Esta es la historia de Elena y Aarón.
Ambos ya enfrentan una dura situación, en donde una hija y su amor serán los motivos por los que ellos pelearan.
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Desobedecer.
Hoy es lunes y me caga tener que venir a hacerme cargo de una compañía que prácticamente es más de mi jodido esposo que mía. Camino con mis lentes oscuros obviando el hecho de que lleve una pequeña cura en mi nariz, paso frente a Laura y la saludo, cinco minutos después entra y le sonrió.
- En una hora tienes una reunión con Eddie Bristhon ~dice dejando mi cafe sobre mi escritorio~ Estos son los papeles que tienes que leer y firmar para dar consentimiento de que el nuevo medicamento salga a la venta ~dice entregándome una caja~ Y este es todo el informe sobre Clotrofarol, la cantidad de producción, fecha de expendio, farmacias en las que ha sido distribuida, cantidad de componentes, efectos, entre otras cosas ~dice dándome otra carpeta~
Por lo gruesa que es, parece que tendré bastante trabajo hoy. Comienzo a revisar la primera carpeta sin percatarme de que aún no sale de la oficina.
- Espero no te moleste... Me tomé el atrevimiento... ~me extiende una caja~ No me lo preguntaste, pero terminé con mi novio hace una semana, habían demasiados problemas entre ellos, la violencia física. Me echaba esta crema pera los golpes, la compré ayer para ti.
- Lo siento mucho por no haberme dado cuenta antes, y gracias ~le sonrío con lástima~
- No te preocupes, si no te diste cuenta significa que la crema es buena ~me sonríe~
Una vez sale, saco la crema tópica y comienzo a leer las instrucciones... Modo de uso, advertencia, componentes... La guardo nuevamente en la caja y la dejo a un lado para concentrarme nuevamente en los documentos frente a mí.
Pasan por lo menos dos horas después de salir de la reunión, cuando mi madre entra, nos saludamos y se sienta en una de las sillas frente a mí.
- ¿Cómo estás, cariño?
- Bien, mamá ~digo aún concentra en los papeles~
Mi relación con mi madre ha cambiado mucho, ya no hablamos como antes, ni siquiera me molesto en contarle mis problemas.
- ¿Por qué traes lentes oscuros aquí?, ¿y esa venda en tu nariz? ~la miro y veo que su mirada se desvía a la cajita a mi costado~ ¿Qué es esto?
- Nada ~intento cogerla, pero ella es más rápida~
Observa la caja y por un momento la veo palidecer.
- Elena... Quítate los lentes ~dice sin mirarme~
- Mamá...
- Quítate los lentes, ¡ya!
Suspiro y con las manos temblorosas, me quito los lentes con cuidado de no lastimarme. Mamá se tapa la boca con impresión y sus ojos se encharcan, yo no puedo evitar llorar también, lo sé, mi ojo está horriblemente morado y con una gran mancha roja llenándome la esclerótica.
Ya me he echado unas gotas, pero aún así, no deja de doler.
- Dios mío ~se levanta y rodea el escritorio para abrazarme~ Perdóname, perdóname, mi amor ~llora más~ Todo es mi culpa, he sido una madre de mierda, se supone que yo debería protegerlos... Han vivido un infarto y todo porque yo he dejado sus destinos en manos de un hombre al que no le importamos tanto. Jamás me voy a perdonar no haber hecho nada, por mí tuviste que tomar la decisión de dejar a tu hija, fue porque te dejé sola, no te apoye.
Mamá cae arrodillada y se abraza a mi cintura mientras repite una y otra vez que la perdone. Seguramente pensando que ni ella ha sufrido tanto con papá como yo estoy sufriendo con James.
Me arrodillo también y la abrazo. No puedo culparla, no somos tan diferentes después de todo. Puedo que yo no ame a James, pero al igual que mamá, he soportado muchas cosas de él por miedo.
- Mamá, solo necesito que me ayudes... Ayúdame a salir de esto, ayúdame con papá ~le digo y ella me mira~
- Yo... A tu padre le diagnosticaron leucemia, venía a decirte eso, comenzará a hacerse tratamiento ~nos quedamos en silencio unos segundos~ ¿Qué tienes planeado? ~sonrío y lloro a la vez~
- Primero necesito deshacerme de James, creo que él estaba lavando dinero y su empresa es una fachada... Algo me dice que también está robando dinero aquí, mamá. Necesito recolectar pruebas, pero él no me dejá entrar a su despacho.
