La Venganza Del Angel

Los días pasaban lentamente para Artemis, ya se había recuperado por completo y no necesitaba ayuda para ponerse de pie o caminar.

Realmente no podía llegar a una conclusión certera o que la convenciera, de cuál era el motivo por el que estaba ahí, todos los días un vestido nuevo y lujoso con zapatos a juego le era dado, incluso joyas esepcionales le fueron traídas para que ella la usará a gusto, Artemis no acepto. La comida era lujosa y abundante, las empleadas la trataban con delicadeza y respeto, el trato que recibía no era diferente a el que le daban en Egía, pero no había salido de aquella habitación en dónde despertó y solo podía ver por una ventana un patio trasero donde se ves en cuando veía a quien suponía era él jardinero del lugar, además no había vuelto a ver al Emperador.

Lo que Artemis no sabía era que él si la había visto, todos los días. Al finalizar cada día recibía un reporte de todo lo que ella hizo aunque no era mucho en verdad, preguntaba a Acasia quién era la que le brindaba el reporte si es que ella pidio o dijo algo ese día, siempre eran la misma respuesta, la Señorita no habla.

Después de estar seguro de que Artemis estuviera dormida, Karim entraba a la que era su habitación y ahora estába ocupada por Artemis,.se quedaba observándola por un tiempo, la miraba con preocupación, no sabía como entablar una conversación con ella y ella no parecía tener intención alguna de comunicarse con ellos.

Era entendible, ella lo veía como el encargado de destruir a su familia y era la verdad.

Lo que Artemis no sabía ni la mayoría de las personas de todo el Imperio Zanthos era que en realidad esa nunca fué la voluntad de Karim, había una verdad oculta tras todo el movimiento por parte del Imperio Zanthos en nombre de la diosa Áine.

Para Karim Áine era el mismo demonio, no había tenido un día de paz desde que ella puso sus grilletes en él, desde entonces Karim no tenía poder sobre si mismo, su cuerpo se movía a voluntad de lo que la diosa ordenara a través del oráculo, su cabeza pensaba una cosa pero sus acciones y palabras eran lo contrario, cómo una marioneta, así era Karim.

Pero todo ésto termino cuando vió a Artemis por primera vez, sintió liberación, y cuánto mas tiempo paso con ella más libre se sintió hasta el punto de que cuando pusieron pies en tierras gobernadas exclusivamente por la voluntad de la diosa, Karim al contrario de lo que pensaba de que nuevamente los grilletes se harían sentir, sintió que aquellos grilletes desaparecían.

Ahora Karim podía realizar verdaderamente su voluntad, pero no planeaba demostrar esto, no aún, ya que el principal enemigo que debía combatir era aquellos que creían que sujetaba su correa, estos eran el templo de la diosa Áine, liderado por él papa Galatar su hermano mayor.

Karim estaba segura de que algo grave había ocurrido en el templo ya que no se habían comunicado con él, tampoco estába seguro de si ellos sabían sobre la ruptura de los grilletes y por eso Karim debía preparase, tal vez más pronto de lo que alguien pudiera imaginar habría una nueva guerra, pero está vez iniciada por su voluntad.

Karim no sabía si era por esa sensación de liberación, por la belleza de la joven, por el misterio que la rodeaba, por el miedo incluso que él sentía cuándo la veía a ojos, no sabía nada en realidad, lo único que sabía era que ella era como un himan para él, simplemente se sentía atraído por ella.

El no poder tener una mínima relación donde ambos se comunicaran al menos, estaba volviendo loco a Karim.

Que debía hacer para que ella se sintiera mejor o más comoda.

Pedir perdón, explicarle su situación? no creía que eso fuera a solucionar algo o que ella le creyera.

La última opción de Karim era esperar la llegada de Aster quién traería información sobre ella, tal vez esto le fuera de ayuda de algún modo.

Al día siguiente, cómo si Artemis ubiera escuchado algunos pensamientos específicos de Karim, ella decidió que era tiempo de hablar, concretamente para hacer un pedido. Cuando Acasia estaba dando su ya rutinario informe a Karim había algo nuevo por anunciar.

- Está vez Majestad, la Señorita... pido algo.

- Si ? y se lo as dado que era?

- No pude yo cumplir de inmediato con la solicitud de la Señorita ya que esto necesita de su aprobación Majestad.

- Dime que es Acasia?

- La Señorita indicó explícitamente, ( quiero salir afuera, quiero al menos estar en ese jardín)

Karim pensó que al ser la primera vez que ella pedía algo se sentiría feliz de cumplir con su pedido, pero no era exactamente lo que estaba sintiendo.

Que ella esté afuera, muchas personas podían verla y seguramente sus miradas serían de todo tipo e incimodarian a la princesa. Pero al mismo tiempo Karim no quería ni imaginar el tipo de expresión que podría poner la joven si él le negaba su pedido.

Después de tener un largo debate con sigo mismo Karim dió su respuesta a Acasia.

- Prepara todo para que mañana pueda salir, pero solo al jardín dorado.. qué sea en el horario que ella desee, yo me encargaré de la seguridad.

- por supuesto Majestad, ahora me retiro.

Esa noche cómo era habitual ya, Karim entro al dormitorio donde descansaba Artemis. Esa noche se acercó mucho más hacía ella que las demás, tanto que sin darse cuenta el estába acariciando el suave cabello de la princesa.

Karim movió un mechón de cabello que le cubría la cara hacia detrás de sus orejas, dejando al descubierto las largas pestañas color plata que al igual que su cabello parecía brillar más por la luz de la luna que se reflejaba en ellos.

- Tú quieres salir, que es lo que pasa por esa cabeza? no me lo vas a decir? No planeas escapar de mi, verdad? Haré lo que pidas siempre que estés cerca de mi...

Los susurros de Karim eran apenas perceptibles en la habitación y nadie más que el los escucho ya que Artemis se encontraba en un profundo sueño.