Por Ti Vuelvo A Creer En El Amor

La pareja decidió regresar a la ciudad después de haber pasado un día maravilloso y distinto, ya en el auto Cassandra decidió romper el silencio.

-¿Tienes algún hobby o algo que te guste mucho? – sentía que no sabía prácticamente nada de Alejandro

-Me gustan los deportes extremos y los deportes en general, sobre todo la bici de montaña, escalar, correr en la naturaleza, la natación y el boxeo – ahora entendía porque su cuerpo se veía tan bien formado

El volteó a mirarla cuando ella se quedó cayada y pudo notar como lo miraba con deseo, aunque prefirió ignorar eso.

-¿Por qué cuando llegue a la empresa me trataste tan mal? – siguió preguntando ella

-Pensé que eras una de las amantes de mi padre – respondió él sin pensar

-¿Por qué? – ella se sorprendió por la respuesta

-Mi padre suele colocarme mujeres hermosas como asistentes para que me vigilen y estas suelen estar relacionadas con él, eres la primera que no cumple con esa norma – ella se sonrojó al notar que él pensaba que era hermosa

-Te pido disculpas por mi actitud y fue hasta que llegamos a casa de Joaquín que supe que no eras de esas, no creo que siendo su sobrina te líes con alguien como él – se puso un poco serio al hablar de su padre

Cuando llegaron a casa cada uno se fue a su habitación, no sin que Cassandra le agradeciera por el lindo día que había pasado.

Al día siguiente los dos iban juntos a la oficina y su relación había mejorado, por lo que podían hablar fácilmente de cualquier cosa, durante el camino charlaban y reían como si se conocieran de toda la vida.

Durante la mañana estaban revisando algunos documentos cuando Augusto entró a la oficina de Alejandro y le pidió a Cassadra que saliera, ella sin decir una palabra se levantó y se fue cerrando la puerta tras ella.

-¿Por qué diables te fuiste de esa manera de la casa?, ¡no te perdono que me hayas dejado con la palabra en la boca! – los gritos de Augusto se escuchaban fuera de la oficina

Cassandra al escuchar esto tomó los papeles que tenía en las manos y se fue a una computadora que estaba lejos de la oficina de su padre.

-No me importa lo que opines, solo te vengo a recalcar que Isabel será mi esposa quieras o no – cada palabra salía con un decibel más que la otra

-Nunca te han importado mis opiniones y eso siempre lo he tenido claro, ni siquiera fuiste capaz de respetar a mi madre, si siquiera después de muerta, no habían pasado 30 días cuando ya andabas con otra, no entiendo porque ahora te importan lo que haga o diga – Alejandro le reclamaba a su padre duramente

-¡No te atrevas a hablarme así!, recuerda que yo doy tu padre – le espetó tratando de hacer que Alejandro dejara sus reclamos

-Además, necesito saber en donde te estas quedando y que regreses de inmediato a casa, por tu culpa Isabel no deja de llorar pensando que fue su culpa que te fueras – sabia que se estaba quedando donde Joaquín, pero quería escucharlo de él para hacérselo pagar

-Entonces todo este show es por tu futura esposa, debo decirte que no voy a volver y por mi se puede deshidratar de tanto llorar – Alejandro no se dejaría manipular por su padre y mucho menos por esa mujer

-¿Te estas negando? – Augusto retaba a su hijo con la mirada

-Soy un hombre adulto y puedo tomar mis propias decisiones, por lo que no necesito tu aprobación, creo que de lo que si deberíamos estar hablando es de tu mal manejo de las finanzas de la empresa, los negocios fraudulentos que he encontrado y de cómo podrías reducir tus gastos personales, o como hacer para que no afecten a la compañía – Alejandro miraba fijamente a su padre

-No entiendo de que hablas, ya te dije que yo no hago negocios fraudulentos, todo debe ser algún error que no has detectado y piensas que he sido yo, si estuviera defraudando mi empresa no te habría traído para que la dirigieras – Augusto sentía que no podía respirar, no esperaba que su hijo le echara esas cosas en cara

-Por lo visto esta conversación no tendrá un deselenace, ¿necesitas algo más? – le preguntó Alejandro a su padre mientras miraba por uno de los ventanales de la oficina dándole la espalda

-¿Me estas corriendo de tu oficina?

-Haz y piensa lo que quieras, de todos modos, siempre lo haces – había una mezcla de tristeza y decepción en la voz de Alejandro

-Solo te voy a decir que quiero que vuelvas a casa – puso su cara seria como cuando intimidaba a las personas y era algo que ya no tenía ningún efecto en Alejandro

Solo se escuchó una puerta cerrarse fuertemente y todos los empleados voltearon para ver a Augusto salir de la oficina de su hijo como un toro rabioso, su rostro estaba totalmente rojo y cada pisada estremecía el piso.

La oficina se quedó en total silencio después de eso, nadie emitía ni un solo sonido, solo se escuchó el repicar del teléfono de Alejandro, por lo que Cassandra corrió a contestarlo.

-Cassandra cancela todas mis citas del día – la voz de Alejandro denotaba tristeza

Ella así lo hizo, luego de algunos minutos él salió de la oficina y no fue visto por varios días en la empresa.