- Bueno... Hoy haré una cena y los invitaré, tú obviamente dirás que te sientes mal y no irás, tienes todo ese tiempo para entrar y encontrar algo, estoy segura que Cedric le hablará sobre la enfermedad y se quedarán hablando de los negocios durante un buen tiempo.
La abrazo y ella vuelve a pedirme perdón, me besa el rostro, acaricia mi mejilla y acepto que necesitaba esto, necesitaba un abrazo y el apoyo de mamá.
***
- Tu madre nos invitó a cenar ~dice quitándose el traje~
- No tengo ni ánimos ni ganas de salir ~digo sentada en la cama con mis piernas cruzadas~
- ¿Dejarás que vaya solo? ~se quita los zapatos y se acerca a mí~
- ¿Dejarás que me vean así? ~alzo mi cabeza un poco para verlo~ Sabes que mamá es muy curiosa y no dudará en preguntar qué pasó.
Toma mi barbilla entre sus dedos suavemente y se inclina un poco para besarme con "delicadeza". Es que no lo soporto.
- ¿Te sientes mejor? ~acaricia mi mejilla~
- Sí, ya me eché las gotas ~le sonrío~
- Francamente, no quiero ir, quiero quedarme contigo ~me alza y me hace pararme en la cama~
- Pero creo que papá tiene que decirte algo ~digo nerviosa~ Hablé con mamá por llamada, dijo algo, pero estaba tan ocupada que dejé la conversación para después ~acaricio su cabello~ Ve, quizá sea importante.
- De acuerdo ~besa mi cuello~ Me daré una dicha, pero antes...
Me quita la pijama y siguiéndole el juego desabrocho los botones de su camisa, luego sigo con su pantalón. Acaricio su espalda mientras nuestros labios siguen saboreándose, termina el beso y me mira fijamente.
- Quiero trabajar en mi enojo.
- Siempre dices lo mismo ~susurro~
- Pero quiero que estemos bien, solo trata de no enfurecerme y no volverá a pasar, ¿de acuerdo?
¿Qué?... Es un maldito desgraciado. Maldito, mil veces maldito.
- De acuerdo ~asiento~
Las ganas de llorar son intensas, pero me contengo mientras dejo que bese mi cuello. Me dejo hacer sobre el colchón y cierro los ojos para dejar que los recuerdos invadan mi mente, está es la única forma de que el tiempo pase rápido para mí.
Solo imagino que es Aarón tocándome y haciéndome suya. Siento como después de besar todo mi cuerpo, se adentra lentamente en mí.
Está vez no es rudo y se lo agradezco porque siento mi cuerpo demasiado maltratado precisamente por él. Cómo deseo que el hombre de mis sueños sea quien realmente me hace el amor.
***
Miro la hora, 8:03 PM. James sale de la ducha después de mí y lo veo ir al closet. Es una lástima que un hombre tan atractivo sea una bestia en todo el sentido de la palabra, es que más allá de lo físico no le encuentro nada más favorable.
Veinte minutos después, nos despedimos con un "apasionado" beso y lo veo salir de lo que parece ser una cárcel solo para mí.
Dejo que paseen otros diez minutos en la habitación por si le da por regresar y cuando considero que es seguro, salgo y bajo a su despacho. Me ha metido tanto temor que lo deja sin llaves porque sabe que no sería capaz de desobedecerlo, pero esa Elena miedosa y sumisa ya quedó atrás.
Me adentro en el despacho y comienzo a buscar en su escritorio material que me pueda ser útil. Leo por encima un par de documentos y decido tomarlos, busco en su ordenar y me llama la atención otro par de documentos.
Salgo y voy nuevamente a la habitación para buscar una USB, regreso al despacho y guardo todos los documentos que llaman mi atención. Después de casi media hora, regreso a la habitación, guardo la USB en mi cartera y los documentos en físico en mi bolso.
Me acuesto y rezo porque mañana me dé para sacarles copia y regresar los originales al lugar en donde estaban sin ser atrapada. Creo que pasan tres horas cuando entredormida, siento que su brazo rodea mi cintura.
- ¿Te desperté? ~me susurra~
- No te preocupes ~acaricio su brazo sobre mi cuerpo~
- Te amo ~me pega más a él~
- Y yo... Y yo a ti.
Espero haber susurrado lo suficientemente bajo como para que no me haya escuchado.