Son tantas las lágrimas que he derramado en mi vida, que mi corazón se volvió de piedra. No me juzguen, soy Marina y ésta es mi historia.
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José De Abreu
Salimos de noche, era más seguro.
Tomé aire profundamente para concentrarme y pedir a Dios que todo resultara..
Era mucho mi nerviosismo. Papá a pesar de su edad caminaba con rapidez. Practicaba una especie de artes marciales para personas adultas me decía él basados en el taoísmo Sagradamente hacía sus ejercicios de Tai Chi en la mañana y al atardecer..
La disciplina de mis perros era grandiosa, por dentro me reía al ver como caminaban pegaditos a mi e ignoraban a los conejos que se cruzaban por el camino, pobrecitos, agradecía su fuerza de voluntad, sabían que no debían moverse de nuestro lado. Entendían cada palabra que yo les explicaba.
Caminamos en silencio sin emitir ruidos. Llegamos al camino después de casi tres horas de viaje. Ésta ruta por los cerros era más larga. Pero todas éstas tierras eran de papá, así que no habían casas.
Por los perros papá eligió otro camino, no era el mismo que el hacía siempre. Demoramos como dos horas más de caminata.
Estaba oscuro aún cuando llegamos a la casa de don Pepe. Aún no amanecía. Papá tenía llave así que entramos en silencio.
Pasamos directo a la cocina. El caminaba como si fuera su casa y yo pedí el baño. Me dió las indicaciones, tenía muchas ganas de orinar, luego me refresque mi cara y pelo y salí.
Sorpresivamente me tomaron de los brazos y me hizo una maniobra de reducción. Con un brazo el gigante me tenía sujeta y por el otro me apretaba mi cuello.
En silencio y sin emitir ningún ruido trataba de liberarme pero era muy grande y corpulento.
Solo sentí que el brazo del cuello lo aflojó. Mis perros lo estaban mordiendo en los tobillos y muslos.
--Hay!!!!! Sueltenme perros del infierno
--Los voy a matar rugió de dolor el hombron.
--Vaquero, Susy, suelten..... él me va a liberar... verdad Don Pepe ?
Mis perros lo soltaron al oír mi voz
--Quien eres niña?
--Desde cuando atacas mujeres Pepito ? Suéltala es mi hija.
Al escuchar la voz de papá me soltó de inmediato.
--Don Raymundo?
--Usted? lo esperaba pero no con esta pandilla.
--Que pandilla ? solo somos mis perros y yo. Y si te mordieron fue porqué me estabas haciendo daño.
--No te estaba atacando, te estaba conteniendo, y tú te movias como una culebra.
--No los esperaba
--Niña... escúchame ..
--Si alguien a quien yo no conozco, ni tampoco invito, entra a mi casa que hace uno?
-- Se defiende.
--Si claro, de una mujer ? le dije aún molesta. Me dolían los brazos y el cuello con la maniobra que me había hecho.
--Aqui el único lastimado fuí yo. Estos perros no tendrán rabia? Capaz que me contagien algo?
Definitivamente éste estúpido me va a oír.
--Oiga Don Pepe....que se imagina...!!!
--Ya basta...dejen de discutir. Están vacunados compré para ellos también antiparasitarios y vacunas, no te preocupes, Pepe dónde está tu botiquín ?
--En el baño Don Raymundo
Papá fue a traerlo y me lo pasó.
--Curalo, así verás como son las heridas de los caninos
--A lo mejor necesita puntos.
--De adónde ? mis perritos deben haber apretado un poquito solamente. .
--Lo que pasa es que el señor se queja por nada.
Hasta ahora no lo había mirado muy bien, pero andaba desnudo. Me puse roja, Solo traía un shorts y para arriba no tenía nada.
Hay porqué a mí me tienen que pasar éstas cosas.?
Traté de no ponerme nerviosa y roja, le dije que se sentara, con voz profesional.
Cuando papá hablaba de Pepito yo siempre pensé que era un hombre mayor, pero mayor de cincuenta
Éste hombre debía tener muchos años menos. Era mayor pero no tanto. Trataba de no mirarlo a la cara. No era feo, ni viejo.
Puse otra silla y le dije que subiera sus piernas y revisé las mordidas
La de Vaquero era más profunda y la de Susy menor.
--Que ves hija?
--De dónde salió esta hija?. No vayas a ponerte senescente y ésta muchachita te está engañando.
Que se cree éste Pepito? Que soy una estafadora? Y apreté un poco más dónde revisaba.
--Hayyy!!!!! que brusca.
--Deberias revisarlo tú papá... yo no veo nada grave, un poco de alcohol, povidona yodada y listo.
--Llevamos dos años casi en esto .. Y ese es tu diagnóstico ?
--El paciente no copera mucho.
Papá lo revisó y dijo tienes razón.
--Diagnóstico correcto, has la limpieza y cubre las heridas.
--Con que debes cubrir hija?
--Disculpen, estoy lastimado y no veo que nadie saque a los culpables de mi casa y no soy un sujeto de prueba.
--Perdón Pepito, el único responsable soy Yo. Que no te conté nada.
--Ella es Marina, mi hija. La adopté hace dos años atrás y vive conmigo desde hace tres.
--Cuando viniste la última vez ?
--Por eso compraste tanta mercadería? que tuve que arrendar un camión pequeño.
--Jajaja jajaja....
No entendía su risa, miraba a papá y el también ignoraba el motivo.
Molesta dije:
--Disculpe Don Pepito..hay un refrán que dice que la risa abunda en la...
--Marina estamos en su casa y el puede reírse todo lo que quiera.
Cesó de inmediato la risa cuando le dije Don Pepito.
--Muchacha mi nombre es José de Abreu.
--Disculpe Don Raymundo, mi risa es que hace dos años atrás la maleta se abrió cuando la iba subiendo y
Vi un poco la ropa de mujer. Y me imaginé que usted estaba teniendo graves problemas ...... hormonales
--Que era gay ?
--Jajaja no hijo, como se te ocurre, era para mí niña que me esperaba en casa.
Los dos se reían al unisono, ahora. Sinceramente no le encontraba el chiste a nada.
El hombre medio desnudo se seguía riendo. Hasta que empecé con mis curaciones.
Papa se levantó a preparar café.
--Niña, parece que lo tuyo no es la medicina eres muy brusca. Y me duele, a lo mejor deberías buscar otra profesión.
Y éstos pulgosos ? de quién son ?
--Son míos, Vaquero y Susy mis perritos hermosos
--Mírame muchacha. No me había fijado en tus ojos.
-- Tienes unos ojos impresionantes, nunca había visto unos así, Son muy diferentes, uno muy celeste y el otro verde turquesa..y tus pestañas son gigantescas.
Bajé la mirada, nunca me gustó que las personas me vieran, todos en el pueblo trataban de no mirarme, les daba miedo.
No fue hasta que papá me explicó lo de mi condición que entendí que ella solo hablaba estupideces y se aprovechaba de la ignorancia.
Me había acostumbrado a no ver a nadie solo éramos los dos.
--Si, se llama heterocromia, no es un defecto es una condición....le dije molesta.
Pero José de Abreu me miraba con asombro muy diferente a como lo hacían en ese tiempo....y eso me gustó.
Sería vanidad ? Lo que sentí