La Esposa Del Duque

Eloíse

No sé que tanto le molesta de mí, pero se ha marchado como los mil demonios, así que me dedico a caminar por el jardín, veo que el sol está demasiado puesto, así que decido ir por mi sombrilla.

Me encaminó a mi dormitorio, por lo menos el duque ya no me saco nuevamente de mi alcoba, estoy perdida en mis pensamientos cuando me topó a... Mary.

La veo salir con el cabello alborotado de la alcoba del duque, la alcoba de él queda frente a la mía.

— ¿Se encuentra bien? Pregunto al verle un labio partido.

— ¡Hola Eloíse, estoy muy bien!

— ¿Pero qué le ha pasado en el labio?

— ¡Ah...es por los momentos intensos que tengo con el duque, tú me entiendes, en la intimidad uno saca a relucir sus fantasías!

¿Intimidad? No comprendo lo que me está diciendo, pero... Siento algo extraño.

— ¡Si claro, comprendo! Miento.

— No le digas nada a su esposa, oh si es que tiene una, que él dice no y en el pueblo dicen lo contrario, pero igual nunca la he visto.

Una punzada en mi pecho aparece, ¿Por qué ocultar a alguien?

— ¡Claro! Finjo no saber nada.

— ¡Bueno me voy, gusto de verte Eloíse!

Veo la puerta de la habitación del duque, punzadas de celos aparecen. ¿Qué estaban haciendo? ¿Qué es intimidad?

Me encierro en mi cuarto y camino de un lado a otro, así que sin más remedio me armo de valor, debo averiguar ¿qué significa intimidad?

Bajo las gradas y me dirijo a los cuartos de los sirvientes, he visto a Rosita muy amable conmigo, así que ella tiene que saber algo, es mayor que yo.

Toco su habitación, ella tiene que estar acá si no se encuentra en la cocina.

— ¡Duquesa! ¿Qué hace acá?

— ¡Necesito tu ayuda!

— ¿Qué sucede?

Respiro hondo.

— ¿Puedes responder una pregunta?

— ¡Claro! ¿Qué desea saber?

— ¿Qué significa intimidad?

Me ve sorprendida y confundida.

— Intimidad sobre...

— No sé, intimidad, cuando dos personas están en un mismo cuarto.

Claro que no le diré nada de lo que vi, solo deseo saber que significa lo que me dijo Mary, que es extraño, por qué salió con el cabello alborotado y un labio roto.

— Ohh, comprendo, la intimidad es algo que dos personas tienen, si se trata de estar solos... Le muestro, saca de su gaveta hojas, esto es lo que hacen dos personas en la intimidad.

Mi pecho sube y baja.

— ¿Esto que es?

— Esto se llama intimidad, cuando dos personas tienes relaciones sexuales, el hombre introduce su...su parte íntima en la parte íntima de la mujer, se unen en un acto de amor y de entrega.

Siento que el aire me hace falta.

— Yo...no sabía que era la intimidad.

— ¿Acaso no recibió su charla prematrimonial?

Recuerdo a Sofía y Sonia hablando de las clases y decían que la clase que más amaban era la de la prematrimonial, Karelin incluso hablaba en privado con ellas, pero yo... Yo nunca supe nada de esto, ni en mis libros se encuentra, bueno... Mis libros son cuentos de hadas.

— Mi institutriz enfermó y nunca llegó.

— Pero cuando uno se une en matrimonio consume el matrimonio en el acto sexual, esto se les habla a las damas que están por casarse, ya que es un tema delicado de tratar y nadie más que las damas a casarse pueden saberlo, el acto conyugal es un deber y entrega total.

Yo nunca imaginé que una pareja casada podía hacer estas cosas, solo dormían juntos y listo.

— ¿Solo los casados pueden tener intimidad?

— Claro que no, le contaré un poco de detalles, muchos hombres solteros y casados tienen concubinas, la mayoría vive en los reinos, pero muchas veces las mantienen fuera para que sea en secreto, existen dos tipos de mujeres, las concubinas y las rameras, aunque ahora las concubinas han realizado el papel de la ramera, pero lo hacen por dinero. Pero en muchos palacios existen las concubinas del rey, para que pueda satisfacerse si la esposa no le da el placer que el rey desea.

Escuchar que otra mujer pueda vivir en un palacio hace que me enoje.

— ¿Solo los reyes pueden?

— ¡Claro que no, los emperadores, príncipes, reyes, Márquez, duques y...!

— ¿También ellos, no solo los reyes?

Sé que son los celos, pero no entiendo por qué los estoy sintiendo.

— Si duquesa, todos los hombres de la alta sociedad pueden, pero... Eso no es todo, ninguna concubina puede ser mejor o más alta que la esposa, la esposa es la que siempre llevara la Corona y ellas las sobras.

Ahora si no quiero que Ciro tenga concubinas, oh más bien no quiero ver a Mary en el palacio, por qué si es así... Ella podría ser una concubina. No sé por qué estoy tan enojada.

— ¿Cómo se eliminan a las concubinas?

Ella comienza a reírse.

— No se puede si el hombre exige tener una, ellos tienen el poder, pero... Solo si sabe meterse la esposa en la cama y entrar en la cabeza del hombre, logrará que las concubinas desaparezcan.

Estoy más molesta que nunca, pero luego recuerdo que en siete meses este matrimonio terminará, no sé por qué me siento triste... ¿A caso es por qué me gusta el duque?

— ¡Oh comprendo! Hay muchas cosas que deseara preguntar, tengo muchas dudas, podría... ¿Podría usted enseñarme?

— ¿Duquesa, es posible que usted aún no haya consumado su matrimonio?

La vergüenza me invade, ya que recuerdo las imágenes.

— Aún no, pero es por sus viajes y... También por qué ha tenido mucho trabajo.

— Comprendo, pero debería de seducirlo alteza, por qué después es por eso que las concubinas ingresan al palacio.

El enojo empeora.

— ¿Como podría seducirlo?

— Use más descotes, resalte sus senos cuando esté en presencia de él, sonría con coquetería, tóquelo, es su esposo y al sentir su tacto caerá, el duque como todo hombre tiene su parte débil, él puede ser amargado y enojado, por qué todo el palacio le tiene miedo, pero al estar bajo su seducción caerá, usted es hermosa use toda esa belleza a su favor.

— Muchas gracias por sus consejos, tengo tantas preguntas, dudas.

— Es por eso que se realizan las charlas prematrimoniales, para así también darle consejos de recámara a las doncellas.

— Me hubiera gustado recibirlas, podría ayudarme usted con las charlas.

— Duquesa estoy para servirle, no me negaré a su petición.

— ¡Muchas gracias!

Somos interrumpidas por un fuerte ruido que se escucha en el segundo nivel.

— Válgame Dios, ya es muy tarde su alteza, seguro me llamarán la atención por no estar sirviendo el almuerzo.

— Estabas conmigo, nadie puede decirte nada.

— Gracias su majestad.

Me dirijo a mi alcoba y no sé por qué me siento tan molesta, recuerdo las imágenes y... ¿Es posible que todo eso hizo el duque con Mary?

Respiro agitada, tomo mis libros de cuentos de hadas y los lanzo, todo era mentira, no existen los príncipes azules.

Estoy...estoy celosa.