Maktub, estaba escrito. Se define como lo que está destinado a ser sucede, esta es la historia de Emir el hijo mayor de Mahtob, y de Kala una mujer musulmana Chií, hija de un líder Iraki que vive en Kerbala una de las ciudades sagradas. Al cruzarse sus caminos, todo cambia. Luchar para poder vivir su amor no será fácil. Al mismo tiempo su hija Zeynep será objetivo de los pecados de su padre, la verdad tarde o temprano siempre nos lleva al mismo lugar. Por más que la ocultemos es como el agua, siempre busca su cause. Nuestra querida Mahtob y Pedro, estarán listos para enfrentar todo lo que viene para ellos. La vida está en constante cambio. Maktub
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Obsesión y Deseo
Capítulo 15
Anatoli estaba muy tomado, Khaled se había ido a divertir con una de las chicas. Su mano derecha Vladimir, se acercó para informarle que había una nueva mujer que lo estaba esperando para su satisfacción.
Anatoli de inmediato fue al privado para conocerla, al igual que la mayoría quería ganarse el favor de él. Convertirse en la favorita
—Mi señor estoy aquí para complacerlo.—dijo la chica, ella era española y si era demasiado atractiva, la mujer ya se encontraba semidesnuda
Anatoli comenzó a besarla y acariciarla, pero mientras sucedía el juego previo. Sus pensamientos comenzaron a ser invadidos por Zeynep, recordó su primer encuentro en el Cairo, después cuando la pudo admirar en traje de baño, y todas las fotos en revistas donde ella se veía hermosa
No pudo continuar, sin duda Zeynep se había apoderado de su buen juicio. Anatoli tenía mujeres a diestra y siniestra, todas siempre dispuestas. Pero la mujer que él quería, simplemente le estaba mostrando que si quería tenerla, tenía que comenzar su cacería. Sus instintos estaban siendo provocados, él se detuvo.
—¿Qué sucede mi señor?.—preguntó la chica ya agitada por el momento
—Eres hermosa, pero hoy no tengo ganas. Debo irme.—respondió Anatoli mientras se colocaba la camisa
Salió de la habitación, volvía a su mesa para pedir otro trago. Vladimir se sorprendió de verlo salir tan rápido
—¿Señor la chica no fue de su agrado?.—preguntó
—Si, es hermosa. Pero solo quiero estar con una sola, debes enviarle orquídeas negras a Zeynep, esas son mis favoritas. Y en la nota invitarla a cenar.—respondió Anatoli
—Si señor será como usted diga, pero cuando la señorita regrese.—le decía Vladimir
—¿Qué?¿A dónde fue? ¿Por qué nadie me avisó?.—preguntaba molesto Anatoli
Antes de llegar a la mesa, donde ya estaba esperándolo Khaled, el cual ya se había quedado dormido. Estaba parado junto a él un hombre de traje negro.
—¿Tú quién eres?.—preguntó Anatoli
—Vine por el joven.—respondió, por su espalda se acercaba uno de los matones de Anatoli con su arma lista.
Adler sacó su navaja para encajárselo sin siquiera voltear, le quitó el arma y lo rodeo con su brazo haciendo una llave y apuntándole a la cabeza. Todo en segundos, Anatoli quedó impresionado por la rapidez
—Tranquilo.—dijo Anatoli, todos incluido Vladimir sacaron sus armas, todos los presentes entraron en pánico
—He asesinado a siete a la vez y con un solo revólver, y tú recuerda que solo los cobardes atacan por la espalda.—le decía Adler a su rehén
—¿Quién eres?.—preguntó Anatoli, mientras le ordenaba a su gente bajar las armas
—Soy Adler, el alemán y vine por mi señor. Si la memoria no me falla, este lugar es de Sherbina.—respondió
—Ya sé quién eres, trabajaste para la organización, eras el mejor asesino que teníamos, amigos estamos frente a una leyenda. Estas en lo correcto Adler, yo soy Anatoli Sherbina.—le respondió
—No sé si soy una leyenda, lo que si se, es que juré lealtad a los Ruiz Velasco, le recuerdo que hay un pacto entre mi jefe y su padre, así que manténganse alejado de la familia y sobre todo del joven Khaled. Los pactos no se rompen.—dijo Adler
Adler soltó al matón de los Sherbina sin antes recuperar su navaja, levantó a Khaled y lo llevó con el. Anatoli por primera vez, tuvo que respetar. Si otra hubiera sido su situación, hubiera acabado con Adler en ese mismo momento
—Vladimir prepara todo, nos vamos a buscar a Zeynep.—dio la orden Anatoli
Mientras tanto Zeynep estaba desvelándose en el hotel revisando los contratos de compra-venta, a la mañana siguiente salió del hotel para buscar algo de desayunar, su reunión estaba programada para la tarde.
