Rebeca Giordano es una joven de familia adinerada completamente enamorada de Leonardo Ferrari quien siente odio y aversión por ella. Está enamorado de la joven Fiorella Moretti y hace todo lo que la mujer quiere sin saber quién es realmente. En su vida pasada, Rebeca hizo todo por Leonardo, todos en su círculo social sabían lo mucho que lo adoraba y hacía todo por él mientras que a él ni siquiera le importaba ella. Se casarían por voluntad de su abuela y por negocios comunes. En su vida anterior, él la descuidó y terminó muriendo. Sin embargo, en esta nueva vida, ella renace y hace todo diferente, incluso poner a su ex en su lugar, sorprendiendo a todos, incluido Leonardo.
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Capítulo 14
Rebeca narrando...
Hoy es lunes y el día del cumpleaños de Lorenzo; si él estuviera aquí, sería un día de fiesta para nuestra familia. Decido llevar flores a su lápida.
Deposito las flores y rezo una oración en el panteón de mi familia.
Rebeca: —Lorenzo, te extraño tanto, hermanito mío, ah, si estuvieras aquí.
Mauricio Santoro
Cerca de allí, Mauricio Santoro depositaba flores en la tumba de su difunta esposa.
Mauricio: —Descansa en paz, Ava.
Mauricio va caminando hacia la salida cuando se encuentra con Rebeca llorando frente a la tumba de su familia; él queda encantado con la belleza de la joven, la observa y se acerca más a ella.
Se para al lado de Rebeca y le extiende un pañuelo.
Rebeca, que estaba distraída, se asusta.
Rebeca: —Muchas gracias, señor.
Ella toma el pañuelo.
Mauricio: —Discúlpeme por ser invasivo, sé que somos extraños, es que la señorita estaba llorando tanto que decidí acercarme, lamento mucho su pérdida.
Rebeca: —Gracias.
Ella se seca las lágrimas y devuelve el pañuelo.
Mauricio: —Quédeselo, ¿su esposo?
Rebeca: —Gracias, mi hermano, hoy sería su cumpleaños.
Mauricio: —Lo lamento mucho, de verdad.
Rebeca: —¿Y usted?
Mauricio: —Mi esposa, en aquella lápida de allí, a su derecha.
Rebeca: —Lo siento mucho, ¿fue hace mucho tiempo?
Mauricio: —Un año.
Rebeca: —Lo siento mucho.
Mauricio: —Gracias.
Rebeca: —Tengo que irme, gracias, señor...?
Mauricio: —Mauricio Santoro.
Rebeca: —Rebeca Giordano.
Ambos se dan la mano.
Mauricio: —La acompaño hasta su coche.
Rebeca: —Gracias.
Momentos después, llegan al coche de Rebeca.
Mauricio: —Bueno, entregada, ¿está segura de que estará bien?
Rebeca: —Sí, gracias por la amabilidad.
Mauricio: —De nada.
Momentos después, ya en la empresa.
Rebeca cuenta el encuentro con Mauricio Santoro.
Rebeca: —¿Qué estás haciendo?
Giovanni: —Investigando en el móvil sobre la vida del tipo.
Rebeca: —¿Giovanni?
Giovanni: —Pues, dijiste que era guapo, así que quiero saber si al menos es bi.
Rebeca sonríe.
Rebeca: —Giovanni, solo tú para hacerme reír.
Giovanni: —Rebeca, tu familia descansa en paz, entiendo que es triste, pero no estás sola, estoy aquí y prometo que esta vez no me iré, ¡voy a pegarme a ti como una garrapata!
Rebeca se ríe a carcajadas.
Rebeca: —Te quiero, cariño.
Giovanni: —Yo también te quiero, ¡caramba, el tipo es un bombón! Hace ejercicio en el gimnasio, es rico.
Rebeca: —¿Dónde estás encontrando todo eso?
Giovanni: —En Instagram, claro, es dueño de una empresa, espera, déjame ver... Inversiones estratégicas y tecnología sostenible, al menos eso es lo que pone aquí, el tipo está podrido de rico y es viudo. La esposa murió hace un año de una infección generalizada.
Rebeca: —¿Y qué?
Giovanni: —Este podría ser un buen candidato para ti.
Rebeca: —Olvídalo, Giovanni, seguro que no volveré a verlo nunca más, además, tengo otras prioridades, los romances no están previstos.
Giovanni: —¿Todavía amas a Leonardo?
Rebeca: —¿Cómo hago para arrancarme este sentimiento?
