Reynaldo Marrugo, un hombre de 28 años con una dura infancia por parte de su padre; estaba en su oficina recordando todo por lo que ha pasado.
Se acordó que a sus 14 años su padre lo puso a ver películas para adultos, la razón fue porque pasaba con un amigo todo el tiempo, su amigo se quedaba a dormir en su casa, en su cuarto y en la misma cama, la madre no le veia problema a eso, pero su padre si, el era Emiro Marrugo.
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SEÑAL DEL DESTINO
Ella sacaba lo tenia guardado en su mente y corazón con lágrimas, no quería que Reynaldo despertar y la viera en ese estado, no queria que pensará que se había arrepentido de lo que acaba de pasar, porque lo contrario, se sentia muy bien con él y también estaba aprendiendo mucho de él sobre los negocios y otras cosas. Kenia quería que todo eso no la hiciera sentir triste, pero así es y solo es porque no pudo evitar enamorarse de él aunque sea ingenuamente.
Ella sabía que la relación era solamente sexual, pero también sabía que si el se diera cuenta que sentía algo por él, ya no podría seguir con el, pero tampoco queria que le destrozara su corazón, ella se propuso encontrar la manera de que las cosas funcionaran y primero tenia que volver a la cama para dormir bien, relajarse para mantener su mente fresca y disfrutar de verdad al lado del hombre que la tenía envuelta en un lío, pero antes de volver debía tener un estado de ánimo positivo para poder saborear cada segundo con él.
Ella tenía que decidir cómo afrontar todo lo que pasaba, aunque realmente no sabía como hacerlo, no sabía cómo buscar respuestas, no sabía por dónde empezar para proteger su alborotado corazón enamorado, que acogió a alguien casi imposible para hacerlo sufrir, ella mientras estaba sentada sola en el suelo del baño sentía que no tenia esperanza, sentía que Reynaldo solo sentía por ella agradecimiento por ayudarlo, por eso la ayudó junto a su madre, por agradecimiento.
En el valcon Reynaldo también se volvía loco con sus pensamientos y todo lo que sentía, el volvió a la cama y después llegó ella; el la abrazó pero ninguno de los dos pudo dormir, pasaron el fin de semana juntos, pero ambos sentían tensión, aunque intentaron no demostrarla.
Paso un mes y kenia seguía en las misma con Reynaldo, mientras tenían s*xo se demostraban su amor y cada uno lo sentia, pero cuando terminaban volvia la tensión entre ellos; una mañana él se fue temprano a la empresa, Kenia decidio no ir, ya no quería continuar y decidió convencer a su madre para salir de la casa, yo no estaba dispuesta a seguir con lo mismo.
Reynaldo se dio cuenta que kenia no llegó a trabajar, enseguida pensó que algo no iba bien y lo presintió; entendió que la razón por la que no fue a trabajar era él, sabía que ella se estaba alejándo, la recepcionista que atiende todas las llamadas por la mañana le dijo que kenia habia llamado diciendo que se encontraba mal, pero el sabía que no era verdad.
Ella lleva trabajando con el algo más de cuatro meses y en ese tiempo habian pasado muchas cosas, habian estado tan profundamente involucrados el uno en el otro durante todo este tiempo, con el deseo y los sentimientos creciendo entre ellos a cada segundo que pasaba, el había sido consciente de su inquietud. Era algo intenso, abrumador, a veces hasta el punto de que cada uno de se apartaba un poco del otro por miedo a implicarse demasiado y hacerse daño.
En cualquier caso, nunca dejaron de sentir algo fuerte el uno por el otro y no hubo ni un solo momento en que el temiera perderla, al menos hasta ese momento; el sentía miedo, pero se obligo acalmarse y a acallarmsus pensamientos sombríos y se dijo en voz baja.
REYNALDO: Tengo que dejar de preocuparme, todo irá bien, todo saldrá bien.
Sin embargo, siguió sintiéndose ansioso, pensó en Kenia con otro hombre, con un nuevo trabajo, alejándose de él para siempre, poniendo fin a la extraña relación, Reynaldo por un momento pensó que quizás todo era una señal del destino para que se tomara más en serio lo que estaba pasando en su vida, debería enamorarse por completo de esa mujer, la única que ha estado en su vida, la que lo habia ayudado a superar sus dudas y encontrar su camino, la única mujer que le estaba consumiendo él alma.
Él miró los documentos en su escritorio y decidió centrarse en los negocios, era su prioridad, o al menos lo era hasta que llegó kenia a su vida, pero no pudo concentrarse, no podía concentrarmse en otra cosa que fuera kenia; estaba obsesionado con ella y no podia dejar de pensar en ella; tanto de día como de noche.
Pero Reynaldo pensó que si realmente ha terminado, el tendra que convencerla para que se lo diga de frente, tenía que oírlo de su boca para poder cerrar el asunto y seguir adelante, aunque no aceptaria la situación fácilmente, porque ella era la unica en su corazón
A él le gustaría dedicarse por completo a su trabajo, pero no conseguia hacer nada, su mente no deja de gritarle que haga caso a sus instintos y no podia ignorarlo.
¿Cuántas veces la gente desearía haber seguido a sus instintos? ¿Cuántos sentimientos negativos acaban estando relacionados con algo real?
Reynaldo se pone de pie y deja de lado él trabajo porque en ese momento no era lo más importante para él, no cuando tenia todas esas preocupaciones recorriendo su mente y cuerpo; tenía que ir a su casa y averiguar qué estaba pasando, podía llamar a su madre porque estaba fuera de la ciudad.
Cuando llega a su casa respira un ambiente extraño, se da cuenta de que algo es diferente, lo que, por supuesto, agrava aún más su paranoia, todo su cuerpo está rígido, se le acercó una de las empleadas y él preguntó.
REYNALDO: ¿Sabes algo de kenia?
— Salió con la mamá, llevaban cada una un bolso grande y nos dijo que gracias por todo, fue como despidiendose.
Él enseguida entendió que a eso se debía él presentimiento que habia tenido todo él día. El le agradeció a su empleada y fue a la habitación que era de ella, allí encontró ropa de ella, solo llevó poca ropa.