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Traición Y Redención

Traición Y Redención

Status: Terminada
Genre:Completas / Autosuperación / Malentendidos / Elección equivocada / Traiciones y engaños
Popularitas:6.5k
Nilai: 5
nombre de autor: Giise Flor

Martina, una joven de 18 años, cree haber encontrado el amor en Sebastián, un hombre cinco años mayor que la deslumbra con su encanto en un concierto de rock. Sin embargo, lo que comienza como un romance apasionado pronto se convierte en una pesadilla. Sebastián resulta ser un manipulador y maltratador que, además de humillarla, la traiciona con su mejor amiga, Nora.

Devastada pero con el apoyo incondicional de su familia, Martina emprende un camino de autodescubrimiento y empoderamiento. Mientras Sebastián y Nora se sumergen en una relación tóxica llena de engaños, Martina renace, aprende a amarse y se reconstruye desde las cenizas. Su mayor venganza no será la ira ni el rencor, sino su felicidad y éxito personal.

Cuando la verdad finalmente sale a la luz y Nora queda embarazada de otro hombre, Sebastián recibe su merecido, quedándose solo y derrotado. Martina, en cambio, encuentra un amor verdadero y aprende que la única validación que necesita es la suya.

NovelToon tiene autorización de Giise Flor para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPÍTULO XIV

Martina despertó con la determinación firme de enfrentar a Sebastián. Durante toda la noche había repasado mentalmente cómo se desarrollaría la conversación, aunque sabía que nada podía prepararla realmente para lo que venía. No se trataba solo de una infidelidad, sino de una traición doble, la de su novio y su mejor amiga. Pero no iba a permitir que la tristeza la consumiera. Esta vez, ella tenía el control.

Después de una ducha larga y una taza de café bien cargado, tomó su teléfono y revisó los mensajes. Sebastián le había respondido con un simple: "Ok, nos vemos más tarde". Sin emoticones, sin palabras cariñosas. Su frialdad era evidente ahora que Martina estaba viendo la realidad sin los lentes del amor.

Cuando llegó la tarde, Martina se arregló con esmero, no porque quisiera impresionarlo, sino porque quería verse fuerte, segura, indestructible. Se miró al espejo y se repitió a sí misma: "No llores, no te dejes manipular". Sabía que Sebastián era un maestro en darle la vuelta a las situaciones, en hacerla sentir culpable por problemas que él mismo creaba.

El punto de encuentro era un café cerca de la facultad, un sitio donde solían verse cuando comenzaron a salir. Irónicamente, ese mismo lugar se convertiría en el escenario del fin de su relación.

Sebastián llegó unos minutos tarde, como siempre. Llevaba puesta una chaqueta de cuero y unas gafas de sol que ocultaban su expresión. Se quitó las gafas lentamente y la miró con una media sonrisa, como si no pasara nada.

—Hola, princesa —saludó, inclinándose para besarla en la mejilla.

Martina apartó el rostro con sutileza y tomó asiento sin decir una palabra. Sebastián frunció el ceño ante el rechazo, pero se sentó frente a ella con su actitud confiada de siempre.

—¿De qué querías hablar? —preguntó mientras hojeaba el menú, como si la conversación no tuviera importancia.

Martina entrelazó sus dedos sobre la mesa y lo observó con una mezcla de rabia y decepción.

—De Nora —dijo sin rodeos.

El menú en las manos de Sebastián tembló apenas un segundo antes de que él recuperara su compostura. Levantó la mirada y forzó una sonrisa.

—¿Qué pasa con ella?

Martina sintió cómo la rabia se acumulaba en su pecho. ¿Realmente iba a hacerse el desentendido? No se lo iba a permitir.

—No finjas, Sebastián. Sé la verdad. Sé que me engañas con ella —soltó sin rodeos.

El rostro de Sebastián se endureció por un instante, pero luego sonrió con superioridad.

—¿Y quién te metió esa idea en la cabeza? —preguntó con un tono burlón.

Martina se inclinó ligeramente hacia adelante, con los ojos llenos de furia contenida.

—¿Te crees muy listo, no? Que puedes hacerme dudar, que puedes manipularme como siempre lo hiciste. Pero ya no, Sebastián. Vi cómo salías de su casa. Vi los mensajes. Nora me lo confirmó sin darse cuenta. ¿Vas a seguir mintiéndome en la cara? —su voz temblaba, pero no de tristeza, sino de indignación.

Sebastián se quedó en silencio por unos segundos. Luego suspiró y se encogió de hombros.

—Bueno, ¿y qué? No es tan grave —dijo con desdén, como si todo el sufrimiento de Martina no tuviera importancia.

