La Persona Equivocada

Repetí "How Long" varias veces antes de llegar, a penas llegue cinco minutos antes de las cuatro, toque el timbre y la amplia reja de la entrada se abrió, la casa estaba un poco distanciada de la entrada por un enorme jardín, frontal tenía muchas rosas de diversos colores y mucho césped, estacione junto a otros autos, y apague el motor, tomé mi bolso, saque las llaves y salí del auto, en la entrada de la casa había una empleada esperándome,

- Señorita por aquí.

Ella me llevo a través de la gran casa, con terminados ingleses, la sala era enorme, con muchos cuadros de pinturas famosos, atravesamos toda la casa, hasta salir al patio trasero, donde había un quiosco, en medio de un hermoso jardín de diferentes flores, y una piscina olímpica, al otro lado, con varias sillas de playas y sombrillas de sol.

Camine hasta el quiosco, donde me esperaba la Señora Nancy, estaba vistiendo un vestido sencillo, de color rosa pastel, su pelo corto siempre suelto, al notar mi presencia se paró y me saludo.

- Bienvenido Linda, por favor tomar asiento.

- Gracias Señora Nancy.

- No, no, no, no me digas Señora Nancy, solo Nancy.

Me senté y medite un poco, sobre el decirle o no Señora, entonces le dije.

- No creo que sea correcto que le diga solo Nancy, pues usted es mayor que yo, puede ser mi madre, y debo darle respeto a su edad.

- ¿Cómo llamas a la madre de tus amigos?

Desde pequeña, les llamo tías a las madres de mis amigos y a los padres también, ya que no tengo tíos mis padres eran hijos únicos también, así que le decía así, pero no sé si pueda llamar tía a la Señora Nancy, me sumí un poco en mis pensamientos, entonces volvió la empleada con dos tazas de té y unas galletas, las puso sobre la mesa y se marchó, entonces comencé a decirle a la señora Nancy.

- De hecho a las madres de mis amigos le llamo tías, por qué mis padres no tienen hermanos, así que yo siempre llamo tías y tíos a los padres de mis amigos.

Ella se quedó pensando, yo tomé la tasa de té y le di un sorbo el té era muy amargo, entonces tomé una galleta y la mordí y era dulce, era un contraste entre dulce y amargo, supongo que así es la vida.

- Por ahora llámame Nancy en el futuro, quizás me llames de otra forma, ¿está bien?

- Está bien.

- ¿Qué tal está el té?

- Está como la vida, por eso me lo dio verdad.

- ¿Cómo la vida?

- Momentos amargos como el té, pero también dulces como la galleta.

Otra vez se quedó pensando, pero no duro mucho para hablar.

- Tienes razón con el té y la galleta, pero si fueras uno de los dos cuál sería.

- Yo sería el té.

- ¿Por qué?

- La sinceridad no suele ser dulce, y según mi experiencia hay muchas mentiras dulces y verdad amarga.

Dicho esto miré el jardín, tenías tantas flores, es muy hermoso, nunca había visto un jardín tan grande y colorido.

- Te llamé por qué quiero hablar sobre Bruce y tú, anoche el vino, se veía muy mal, y me dijo todo lo que pasó en la fiesta, el no encuentra como arreglar todo esto así que está enojado, si te dice algo que no sea agradable, no te enojes con él, está confundido en estos momentos.

Es comprensible, ahora debe de pensar que todo lo que vivió durante 10 años fue una mentira, pero nadie puede arreglar el pasado, pensé, solo ahí que corregir el futuro, tomé otro sorbo de té y mordí otra galleta, luego dije.

- Esto no ahí que arreglarlo, ya lo que está hecho no se puede deshacer, será mejor seguir adelante, si volvemos atrás todo puede salir incluso peor.

- Tú, con tus cartas, salvaste a esta familia, desee que recomendaste el psicólogo para mí, y búscate fórmulas para arreglar nuestra relación familiar, incluso esa conmovedora carta cuando mi Richard murió, todo eso nos salió, yo no sé si tú sabías los que estaba hablando, pero todos nos sentíamos en deuda con la persona que escribía las cartas, por eso Bruce no dudo en traer a Megan a la familia, Ni yo, ni Cindy pensamos que Megan era esa persona cálida y amable que le escribía a Bruce, desde siempre puede ver su naturaleza, egoísta y caprichosa, pero no podíamos rebatir las pruebas, no puedo entender por qué la dejaste robar tu vida.

- Yo nací con una enfermedad, me impide expresar correctamente mis emisiones, cosas como llorar, o reír, mi cara siempre está inexpresiva, he ido a médicos toda mi vida y a penas he podido mejorar, sin embargo, es parcial la enfermedad, ya que puedo comprender los sentimientos de los demás, en ese tiempo era adolescente e insegura, también vi que Bruce era feliz con Megan o eso aparentaba, además le pregunté que si Megan era su tipo ideal, él respondió que sí.

- Entonces como viste que Bruce era feliz, no quisiste romper su felicidad, diciéndole la verdad.

- Así es.

No sé, si puedo ser comprendida por la Señora Nancy, pero eso fue todo lo que pensé, si es feliz con una persona como Megan, entonces era mejor dejarlo ser, lo único que yo no esperaba era que las cosas terminaran así, ni que Megan fuera tan caprichosa, que solo le importaba la posición económica de Bruce, sé que ella ahora está mal, por qué perdió el dinero de Bruce, aun así no quiero que se hunda.

En ser momento que estaba pensativa miré hacia arriba, y en el balcón que daba al jardín, estaba Bruce mirándome, el se dio cuenta de que yo lo vi, pero no apartó la mirada, yo, sin embargo, volví a mirar a la Señora Nancy, tomé el último sorbo de té y la última galleta, y después de masticar mi dulce galleta, le dije.

- Nancy, me gustaría hablar algo con Bruce, podrías llamarlo.

- Bueno, Bruce.

- No lo niegue esta en el balcón, mirándome como un águila que acecha a su presa, solo llámelo aquí, y hablamos los tres.

Toco una pequeña campana, y la empleada llego, le indico que fuera por Bruce, se fue rápidamente, yo me quedé mirando las flores desde mi asiento en lo que Bruce venía.