Se supone que enamorarse te lleva a las nubes, pero Ariel no tiene experiencia en ese tema. ¿Qué debes hacer cuando tienes pretendientes que quieren conquistar tu corazón? ¿Cómo debes reaccionar cuando uno de ellos te rompe el corazón? Ariel tendrá que explorar su corazón romántico para poder tener su primer romance de verdad y así lograr ser feliz de verdad.
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QUE SEPA LO QUE QUIERE
...Dos semanas después…...
Los días se me pasaron volando. Hium se volvió mi guía turístico y siempre andábamos los dos juntos. ¿A qué se dedicaba él? Daba clases de español en línea y también enseñaba inglés a los asiáticos. En dos ocasiones pude verlo dando clases y me causaba interés ver y escuchar como hablaba con tanta fluidez con gente de otros países.
Justo son las doce la noche y él conduce por el bulevar, suena Within You, Within Me dé Meltt a todo volumen. Se estaciona frente a un hotel, caminamos por la acera, pasamos afuera de todos los antros y clubes nocturnos. ¡Hay mucho ambiente allí! La música sonando a todo volumen y extranjeros pagando para entrar.
—¡Esto está de locos!
—Y eso que no has entrado a Coco Bongo, las cosas se ponen más locas adentro.
—¿Cuántas veces has entrado? —Me da curiosidad saber.
—Dos veces, casi no es mi ambiente.
Seguimos el camino para llegar a Playa Forum.
De noche, el mar tiene el poder de causarte sentimientos nostálgicos. ¡Mi corazón se sentía muy conmovido! La arena acariciando nuestros pies, la brisa soplando a todo lo que da y la luna iluminando nuestras vidas. ¡El momento perfecto!
Estoy por sentarme en la arena cuando mi celular empieza a vibrar a causa de una llamada. ¡Otra vez Lea! ¿Por qué siempre tiene que interrumpir mis momentos más íntimos?
—¿Qué paso? —Le pregunto en tono de fastidio.
—¿Papá hablo contigo?
—No, no me ha marcado. ¿Por qué?
—Se trata de Carla.
—¿Qué paso con Carla?
—Se fugó de casa, se llevó todas sus cosas y nuestros padres están muy preocupados.
—¡¿Cómo que se fugó?! ¿Estás hablando en serio? —No puedo creer tan fácil lo que ella me dice.
No responde de inmediato. ¿Está llorando? Las olas del mar me confunden un poco y mi realidad se aleja de mí. ¿Por qué se esfumó Carla? ¿Por qué no tuvo el valor de decirnos lo que haría? Hium pone su mano en mi hombro y eso me atrae al momento.
—Ella se fue con un hombre, por lo que me dijo Paola, ella se fue con... —se volvió a quedar muda.
No dijo nada y ese suspenso me causaba malestar.
—¿Con quién se fugó la loca de mi hermana?
—Con Rodrigo, el hijo adoptivo de Magdalena.
Sus palabras me cayeron como balde de agua fría y sentí un escalofrío muy intenso recorrer todo mi cuerpo. ¿De verdad habían huido los dos? ¿Por qué lo hicieron?
—¿Y quién se dio cuenta de que realmente se fue con él?
—Parece que el dueño de un negocio de hamburguesas los vio. Cenaron juntos, terminaron de comer y se fueron en el mismo vehículo.
—¿Cuándo paso eso?
—Ayer, pero hasta hoy descubrieron esto último que te acabo de decir.
Me pongo de pie, doy unos pasos hasta que el agua del mar me acaricia.
—¿Y qué podemos hacer nosotros? —Me atrevo a preguntarle—. Ella ya está grande, tomo una decisión y no hay nada que podamos hacer. Yo... ¿Qué puedo decirte? Carla eligió basando su decisión de acuerdo a su felicidad. Qué mala onda que no le haya tenido confianza a nuestros padres de contarles abiertamente lo que planeaba hacer.
—Tienes razón, no podemos hacer nada.
—Yo... Mañana regresaré a casa.
—¿Ya te quieres ir?
—Pues no, pero, ya se llegó el momento de regresar. Tengo que ir a ver como están nuestros padres.
Siento un nudo en el corazón. Como si una parte de mí quisiera que este viaje no terminara y la otra, como si anhelara regresar a casa para poder consolar a mis padres.
—Está bien Ari, te compraré un boleto de avión.
—Nunca he viajado en avión.
—Pues mañana te subirás a uno.
—Bueno, como tú digas.
—Disfruta del mar.
Finalizamos la llamada. Dirijo mi vista al cielo nocturno y no sé, pero de forma natural, me entran unas ganas bien fuertes de llorar. ¡Sacar este sentimiento que también me duele!
—¿Estás bien? —Hium se acerca a mi lado.
—No, no me siento chido.
—¿Pasó algo?
—Mi hermana huyo con un hombre que era amigo de la familia.
No quise decirle que ese hombre, que Rodrigo, era otro de mis pretendientes.
—¡Qué mal! Lo lamento mucho.
—Cosas que pasan y no hay nada que yo pueda hacer para cambiar lo que ella eligió. A causa de su decisión, mañana volveré a Puebla.
—¿Ya no te quedarás más tiempo, como lo habíamos platicado?
—No. Ya no será posible que extienda mis vacaciones en Cancún.
—Está bien, de todos modos, sabes que aquí estamos para ti. Cuando quieras regresar a Cancún, te estaremos esperando con los brazos abiertos.
—¡Gracias! Por ser mi amigo y por todo lo que hemos hecho hasta ahora. ¡Ha sido un gusto conocerte!
—¿Quieres nadar por última vez?
—Yo...
Pero no me da tiempo darle una respuesta, con su pie me salpica agua y se echa a correr más adentro del agua. Sonríe, me mira y me salpica más agua con sus manos. ¡No puedo evitar querer perseguirlo!
Termino entrando al agua.
...🩵🩵🩵...
—Todo estará bien. Cuando llegues al aeropuerto de Puebla, me hablas. ¡Por favor! —Dice Lea.
—Sí. ¡Gracias por todo!
Me envuelve en un abrazo, siento la calidez nostálgica de no poder verla más durante un tiempo. Hium también se despide de mí con un abrazo fuerte.
—Sale cuñado, ve con cuidado —me dice Gustavo.
—Cuida bien de mi hermana. ¡Te la encargo! —Le digo y termino abrazándolo por unos segundos.
Me alejo de ellos, tengo que abordar el avión y siento muchos nervios. Busco mi asiento, me toco viajar junto a la ventanilla. ¡Pero no puedo evitar demostrar mis nervios!
—¿Es la primera vez que subes a un avión? —Me pregunta mi compañero de viaje.
—¡Sí! Es la primera vez.
—¡Tranquilo! Todo estará bien. Al despegar y al aterrizar puede que sientas que estás en una montaña rusa. De ahí en fuera, todo el viaje estará tranquilo.
—Gracias por decirme.
—Mi nombre es Israel. ¿Cómo te llamas tú?
—Ariel.
—¡Mucho gusto Ariel!
El capitán anuncia el despegue y mi corazón late con mucha fuerza. ¿Cómo termine aquí?
—Dame tu mano, espero que esto te pueda tranquilizar un poco —me dice él.
Su mano se une a la mía y nuestros dedos se entrelazan. ¡Dios bendito! Esto se siente más fuerte que una montaña rusa. Mi estómago se comprime un poco y yo, me siento chistoso. ¡Aprieto la mano de Israel con fuerza!
Esto es viajar en un avión por primera vez.