Martina sintió como si le hubieran dado una bofetada. No era solo la infidelidad, sino la falta de remordimiento, la indiferencia total con la que él trataba el tema. Lo peor de todo es que alguna vez lo había amado con todo su corazón.

—Eres un desgraciado —susurró con los ojos llenos de furia.

Sebastián rió con burla.

—Vamos, Martina. ¿Qué esperabas? ¿Que me casara contigo? Eres linda, sí, pero demasiado intensa. Nora, en cambio, sabe divertirse —dijo con crueldad.

Esas palabras fueron la gota que colmó el vaso. Martina sintió una oleada de rabia pura recorrer su cuerpo, pero en lugar de gritar o llorar, simplemente se puso de pie. Lo miró fijamente, con una mirada que no necesitaba palabras para expresar su desprecio.

—Gracias, Sebastián. Gracias por mostrarme que nunca fuiste el hombre que pensé que eras. Me hiciste un favor —dijo con voz firme.

Sebastián la miró sorprendido. Seguramente esperaba lágrimas, súplicas, un escándalo. Pero Martina no le daría ese placer. Se giró y caminó hacia la salida con la cabeza en alto, sintiendo por primera vez en mucho tiempo que recuperaba su poder.

Cuando salió del café, respiró hondo y sintió una extraña sensación de alivio. La relación que tanto le había hecho sufrir había llegado a su fin, y aunque doliera, también era el inicio de algo nuevo.

Antes de irse a casa, caminó sin rumbo por la ciudad, permitiéndose procesar todo lo que había pasado. La traición de Sebastián dolía, pero lo que más le dolía era la traición de Nora. Se preguntó cuántas veces su "amiga" la había mirado a los ojos mientras escondía su relación con su novio. Cuántas veces se había reído a sus espaldas.

Pero algo en su interior le decía que ya no importaba. Había tomado la mejor decisión al alejarse de ellos.

Cuando llegó a su casa, su madre la recibió con una mirada preocupada.

—Hija, ¿qué pasó? Te ves diferente —preguntó, analizando su rostro.

Martina sonrió, una sonrisa sincera y liberadora.

—Pasó que por fin abrí los ojos, mamá —respondió con seguridad.

Esa noche, por primera vez en mucho tiempo, Martina durmió en paz. Se prometió a sí misma que jamás volvería a permitir que alguien la hiciera sentir menos de lo que valía. Su camino hacia la felicidad y el empoderamiento apenas comenzaba.

A la mañana siguiente, decidió darse un respiro. Se levantó temprano, salió a correr y sintió el aire fresco llenar sus pulmones. Cada zancada era un recordatorio de que era libre. No tenía que esperar mensajes de Sebastián, no tenía que justificar sus actitudes. Era solo ella, con su vida por delante, y por primera vez, sentía que el futuro le pertenecía por completo.

1
rosa guerrero
Excelente
Rita Salazar
que te pasa? todas escritores y escritores en todas estas novelas. vuelven a las protagonistas unas perras en celo. Hambrientas a macho. y todas con la misma temática. dame más, dame duro.
Florcita: y bueno, entonces tendrás que leer novelas fuera de éste tipo de plataformas. todas las novelas son similares,si quieren leer otra cosa ... éste no sería el lugar
total 1 replies
Carmen Mena
Felicitaciones una historia con una mirada distinta, terapeutica..es tan fácil guiarse por el rencor, pero eso significa quedarte pegada en el pasado..lo que hizo Martina fue ir superandose de a poco, y abrazar ese dolor, fortalecerse de él.
Gracias autora por escribir, compartir esta historia
Carmen Mena
gracias autora por el capítulo
Carmen Mena
Excelente
Carmen Mena
Felicitaciones Martina, lograste salir de una relación tóxica y alejarte de personas envidiosas y falsas
Carmen Mena
Tal para cual, ambos tóxicos
juana luisa contreras de chirinos
Excelente
Andrea Pupo
no soy partidaria de los abortos pero el futuro de esa criatura con esa madre dios era preferible que se lo quitara
Emperatriz Reales
El cazador resultó cazado, q bueno por infiel
Eret Lopez
Martina NUNCA CONFÍES EN LA GENTE ENVIDIOSA y NARCISISTA
Eret Lopez
CON ESA GENTE NO OCUPAS ENEMIGOS
Emperatriz Reales
Así es tienes q ser astuta, y alejarte , ese tipo no te merece y esa mal amiga menos , piérdase de ese par de malvados
Emperatriz Reales
A quien se le ocurre acostarse en el primer día, de pasapalo llevarlo a su casa
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