Renací En La Villana De La Historia

              ....... Narrador......

Al concluir el juicio, tanto el rey como el emperador se encaminaron hacia el despacho del rey.

 —Emperador Adam —dijo el rey Christian con una sonrisa amplia—, es un placer tenerte aquí. Espero que su estancia en compañia del duque haya sido placentero.

—Gracias, Rey Christian —respondió Adam con cortesía— Todo ha sido de mi agrado.

Ambos hombres se sentaron en un gran banco tallado en madera oscura que adornaba el salón. Las paredes estaban decoradas con tapices que narraban historias de batallas y alianzas pasadas. Adam sabía que era esencial establecer un diálogo abierto para abordar los temas delicados que podrían afectar a sus pueblos.

—He venido a discutir un acuerdo que beneficie a ambos reinos —comenzó Adam—. En tiempos recientes, hemos enfrentado desafíos similares: la escasez de recursos y la necesidad de mantener la paz en nuestras fronteras.

El rey Christian asintió, mostrando interés.

—Es cierto. La cooperación entre Oceanía y Moon podría ser la clave para enfrentar estos problemas. ¿Qué propones?

Adam tomó una bocanada de aire profundo antes de continuar.

—Sugiero establecer un pacto comercial. Podríamos intercambiar productos agrícolas y artesanías únicas que cada reino produce. Además, propongo crear un consejo diplomático donde podamos reunirnos regularmente para discutir cualquier asunto que surja entre nosotros.

El rey Christian se inclinó hacia adelante, considerando la propuesta con atención.

—Me gusta tu idea —dijo finalmente—. La unión de nuestros reinos no solo fortalecería nuestras economías, sino que también enviaría un mensaje claro a aquellos que deseen perturbar nuestra paz.

Ambos hombres comenzaron a esbozar los detalles del acuerdo: los productos específicos a intercambiar, las rutas comerciales a utilizar y cómo mantener una comunicación constante entre sus embajadas. La conversación fluía con facilidad; había un sentido de camaradería entre ellos que trascendía el mero acto diplomático.

—A veces me pregunto si realmente estamos preparados para lo que viene —confesó Adam—. La responsabilidad puede ser abrumadora.

Christian lo miró con comprensión.

—Es parte del deber —respondió—. Pero no olvides que no estás solo en esto. Los buenos aliados están ahí para apoyarse mutuamente.

Finalmente, ambos hombres sellaron su acuerdo con un apretón de manos firme bajo la luz titilante de las antorchas que iluminaban el salón.

           .........Esa tarde...........

Ashley se encontraba preparandose en su habitacion mientras esperaba a Adam, todavia estaba molesta con su ex madrastra por todo lo que hizo, pero no dejaria que eso opacara su emoción por la sorpresa que le tenia preparada Adam. Mientras se preparaba, Alfa dormitaba tranquilo sobre la cama.

- Alfa, que vestido crees que deberia ponerme?- dijo Ashley con clara preocupación.

- no importa lo que te pongas, estoy seguro de que a el emperador Adam le gustará.

Eso le saco a Ashley una sonrisa, asi que se decidio por un vestido azul zafiro de mangas cortas y escote en forma de corazón, complementandolo con unos tacones dorados y unos pendientes a juego.

 Adam, había preparado un pequeño rincón en los jardines, adornado con guirnaldas de flores y velas que titilaban suavemente con la brisa. Un pequeño camino de pétalos de rosa conducía hasta un banco tallado en piedra donde él esperaría a Ashley.

Cuando llegó el momento, Ashley apareció, Adam al verla suspiró, ya que el vestido resaltaba su belleza natural. Sus ojos brillaban con curiosidad al ver el escenario preparado. Adam se puso de pie y su corazón latía con fuerza mientras se acercaba a ella.

—Ashley —comenzó, su voz firme pero suave—. Desde que te conocí, mi vida ha cambiado para mejor. Tu risa ilumina mis días más oscuros y tu sabiduría me inspira a ser un mejor emperador. Se que nos conocemos hace poco, pero no hace falta mucho tiempo cuando está seguro de lo que siente.

Ashley sonrió, sintiendo cómo sus mejillas se sonrojaban ante las palabras sinceras de Adam.

—Emperador Adam —respondió ella—, tus palabras son un regalo para mí.

Adam dio un paso adelante y tomó una pequeña caja de terciopelo rojo de su bolsillo. Con manos temblorosas, la abrió para revelar un hermoso anillo engastado con una brillante piedra preciosa de color azul que reflejaba la luz del sol.

—Ashley —dijo con voz entrecortada—, ¿aceptarías ser mi esposa? Prometo amarte y protegerte durante todos los días de nuestra vida juntos.

Los ojos de Ashley se llenaron de lágrimas de felicidad. No podía creer lo que estaba escuchando; su corazón latía desbocado.

—¡Sí! ¡Sí acepto! —exclamó con alegría desbordante.

Adam deslizó el anillo en su dedo mientras una sonrisa radiante iluminaba su rostro. En ese instante mágico, ambos supieron que estaban destinados a estar juntos, no solo como pareja sino como aliados en la construcción de un reino próspero y feliz.

El viento suave trajo consigo susurros de felicidad mientras los dos compartían un tierno abrazo bajo el cielo pintado de diferentes tonos de rosados y naranjas por la puesta de sol.

Nota de la autora

Hola por aquí, vuelvo a pedir perdón por demorarme en actualizar, pero no se preocupen que voy a terminar la historia y ya tengo otra en proceso, ya pueden conocer a los nuevos protagonistas. La historia se llama Monarquía, espero que la apoyen igual que a esta, besos.