Thailor Brown es un joven omega que trabaja en la empresa del prestigioso CEO, Dimitrei Uvarov. Él es un alfa imponente que llevó a la cima a su empresa desde muy joven, pero su padre, al estar enfermo, exige que este contraiga matrimonio pronto.
Al conocer a Thailor, Dimitrei decide usarlo a él para que finja ser su pareja y si el joven no acepta amenaza con arruinar su carrera dentro de la empresa, así que Thailor no tiene más opción que aceptar el trato.
¿Podrá esta relación ir más allá de un contrato?
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—Thailor, mañana el señor Dimitrei regresará de Europa —dijo el señor John, jefe del departamento de finanzas, con tono serio mientras revisaba unos papeles sobre su escritorio—. Debes preparar todos sus documentos porque habrá una reunión importante mañana por la mañana, y nuestro informe no puede tener ningún error.
—Está bien, señor, ya lo tengo todo listo —respondió Thailor con confianza, esbozando una pequeña sonrisa. Su voz tranquila y segura contrastaba con su apariencia discreta, pero detrás de su compostura, había una mente ágil y analítica.
El señor John, un hombre de mediana edad con canas esparcidas por su cabello oscuro, lo observó con una leve sonrisa, satisfecho con su eficiencia.
—Bien —respondió, relajando los hombros—. Espero que disfrutes trabajar aquí, a pesar de la alta presión. No sé qué haría sin ti, Thailor.
—Siempre disfrutaré trabajar aquí, señor... por el buen salario —contestó Thailor con sinceridad, provocando una risa suave de John. El jefe se apoyó contra su escritorio, divertido.
—Tienes razón, ningún otro lugar puede competir con el salario de esta empresa, Thailor. Agradece eso —dijo, con una sonrisa paternalista.
Thailor asintió, manteniendo su compostura. Aunque su relación con John era cordial, Thailor siempre mantenía una cierta distancia profesional.
—Aún no has conocido al señor Dimitrei, ¿verdad? —continuó John, su tono cambiando a uno más cauteloso—. Mi consejo es que no muestres nerviosismo frente a él. Es un alfa muy intimidante. No le gusta la gente indecisa o poco firme, así que mañana tendrás que enfrentarlo si te bombardea con muchas preguntas.
Thailor asintió, su mente procesando la información. Había leído mucho sobre Dimitrei, pero nunca lo había visto en persona.
—Está bien, señor —respondió Thailor, con una calma calculada—. Leí algunos artículos sobre él, aunque no sé cómo es su cara. Debe ser alguien muy intimidante.
—Sí, es peligroso para todos, especialmente para los omegas como tú —añadió John, con una sonrisa significativa en su rostro—. Ten cuidado.
Thailor mantuvo su sonrisa, aunque su mirada se endureció brevemente. Sabía que John no lo decía con mala intención, pero esos comentarios sobre los omegas siempre lo irritaban ligeramente. Sin embargo, no lo dejó ver.
—Lo tendré en cuenta, señor —contestó finalmente.
Al concluir la conversación, Thailor recogió sus pertenencias y se despidió con una inclinación respetuosa. Caminó por los pasillos de la empresa, mientras las luces de las oficinas comenzaban a apagarse, y finalmente salió al aire fresco de la ciudad.
Regresó a su pequeño apartamento. El lugar, aunque modesto, era cómodo y funcional. Alquilaba en una de las zonas más caras de la ciudad, pero mantenía un estilo de vida austero para ahorrar lo máximo posible. Las paredes estaban decoradas de forma simple, sin extravagancias, solo lo necesario para sentirse en casa. A pesar de las dificultades, Thailor había logrado amasar una cuenta de ahorros considerable, lo cual le daba cierta tranquilidad en caso de una emergencia.
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En su vida diaria, Thailor se mantenía reservado. Sus elecciones de vestimenta no eran casuales; siempre optaba por prendas que no atrajeran demasiada atención. Su cabello castaño, aunque grueso y brillante, lo mantenía siempre corto y bien peinado hacia atrás, algo que lo ayudaba a pasar desapercibido entre sus compañeros.
—Thailor, siempre tan discreto —le había dicho una vez una de sus compañeras de trabajo.
Pero para Thailor, la discreción no era solo una cuestión de apariencia, sino una estrategia. Sabía perfectamente cómo manejarse en un ambiente competitivo, especialmente siendo un omega rodeado de alfas. Optaba por camisas lisas y shorts largos que le llegaban por debajo de las rodillas, lejos del estilo formal y estructurado que dominaba la oficina. No deseaba atraer miradas, ni comentarios innecesarios.
Sin embargo, detrás de esa apariencia reservada, se encontraba una mente brillante. Thailor era un analista financiero excepcional, capaz de identificar patrones que otros pasaban por alto. Su habilidad para descifrar complejos números y cifras lo había convertido en un recurso invaluable para la empresa. No importaba cuánto intentara pasar desapercibido, su inteligencia lo hacía destacar.
A pesar de su éxito, Thailor tenía una historia familiar complicada que siempre lo mantenía al margen. Su padre, que había muerto hacía algunos años, lo había dejado completamente fuera de su testamento. Al ser hijo de la segunda pareja de su padre, la primera esposa, aunque no tenía hijos propios, se había asegurado de que Thailor no tuviera acceso a ninguno de los bienes de la familia.
Este rechazo lo había dejado en una posición vulnerable. Sin respaldo familiar, se vio obligado a confiar únicamente en su capacidad para trabajar, lo que lo impulsó a ser excepcional en su carrera. Aunque no lo mostraba, esa herida familiar lo marcaba profundamente, siendo una motivación constante para asegurarse un futuro donde no dependiera de nadie más.
Por eso, cada día en la oficina, Thailor trabajaba incansablemente, manteniendo su enfoque en asegurar su lugar en esa gigantesca compañía, mientras el resto veía a un omega que simplemente hacía su trabajo, sin saber la historia de lucha y perseverancia que llevaba detrás.
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...Thailor...