si vinieras hace unas semanas alcanzarían a ver a tu amigo —Elios se sentó al lado de Darién, quien estaba en el balcón del palacio. El anciano había llegado volando en su alfombra.
—¿Cuál amigo? —Darién preguntó confuso.
—Orien, partió a Glassus hace varios días, ni siquiera envío una carta informando sobre su llegada. —Elios dijo en un tono preocupado.
—Ah, él ya se encuentra en Glassus. Orien fue quien informó sobre el ataque planeado de los elfos. —Elios asintió con una sonrisa.
—Gracias por venir a ayudar a los elfos, sin ustedes no habríamos sido victoriosos. —El viento golpeó la cabellera rubia de Darién, él miró a Ellos y asintió.
—No nos del el crédito, ustedes lucharon con valentía por sus tierras.
—¿Ya estás acostumbrado a tu espíritu de hielo? —Elios cambio de tema. Darién extendió sus manos al frente y de ella emergió el espíritu como si fuera una especie de líquido transparente.
—Sí, aunque creo que me falta mucho para dominar toda la magia de este ser.
—Me alegro, los elfos no creo que podamos ser sus amos… es tan difícil comprender a los dioses.
Ambos siguieron hablando a gusto hasta que el sol se escondió y poco a poco los brillos de las lunas se hacían presentes.
Hiel, reino Glassus.
Orien se encontraba meditando sobre su siguiente parada, Zura pronto tendría control de su magia y podrían partir. No quería ir al pantano del pueblo oscuro y menos a otra zona con mucho frío como el que había en Glassus. Habría que esperar que la tormenta de nieve se detuviera.
Al día siguiente Orien y Atan fueron a entrenar esgrima en el campo helado, era difícil moverse debido al resbaladizo suelo. Cuando el pelirrojo cayó sobre sus glúteos, él no dudó en reírse como un loco. Pronto cumpliría los dieciséis años, realmente era increíble todo el tiempo que había pasado. (Aunque él seguía siendo un adulto) Orien ayudó a Atan a ponerse de pie, pensando en su hermano menor, ¿Cuál sería su edad ahora?
—Te dije que no se podía entrenar bien, hay una tormenta.
—No estamos afuera. —Orien apuntó hacia el techo con la espada. —Además no…
—Oye papá, mira. —Orien se giró para ver al dragón quedándose en shock por completo al igual que Atan quien no podía creer lo que veía. —¿Ahora soy grande verdad?
—Espera… —Orien pudo reacción luego de varios segundos. —¿Eres mujer? —Él miró de arriba abajo a la chica que tenía en frente, llevaba puesto una de las camisas de Orien, su tamaño era parecido al de Zura.
—Sí, ¿Me veo bien papá?
—Deja de llamarme papá, luego me espantas a las pretendientes. —Orien suspiró mientras seguía mirando a su dragón. —¿Cómo creciste tan rápido?
—Me bebí algo que dejaste en la mesa. —Orien meditó unos segundos y luego soltó un grito.
—¡Vomita rápido! Necesito eso para ascender a mago superior.
Orien tomó a Happy luego la giró de cabeza mientras la sostenía por los pies y la agitó con brusquedad, pero la tuvo que soltar rápidamente al darse cuenta de la desnudez del dragón. Orien se quitó el abrigo y la cubrió mejor.