Malmcon es un hombre lleno de prejuicios al que le sale caro querer jugar con Lourdes, una joven inexperta en el amor
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Los días pasan y me siento mucho más tranquila, aunque las pesadillas están constantemente ahí. Mi psicóloga dice que es normal, pero que soy una mujer que demuestra un convicción y fuerza para superar obstáculos.
Malmcon ha estado un poco alejado, sé que se preocupa por mí pues su asistente siempre me lleva a mi hogar, pese a mi negativa de que lo siga haciendo. Hoy le diré que ya no es necesario que lo haga. De verdad necesito valerme por mi misma, además no quiero que finje estar para mí, cuando parece evitarme todo el tiempo.
Me dirijo a su oficina, camino mientras siento mi corazón desbocado, no entiendo todo esto, cada vez que lo veo me pasa.
Toco la puerta y espero que de el permiso para poder entrar, tarda unos segundos e indica que puedo pasar.
- Hola Malcolm - saludo
El levanta la vista de lo que sea que está haciendo para mirarme de lleno.
- Hola Lourdes - es la primera vez que me llama por mi nombre - ¿te puedo ayudar en algo?
Tomo un respiro profundo para poder hablar.
- Eeh... si, Malcolm vengo a pedirte que ya no le pidas a tu asistente que me lleve y me traiga. Creo que es hora que vuelva a hacerlo yo misma - su mirada está fija en mi, su rostro no tiene expresión alguna poniéndome más nerviosa - te agradezco de verdad tu preocupación, pero es necesario que yo vuelva a hacer mis cosas rutinarias, sin miedo...
- Para mí no es una molestia - me interrumpe - todo lo contrario. Lourdes de verdad me preocupo por tí, no quiero que vuelvas a vivir esa experiencia.
- Y no quiero vivir con ese miedo... debes entender, yo siempre me he valido por mi sola. Aunque las chicas toda la vida han estado conmigo y para mí, saben que me gusta mi independencia.
Lo veo levantarse acercándose a donde me encuentro, me mantengo de pie cerca de la entrada. Llega a donde estoy y coloca su mano en mi mejilla.
- Nena, no quiero que te pase nada - me mira directo a los ojos - realmente me importa todo lo que tenga que ver con tu seguridad - mi corazón se conmueve ante sus palabras - te has convertido en una auténtica amiga... - y hasta ahí llegaron mis emociones.
Ahora pasé al plano de amiga, de verdad no lo entiendo.
- No te preocupes por mí más, si no me permites hacer las cosas como siempre las he hecho, entonces te voy a pagar esa multa, pero me iré a trabajar a otro lado...
Hablo tratando de que no se note que me dolió que me mandara a la friendzone.
Sus ojos se abren un poco, hace intentos de decir algo pero nada sale. Me doy media vuelta dispuesta a irme, pero él me retiene.
- De verás nena, déjame cuidarte - suena más a súplica lo que me dice.
- No necesito que me cuides, siempre me he cuidado sola. Lo que pasó con ese tipo fue porque me agarró con la guardia baja...
Abro la puerta y salgo con un torbellino de emociones, no quiero ser su amiga, mi corazón no lo acepta.
Malcolm Lebreu me gusta, pero yo no estoy a su nivel.