Lionette es una de las Ángeles favoritas del creador pero un día es castigada por ser bastante curiosa e entrometida mandándola al mundo humano y reencarnando como Giselle Ladezma hija menor del duque Ladezma pero lo que lionette no sabe es que Giselle había sido una villana despiadada que había atormentado a su hermanastra mayor hasta que un día fue descubierta y ejecutada.
Lionette intentará cambiar su destino pero su curiosidad la llevará a tener una aventura que jamás olvidará.
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Capítulo 14
Después de que terminara el baile Giselle quiso separarse de Matthias pero de un rápido movimiento la jalo hacia él llevándola al jardín trasero de la mansión que se encontraba solo.
_ Su alteza -dijo Giselle observando el jardín que era cubierto por la tenue luz de la luna- no deberíamos estar solos o podría malinterpretarse
_ Dudo que nos presten atención, están bastante ocupados con el compromiso de Russell y aparte la señorita Beatriz es bastante popular.
Giselle se quedó en silencio luego de sentarse en una banda junto a Matthias, sin saber qué hacer en ese momento. (¿Debería fingir que me dio hambre e irme? ¿O debería irme sin decir nada? ¿Si le decimos no a la discriminación, entonces, estamos discriminando a la discriminación?) pensó ella frunciendo los labios pero Matthias a su lado la miraba como si fuera un bicho.
_ En lugar de que estés pensando tonterías deberías responder la pregunta que te hice en el baile -dijo Matthias mirando a Giselle- oh es que debo repetirlo?
_ Eh, no sé de qué está hablando su majestad -dijo Giselle desviando la mirada- ¿Seguro que no fue su imaginación?
_ Giselle Ladezma, ¿estás diciendo que lo que escucho son mentiras?
_ No, pero a usted no le parece arriesgado revelarme que puede escuchar y chismear en la mente de los demás?
_ No lo habría hecho si no me hubieses llamado arrastrado.
_ Yo no sabía sobre su don tan extraño.
_ Dejemos eso de lado, lo que me interesa es sobre lo que estabas pensando, hablabas del futuro como si supieras que algo va a pasar con exactitud.
Giselle se quedó en silencio, sabía que ya no podía ocultarlo menos de una persona como él, pero no sabía si confiar en él o no, lo que más le preocupaba era que aquella persona pudiera malinterpretar las cosas y hacer todo lo contrario a lo deseado.
(Dios mío) pensó ella mientras que Matthias la miraba
_ En realidad... hace poco comencé a tener sueño extraño -murmuro Giselle jugando con la falda de su vestido- Sueños donde mostraban el futuro y en ellos estaba su alteza y el joven Calisto.
Mathias parecía escuchar con atención mientras Giselle le contaba como en esos sueños Beatriz había jugado un papel fundamental, donde todos la amaban, donde Giselle había hecho cosas bastante malas por celos y envidia.
Después de escuchar una parte de la confesión de Giselle Matthias no pudo evitar reírse en voz alta.
_¿Yo enamorarme de esa mujer? Jamás, creo que tus sueños predictores fallaron en eso, apenas y la conozco -dijo Matthias sonriendo-
_ Si no me cree es su problema.
_ Te creo, porque, al igual que tú, nací con un don que no deseo.
Giselle apretó sus nudillos con fuerza, había mentido deliberadamente para mantener su secreto a salvo, Matthias era un humano y no debía enterarse de su verdadera identidad.
_ Comprendo, me alegra que su alteza me crea.
(Aunque, debo admitir que no es un idiota como en el futuro) pensó ella pero en ese momento Matthias le dio un pequeño golpe en la cabeza sorprendiendo a Giselle
_¡Ah!, ¿porque? ¡No somos tan cercanos! -Refunfuño Giselle mientras dejaba escapar una risa
_ No lo somos pero te tomas la libertad de insultarme deliberadamente -Río matthias-
Giselle desde que había llegado se sentía como en una cuerda floja todo el tiempo, sabía que su futuro dependía de sus acciones, siempre rezaba con la esperanza de que al menos de su padre le llamará a través de oraciones pero nunca sucedió, incluso llegó a pensar si de casualidad aquel hombre la había abandonado, solo sabía que debía cumplir con su castigo para poder regresar.
Pero algo dentro de ella la hacía sentirse cómoda hablando con aquel chico.
_Deberia irme -dijo Giselle levantándose de la banca para luego sacudir su vestido - fue un gusto conocer a su alteza imperial.
_ Matthias.
_¿Eh?
_ Llamame Matthias.
Cuando Giselle regreso al Salón delante de ella en medio de la hermosa pista bajo la música que los rodeaba, estaba Russell bailando con Beatriz, la diferencia de estatura se notaba ligeramente, la edad también, pero todos estaban centrados en los rumores.
"Se ven bastante bien"
..."Aunque es una hija adoptada supera a la legítima"...
"Giselle Ladezma nunca estaría a la altura de Russell Calisto"
Giselle se quedó de pie atrás de la multitud fingiendo que no escuchaba aquellos rumores maliciosos pero al alzar la mirada hacia la pareja en medio de la pista de baile sus ojos se encontraron con los de Russell, el chico parecía ocultar su tristeza pero no era muy bueno en ello
Russell solo tenía 16 años y Beatriz 18, lamentablemente era la realidad de los matrimonios arreglados.
Giselle con una sonrisa le hizo señas de que todo estaría bien y que debía sonreír pero lo que ella no sabía era que intentar consolar al chico delante de ella le traería consecuencias en el futuro