Ella caminaba por la calle buscando un restaurante, encontró el lugar ideal, después de disfrutar de su brunch, volvió al hotel aún tenía tiempo para seguir. Mientras caminaba recibió la llamada de Samira
—Prima, ¿cuando regresas?.—preguntó
—En una semana o tal vez más, ¿Por qué?.—preguntó Zeynep
—Le prometí a Kala que la llevaríamos de antro, me comentó que le gusta bailar.—respondió Samira
—Pienso que se refiere a la danza del vientre que nos enseñó mi madre, ¿no crees?.—preguntó Zeynep
—Si tienes razón, olvidé que ella es árabe. Pero igual podemos ir, y que conozca cómo nos divertimos.—respondió Samira
—claro que sí, Samira debo colgar me está llamando mi tía Paris. Adiós.—se despidió Zeynep—Tía, ¿Cómo estás?.—preguntó Zeynep
—yo muy bien, aquí preguntándome cómo es posible que vengas a Londres y no me busques ingrata.—respondió Paris
—Tía llegué ayer, además planeaba llamarte después de mi reunión de hoy, para coordinar mis tiempo. ¿Cómo está Tia Minerva y mi prima Diana?.—preguntó Zeynep
—Ambas se fueron de viaje con la familia de Minerva, yo tenía estudios médicos así que tuve que quedarme.—respondió Paris
—¿Está todo bien?.—preguntó Zeynep asustada
—Mejor me confirmas para vernos y platicamos ¿te parece pequeña?.—preguntó Paris
—Si, me dejas preocupada pero claro que haré espacio para vernos. Te llamo más tarde.—respondió Zeynep preocupada por su tía
En lo que terminaba la llamada, no se dio cuenta que estaba atravesando la calle sin mirar. De pronto sintió que la jalaron, y escuchó el claxon del coche, la había salvado nada menos que Anatoli de ser atropellada
—¿No te enseñaron a poner atención al cruzar la calle?.—le preguntó Anatoli pero a su vez llamándole la atención
—Gracias, ¿Ahora me sigues?.—preguntó Zeynep
—Estoy aquí por negocios y te reconocí, me estoy quedando en el hotel Canopy.—respondió Anatoli
—Que coincidencia, espero que el servicio esté siendo de su agrado. Una vez más le agradezco que me ayudara, adiós.—dijo Zeynep de una manera cortante y continuó su camino, si ella no usaba seguridad. Su padre estaba cansado de exigirle que trajera su guardaespaldas
—¿Sabes por qué me rechazas?, porque te gusto más de lo que te atreves a aceptar.—le decía Anatoli
—En serio, qué bien por ti.—respondió Zeynep sin dejar de caminar
—¿Quién te hizo tanto daño? O acaso crees que eres demasiado para cualquier hombre.—preguntaba Anatoli, ella se detuvo
—No, estás equivocado, no quiero entregarme a cualquier hombre es todo. Quiero un amor como el que se tienen mis padres, y hasta ahorita no he encontrado esa conexión, esa complicidad y ese amor que a pesar de todo se mantiene vivo, ardiente y sobre todo fortalecido. Pero es obvio que tú no sabes de eso, con esa apariencia y el dinero que se ve que tienes todas caen a tus pies, eso de seguro alimenta tu vanidad.—respondió Zeynep
—Tal vez, pero para mí eres una mujer valiosa y única. Si no te arriesgas ¿como lo vas a encontrar?.—preguntó Anatoli
—Sin palabras, debo irme. Por cierto el hotel pertenece a nosotros, si tienes alguna queja o sugerencia búscame.—respondió Zeynep, Anatoli sonrió había derrumbado el muro que existía entre Zeynep y el.
