La Huida- Un Alfa Rechazado

Capítulo 14

Oliver

Me quedé pensando en lo que me dijo Rocío, con el papel donde Aurora había anotado su número de teléfono en mis manos. ¡Quizás, así como dice Lucas, si es necesario tener una pareja a mi lado para poder guiar mi manda…

uf! mejor dejo de pensar en idioteces y le envió un mensaje con la hora que debe estar aquí mañana.

Mensaje

-Oliver: Buenas noches, Aurora, soy Oliver, este es mi número.

-Aurora: Buenas noches, Ok, lo guardé… Mañana comienzo con mi jornada laboral. Quería saber si ¿puedo pasar a tu oficina antes de que comiencen a llegar los niños?

-Oliver: sí, de hecho, solo te hablaba para decirte lo mismo, entonces nos vemos mañana, ¡adiós!

-Aurora: Hasta mañana “señor Oliver”.

-Oliver: ¿Me acabas de decir Señor Oliver?, eso me hace sentir demasiado viejo

-Aurora: Desde mañana, es mi jefe, tengo que ser formal.

-Oliver: Hasta mañana Señorita Aurora.

Me quedé con el teléfono en la mano esperando que dijera algo más, vi como decía “escribiendo”, pero al parecer se retractó y no dijo nada más. Dejé el aparato en el velador, y me fui al baño, necesitaba darme una ducha, mientras me bañaba, Kantz se encargó de recordarme el cuerpo semidesnudo de Aurora.

-Oliver: Kantz deja de traer ese recuerdo a mi mente, voy a terminar taladrando el muro de la ducha

-Kantz: quiero que la recuerdes, no te olvides de su cuerpo, el de Loreto es insípido y aburrido, y grita como mula, a puesto mis colmillos que Aurora debe ronronear como gatito.

Ya no pude aguantar tremenda erección, recordar el cuerpo de Aurora me ponía como un toro y si a eso le sumábamos imaginar cómo debe gemir, uf, estaba a punto de estallar, así que agarre mi pene y lo estreche lo más que pude, con la imagen desnuda de Aurora, no pasó mucho tiempo cuando ya había explotado en mis manos.

¡Diosa!, me estoy comportando como un chiquillo de 15 años. Terminé de bañarme, me puse mi pijama y me fui a la cama, mañana debo levantarme temprano para atender a mi…. Mmm, a Aurora.

Me encuentro organizando algunos documentos que tenemos que revisar con Leandro, cuando golpean la puerta, desde aquí, puedo oler a mi gordita rica. Dejo su contrato en el escritorio y me dispongo a abrir.

—Hola buenos días Sr. Oliver, dice ella entrando a la oficina—

—Buenos días, Aurora, por favor, pasa y siéntate, encima dejé tu contrato, necesito que verifiques que todos tus datos estén correctos—

Se acerca a mi escritorio, se sienta y toma entre sus manos el documento, solamente con tenerla aquí Kantz está vuelto loco, gruñe, saliva, y da vueltas sin parar

-Kantz: ACERCATE, necesito tenerla cerca ~gruñe~

-Oliver: ya basta, aquí estoy bien.

Hasta este punto, siento que la estoy acechando, no me doy cuenta cuando Kantz me lleva hasta donde está ella sentada, y desde su espalda, acerco mi nariz a su cuello

—Diosa!, huele de mil maravillas, pienso—

—¿Qué estás haciendo? Pregunta en un susurro, podría decir que más que un susurro es un jadeo—

—Hueles exquisito, paso mi lengua por el mismo sitio, ahí entre su cuello y el hombro. Me siento empalmado a asta completa, mi pantalón aprieta con fuerza mi miembro, siento que voy a derramarme antes de hacer cualquier otra cosa con ella.

Aurora se pone de pie, y trata de alejarse de mí, pero soy mucho más rápido, la tomo de la cintura y la acerco lo más posible a mi cuerpo, mientras nos dirijo al escritorio, ella respira rápido, no está asustada, vuelvo a poner mi nariz en su cuello, aspiro fuerte su olor, quiero que esté en mi todo el día.

—AH!, da un gritito, su respiración está cada vez más agitada, Señor Oliver, no debería estar haciendo esto, ¡AH! Jadea a causa de un mordisco.

—Dame una razón para detenerme Aurora, de lo contrario no voy a dejarte salir de aquí—

—AH!, ¡su hermana… HA!... me está esperando en la entrada, ¡AH! —

—Aurora, no te voy a dejar salir de aquí, lo siento— La jiro y me sitúo detrás de ella, le hago sentir mi gran erección en su trasero, mientras beso y muerdo su cuello, con mis manos comienzo a desabrochar su pantalón, ella no para de jadear, su respiración es cada vez más acelerada.

Cuando logro desabrochar su pantalón, comienzo a bajarlos, su calzón está empapado, puedo oler lo excitada que se encuentra. La inclino sobre el escritorio, con una de mis manos agarro mi miembro y comienzo a masajear su entrada.

—Voy a entrar—

—AH!, si, contesta—

tin, tin, tin, tin… suena el despertador sacándome de mi sueño húmedo.

¡Que mierda? Gruñí enojado, muy enojado ¿ESTABA SOÑANDO?! Grité, que mierda Kantz, eres un idiota

-Kantz: Jajaja, lo siento pendejo, es hora de levantarse, oye espera, ya estás levantado y casi llegando al techo.

Se burló de mí el maldito lobo, mire mi hombría, el imbécil tenía razón, ya me dolían las bolas, así que no me quedó más que levantarme y hacerme otra paja en el baño, me lavé y me vestí rápidamente, no podía borrar ese sueño de mi cabeza, aunque me haya corrido, aun sentía ganas, aun me sentía excitado.

Gggrrr!, di un gruñido antes de salir de mi dormitorio y dirigirme a la cocina a tomar desayuno. Llegué a la cocina donde estaba la señora Silvia, sirviendo el desayuno para mi y para ella, siempre tomábamos desayuno juntos, era muy agradable.

—Mi niño hay algo que necesite ahora en la mañana? Pregunta ella—

—Mmm…No Silvita, hoy tengo mucho trabajo, solamente necesito que cuando llegue Aurora la hagas pasar a la oficina, viene a firmar su contrato de trabajo, solo falta ella, las demás chicas hicieron ese trámite con Lucas.

—ok, yo la hago pasar… mmm…

—¿Pasa algo Silvita?, le pregunto porque tiene una expresión de duda—

— no, mi niño, o sea, si, quería decirte algo y espero que no te molestes. Le gustas a esa chiquilla, no seas pesado o desagradable con ella, la pobre lo ha pasado mal.

—¿Silvita a que te refieres con que le gusto? —¿a quién le gusto?, necesitaba asegurarme de que estaba hablando de Aurora.

— a Aurora mi niño, y la otra muchachita aun que es muy hermosa no es para ti, no tiene lo que tu necesitas ~me palmea un hombro y sale de la cocina dejándome solo y pensativo~

Miré la hora, ya Aurora debe venir en camino, me levanté de la mesa y dejé las cosas que use limpias y me dispuse a ir a mi oficina, cuando llegué me senté en mi silla frente al escritorio y comencé a divagar, recordando el sueño que tuve con la humanita

****Kantz****