No soy una mujer que siga reglas o estereotipos, odio que pretendan gobernarme.
A mis cuarenta y tres años soy la soltera más feliz que existe, no tuve hijos por elección propia. No consideré que para sentirme mujer debería ser madre.
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¡Son falsas!
René Anderson
Siento que estoy en medio de un laberinto. El sábado quería dejar todo claro con la mujer que roba mi aliento. Pude volver a disfrutar de sus labios y de mis brazos enredados en su cuerpo, pero en un segundo todos los planes se arruinaron.
Al día siguiente la llamé, fui incluso hasta su casa. Necesitaba hablarle, pero sus hábitos no han cambiado para nada cuando siente que algo la sobrepasa, se encierra alejando a todo el mundo.
El tiempo para el lanzamiento es muy corto. Para poder realizar una buena foto donde todos sus elementos convienen y que el resultado sea impactante, se necesita de muchas tomas. Estar cambiando el escenario es un trabajo agotador.
Detrás de una fotografía la cual el público mira por instantes, hay horas y días de trabajo. Las joyas que se expondrán son una colección de 200 piezas únicas en su diseñó.
Llegue a mi set de fotografía, analice algunas fotos, edite y otras no cumplían con el objetivo, las deseche y envíe al cesto de la basura.
Estaba pendiente de la llegada de mi bello tormento, quería ser el primero en felicitarla por su cumpleaños. Nada salió como esperaba, al arribar a su oficina había un ramo de tulipanes y una caja de regalo, alguien se me adelanto.
Al intentar indagar vi en ella ese nerviosismo de querer ocultarme quién fue y desvió el tema por completo.
Pensé que quizás era uno de la gran cantidad de amantes que han desfilado por su cama. Eso fue algo que siempre me detuvo de intentar acercarme a ella, saber que se había convertido en una mujer promiscua. Que le abría las piernas a cualquiera.
Sé que como seres humanos tenemos necesidades y que no soy un santo, pero a lo largo de estos 16 años separados puedo contar con los dedos de mi mano las mujeres que pasaron por mi cama. Algo que la mujer que amo no puede hacer ni usando los dedos de sus manos y pies, le faltarían.
Según me contaba Karla, Flor cambiaba de amante como cambiar de ropa interior. A su segundo esposo le fue infiel, durante todo su matrimonio.
¿Dónde quedo la mujer que amé? ¿Qué paso con la mujer recatada y leal? Son preguntas que me hago a diario y razones que me mantuvieron alejado.
El recordar que ha pasado por tantas manos me lleno de ira cuando ella solo era mía. Así que no quise recordar lo del día anterior y ni felicitarla por su cumpleaños, asumo que ya tendrá planes con uno de sus amantes.
En la tarde Gaby me llamo emocionada, muy feliz estaba con Flor Inés, disfrutando una tarde de chicas. Me envió una foto con los vestidos que habían comprado, estaban hermosas y ella se veía tan inocente.
Me siento frustrado, no me importa cuantos hombres la hayan tocado, lo que me duele es saber que nuestra relación fue una mentira. Y pensar que tal vez también me engaño.
Llame a Tom, el esposo de Lena, quería tomarme algo y dejar de pensar en la mujer que ocupa mis pensamientos las 24 horas del día.
—¿Cuéntame a qué debo el milagro que te hayas acordado de tu viejo amigo? —expresa, Tom, con ironía. Nos volvimos grandes amigos en el tiempo que Lena vivió en Australia.
—¿Flor, cómo siempre ella?
—¿Qué pasa con mi cuñada ahora? Además, de que ustedes no han sido capaces de hablarle—
—Hoy es su cumpleaños, quería invitarla a cenar, festejarlo a su lado, pero creo que uno de sus amantes me gano —
—¿De qué diablos hablas? ¿Cuáles amantes? Tú puedes decir que Flor Inés es manipuladora, arrogante, tediosa y obsesiva. Pero promiscua, eso es una calumnia —Sonrío, cuanto me gustaría que las palabras del futuro gobernador fueran verdad.
—¿No sé por qué la defiendes? Si las fotos no las hubiese visto, no lo creería. —hablo mientras él se carcajea. —No entiendo tu burla, tómame en serio — digo muy molesto.
—Quien invento eso sobre Flor, realmente no conoce a la reina del hielo, como Gaby le dice. A ella solo le he conocido dos relaciones serias en su vida y un intento. Ella es una ermitaña, llegar a su corazón es igual de complicado que llegar a su cuerpo. —te lo digo yo que no soy su fan.
—Deja te muestro —saco mi teléfono, abro el correo y le enseño las fotos — comienza a carcajearse,
—Qué buen montaje realizaron y tú no dices que eres fotógrafo —lo miro sin comprender
—Esas fotos que tienes ahí, solo que con un rostro diferente, me las han enviado. Culpando a Lena de infidelidad, no te voy a negar que llegue a dudar, pero cuento con un equipo de seguridad que siempre investiga todo lo que llega a mis correos.
—Me estás diciendo que estas malditas fotos que me han mantenido alejado por 16 años de la mujer que amo ¡son falsas!
—No te voy a negar que quien las realizo, hizo un excelente trabajo. Las fotos pasaron por las manos de 7 de los mejores hackers en fotografía digital y solo uno pudo descifrar su falsificación.
—Lo primero que pensé al recibirlas fue eso, las analicé, incluso las envíe a un laboratorio para comprobar su veracidad y allí me dijeron que eran originales.
—Amigo, solo te diré que hay alguien que está empecinado en dañar a nuestras mujeres. El maldito se esconde muy bien, utiliza IP difíciles de rastrear no.deja huellas.
—Karla, me confirmó que Flor se había vuelto una descarada, que salía con uno y con otro. Por lo tanto, no tenía sentido regresar..
—Esa mujer nunca me ha caído bien y no entiendo las razones por las cuales mintió. Karla, fue testigo de lo mal que mi cuñada la pasó. Durante el primer año de su separación Lena, prácticamente se fue a vivir con ella, temía que cometiera una locura. Su depresión era tan fuerte que solo lloraba y no salía de su casa, esperando tu regreso. —tomo mi rostro entre mis manos, he perdido 16 años de mi vida junto a la mujer que amo por una maldita mentira.
—¡Soy un completo imbécil! Jamás quise escuchar a Lena o a mi padre cuando intentaban defenderla. Me sentía tan herido con cada fotografía que llegaba. Que no di la oportunidad.