Después de la reunión con el vendedor y llegando a los acuerdos, por fin habían pactado la compra. Zeynep volvía al hotel, escaneo el contrato para solicitar la transferencia del resto del dinero para la operación. No pudo dejar de pensar en lo que había hablado con Anatoli.
—Buenas noches, podrías comunicarme a la habitación de Anatoli Sherbina.—decía Zeynep
—En seguida, señorita.—respondió la recepcionista
—Hola de nuevo señorita, me alegra escucharte. ¿A tus órdenes?.—preguntó Anatoli
—Salgamos a cenar, conozco un lugar que sé que te va a gustar.—respondió Zeynep
—En veinte minutos te veo en el lobby.—dijo Anatoli
Pasando el tiempo acordado, Zeynep bajó y Anatoli ya estaba ahí esperando por ella, él se veía muy galante
—Te ves hermosa.—expresó Anatoli
—Gracias, tú te ves guapo.—respondió Zeynep, él le ofreció su brazo
Ella lo llevó al Coppa Club cerca de la torre de Londres, mientras cenaban conversaban sobre sus gustos, música, libros, arte y alguna experiencias vividas.
Anatoli no podía dejar de mirar a Zeynep, era dulce, distinguida, educada y divertida. Nadie lo había hecho reír tanto. No hablaba sobre cosas banales, la mayoría de las mujeres con las que él había estado, les importaba los lujos, el dinero, el poder y lo que podían obtener de él
—Así que eres de Moscú, ¿qué haces en Milán?.—preguntó Zeynep
—Estoy ahí por los negocios de mi padre, ¿tú dónde naciste?.—preguntó Anatoli
—Soy norteamericana, nací en Indianápolis. No recuerdo mucho pero cuando era pequeña, recuerdo que vivíamos en una casa que estaba cerca de Disneylandia. Después viajamos con mamá a Milán mi hermano Emir y yo, ya jamás volvimos.—respondió Zeynep
—tal vez era en Los Ángeles, california. ¿Tu papá no vivía con ustedes?.—preguntó Anatoli
—Recuerdo que un día mi padre llegó a esa casa y después de unos días, volvió a Milán y es por eso que mi madre nos llevó para estar con él. Jamás nos separamos.—respondió Zeynep pero se notaba en su rostro que no tenía idea del porque de las cosas
—Cambiando de tema, eres la mujer mas hermosa e inteligente con la que he salido, gracias por tu compañía.—le decía Anatoli
Más tarde salieron del restaurante para caminar, y seguir conversando. Zeynep se sentía tranquila por primera vez a su lado, era un hombre inteligente, y se comportaba como todo un caballero. ¿Quién en su sano juicio podría resistirse?.
—Me gustas Zeynep, eres lo que siempre busqué en una mujer.—le decía Anatoli
—Podemos conocernos si tú quieres, y ver si funcionamos juntos.—decía Zeynep
Anatoli se acercó para besarla, ella sin dudarlo lo permitió, Zeynep sentía el fuego en los besos de Anatoli, eran realmente adictivos. Capaces de robarle el aliento, ella sentía que su corazón se saldría del pecho
Pero más afectado estaba Anatoli, ella era pasión pura, amor, deseo y miel. Iba más allá de un deseo carnal, quería todo con ella, dormir y despertar con Zeynep todos los días. Eso jamás lo había experimentado por ninguna otra.
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