Giovanni: —El tiempo lo cura todo, mi madre siempre dice eso, lo superarás.
Rebeca: —Eso espero, ahora vamos a trabajar, tenemos reunión del consejo en un rato.
Mientras tanto, en la empresa de Mauricio...
Teresa: —¿Giordano? Sí, es hija de Emanuel Giordano, él murió hace algunos años de cáncer e incluso acaba de darle calabazas a Leonardo Ferrari.
Mauricio: —¿Quieres decir que le dio calabazas a un Ferrari?
Teresa: —Sí, querido amigo, acabas de volver de viaje y no estás al tanto de la historia, te voy a mostrar el video.
Teresa Brandão (amiga y socia de Mauricio)
Mauricio ve la filmación.
Mauricio: —¿El gran Leonardo recibiendo calabazas así?
Teresa: —Dicen que ella estaba colada por él, solo que se cansó de que el tipo siempre corriera detrás de su único amor. Pero, ¿por qué estás tan curioso por saber de esa chica?
Mauricio: —Me pareció muy bonita.
Teresa: —¡Ay, ay, uy, uy! Después de la muerte de Ava, nunca te había visto tan interesado en alguien que acabas de conocer.
Mauricio: —Es que ella me llamó la atención, solo eso.
Teresa: —Mmm, ya veo.
Mientras tanto, en la empresa de la familia de Leonardo...
Leonardo: —¿Qué pasa, Pedro?, ella me humilló públicamente, no podemos seguir teniendo negocios con ella.
Pedro: —¿Sabes quién tendría que pagar una multa millonaria si rompemos este contrato? Nosotros, y a mí no me gusta perder dinero. Leonardo, estás siendo muy infantil.
Leonardo: —¡Y tú eres el que está intentando robármelo todo! ¡La empresa e incluso mi casa!
Pedro: —Primero, la casa es de nuestra familia, no tuya. Segundo, yo me gané mi lugar por mérito mientras tú vivías por ahí acostándote con todas las mujeres de la faz de la tierra, involucrándote en escándalos y después corriendo como un perro sin dueño detrás de Fiorella; yo estaba trabajando. Así que no me vengas con esas. La abuela me ofreció la casa, ya que tú te vas a vivir con Fiorella, ¿no? En cuanto al negocio con los Giordano, va a seguir igual. ¿Cuándo vas a aprender a separar la vida profesional de la personal? Y por último, ¡a ver si maduras, Leonardo! ¡Ahora ve a trabajar y deja de hacer berrinches!
Leonardo sale furioso y ni siquiera saluda a Marcela, que pasa a su lado.
Marcela: —¿Qué le pasó?
Pedro: —Mi primo a veces es muy infantil.
Marcela: —Debe estar enojado porque tú obtuviste el puesto que tanto quería.
Pedro: —Tengo tanto derecho como él a estar aquí. Si a él no le gusta, es su problema. Ahora ven aquí y dame un beso.
Marcela: —Siempre.
Mientras tanto, en la empresa de Rebeca.
El consejo de la empresa estaba reunido.
Rebeca: —Señores, no estoy aquí para pedir permiso a nadie para asumir el cargo. Les estoy avisando que ahora yo soy la presidenta y Giovanni asume la vicepresidencia.
Alberto: —Señorita Giordano… entienda, este es un momento delicado. La salida de Brandon desestabilizó sectores enteros. El mercado está inseguro… y convengamos, con todo respeto, la gestión de una empresa de esta envergadura exige experiencia… y firmeza.
Luciano: —Quizás sea prudente… mantener a alguien más… adecuado al perfil de la empresa en el mando interino. Hasta que se normalice.
Giovanni: —No hay nada que normalizar. Rebeca es la dueña de la empresa y no hay nada que puedan hacer al respecto. Ella está tan preparada como todos ustedes para asumir este cargo.
Alberto: —Rebeca está realizando una auditoría, la gente está preocupada y los clientes inseguros.
Rebeca: —¿Y qué quiere que haga? Nadie aquí me dice qué estuvo haciendo el idiota de Brandon. Están queriendo sabotearme, pero les aviso que no lo conseguirán. Soy tan o más capacitada que Brandon, y si descubro irregularidades, quien esté involucrado caerá junto con él. Así que si alguien aquí tiene algo que decir, que lo diga ahora o calle para siempre.
Todos guardan silencio.
Rebeca: —¡Perfecto! Entonces, prosigamos con la reunión.
