Sombras Del Amor

Punto de vista de Elena

Estaba emocionada, llena de ilusiones y esperanza, por fin volvería a ver a mi hijo creciendo dentro de mí; tendría mi control prenatal y Leonardo estaría a mi lado.

Estaba en el apartamento de Lucía esperando a que el padre de mi hijo llegara por mí, de los nervios que tenía no dejaba de morder mis uñas. Escuche que llamaban a la puerta, corrí a abrirla pensando que era Leonardo, pero mi sorpresa fue que quien estaba ahí frente a mi era Andrew. "¿Qué haces aquí?", pregunté asombrada.

Andrew miro fijamente mi vientre y en su rostro se dibujó una mueca de desprecio y decepción. "Entonces es cierto, estás embarazada... ¿quién es el padre de ese niño que esperas?", pregunto haciéndose el ofendido.

"Eso no es tu problema, así que te pido por favor te vayas", indique con firmeza.

Hizo silencio por unos segundos, pero no se movía de lugar, me estaba empezando a poner más nerviosa de lo que ya estaba. "Eres una perdida, me hiciste un show cuando me encontraste con Amanda, pero tu estabas en lo mismo".

"Vete de mi casa, no tienes nada que hacer aquí, lo nuestro acabo y así como tu hiciste yo también tango derecho de rehacer mi vida", respondi con calma tratando de mantener la calma.

Andrew levantó la mano para golpearme, cerré los ojos protegiendo mi vientre con ambas manos y esperando un golpe que nunca llego. Abri los ojos lentamente asustada y con un nudo en el estómago, el cual se desvaneció rápidamente cuando vi a Leonardo sujetando la mano de Andrew. "¿Qué crees que haces?", la firmeza en la voz de Leonardo hacia que cualquiera temblará de miedo.

"Señor Villalobos, ¿que hace usted aquí?", el panico se hizo presente en Andrew que hace solo pocos minutos miraba con altivez y despotismo.

Leonardo empujó a Andrew lanzandolo por los aires hasta que aterrido sentado en el piso, "¿te hizo daño?", preguntó cambiando su voz fría por una más suave.

"Gracias a ti estoy bien", dije aun asustada.

Leonardo volteó a ver de nuevo a mi ex mostrando una mirada oscura que calaba hasta los huesos. "No te quiero volver a ver cerca de mi mujer, si se te ocurre al menos respirar en la misma habitación donde ella este sabrás lo que es el infierno en carne viva".

Andrew se levanto del suelo y se fue sin decir nada más, era la primera vez que lo veía tan sumiso. "¿Que se cree ese tipo?", pregunto Leonardo notoriamente molesto.

No me pude quedar callada ante la actitud de Leonardo, entendía que estaba molesto, pero no era razón suficiente para hablarme así. "Primero bajas el tono, no te voy a permitir que me hables así, si quieres pasas, te sientas y te calmas", dije con firmeza.

Leonardo se veía furioso el negro de sus ojos se veía más intensos que nunca, pero había algo en mi voz que lo hizo detenerse. Respiró hondo, y aunque su expresión seguía siendo dura, su postura se relajó un poco. "Lo siento, Elena. Solo no puedo soportar la idea de que ese tipo se acerque a ti."

Lo miré a los ojos, tratando de transmitirle que estaba bien, que no había nada de qué preocuparse. "No me hizo daño, Leonardo. Solo estaba aquí para hacerme sentir mal, pero tú llegaste justo a tiempo."

"Eso no importa", respondió él, su voz aún cargada de tensión. "Lo importante es que estás bien y que nadie tiene derecho a hacerte sentir así."

Asentí, sintiendo una mezcla de gratitud y algo más que no sabia como explicar hacia él. Era un momento tan vulnerable, pero también tan lleno de promesas. "Gracias por estar aquí," le dije sinceramente. "Significa mucho para mí."

Leonardo se acercó un poco más, su mirada suavizándose al ver mi vientre. "Voy a protegerte a ti y a nuestro hijo, pase lo que pase." Sus palabras resonaron en mi corazón como un juramento.

En ese instante, sentí una oleada de esperanza y alegría. A pesar de los desafíos y los fantasmas del pasado, sabía que juntos podríamos enfrentar cualquier cosa. "Sí, juntos," respondí con una sonrisa.

Mientras la tensión comenzaba a desvanecerse entre nosotros, me di cuenta de que ese nuevo sentí puede ser una fuerza poderosa para sanar viejas heridas y construir un futuro mejor. Estaba lista para este nuevo capítulo en mi vida y sabía que con Leonardo a mi lado, todo sería más fácil.

"Ahora, vamos a nuestra cita prenatal," dije con un tono más ligero. "No quiero perderme ni un momento de este viaje."

Leonardo sonrió por primera vez desde que entró en la habitación. "Tienes razón. Vamos." Y así, tomados de la mano, salimos juntos del apartamento de Lucía hacia un futuro lleno de posibilidades.

Salimos a la clínica donde el vería por primera vez a nuestro hijo. La tensión que vivimos hace unos momentos se disipó cuando en la pantalla se mostró a nuestro bebé, escuchar su corazón nos lleno de una gran alegría. Supe que Leonardo estaba emocionado cuando sus fríos ojos negros se llenaron de lágrimas. Por mi lado pude sentir una gran emoción al ver al mi pequeño, nunca antes había sentido tanta dicha, era como si ese pequeño ser que crecía dentro de mi me diera nuevas fuerzas para seguir adelante y lograr mis metas, el era esa fuerza que necesitaba para saber que soy capaz de muchas cosas.

"Todo esta bien con el bebé, se esta desarrollando satisfactoriamente. Ahora solo queda seguir cuidándose y timando sus vitaminas y por sobre todo alimentarse sanamente", la doctora nos explicó detenidamente sacándome de mis pensamientos.

Leonardo tomo mi mano, nuestras miradas se conectaron compartiendo una sonrisa cómplice, este era el inicio de algo nuevo, solo esperaba que el fuera lo suficientemente fuerte para luchar conmigo en contra de todo lo que se nos viene.