Años después de ser vendido a piratas por su mejor amigo, y que el padre este se case con Catalina, su prometida, Raúl regresa al río de la plata en busca de venganza y se reencuentra con su hermana, Esperanza, quien con su adorable carácter tratará por todos los medios que no efectúe su cometido, aunque todo plan de venganza puede caer al reencontrarse con Margarita, la hermana rebelde de su ex prometida.
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capitulo 14: "El VIAJERO"
El hombre italiano entró a su cuarto en la posada, parecía algo distraído.
-Buenas noches, caballero.- dijo Raúl, apoyado en el respaldo de la cama. Benicio Rossini no le podía ver la cara porque la tenía cubierta.
El italiano se movió hacia un mueble, pero paro sus pasos de golpe.
-¿Buscáis esto?- pregunto Raúl con un espada y un arma en las manos.
El señor Rossini dio unos pasos hacia él, pero un farol se iluminó y allí se encontraba Esperanza, en el otro lado del cuarto, con el rostro cubierto, sentada en la mesa con un pie sobre una silla, apuntándole con un arma.
-La dama, aquí presente, tiene la habilidad de atravesar a un hombre a 1 kilómetro de distancia. Imagínense lo que es capas de hacer en este pequeño espacio.- comento Raúl.
-¡Usted! ¿Quién sois?- pregunto el italiano.
-No importa eso, lo único...- estaba respondiendo él, cuando el hombre se movió hacia la puerta, pero Esperanza tomo una daga que había sobre la mesa y en un ágil movimiento se la lanzo, clavándola en la puerta, justo delante de sus ojos -Al parecer, no creyó en mí palabra.- continuo.
-¿Qué es lo que pretendéis de mí?- pregunto el hombre.
-Eso es lo que estaba explicando antes.- respondió Raúl en tono divertido -Usted tiene algo en su poder, una nota, que generosamente, entregará en mis manos.-
-No entiendo de que habláis...- se excusó Benicio.
-Claro que sí.- dijo Raúl y suspiro -Esto puede ser rápido y nadie sufrirá daño o...- el italiano solo lo miraba -No, no creo que tenga otra opción... Colabore, por favor.-
-No sabe en lo que se está metiendo.-
— Que amable... No sé preocupé por eso.- dijo irónico él.
Rossini dio unos pasos hacia la mesita junto a la cama, el movimiento alerto a Esperanza.
-Ey, no.- dijo apuntando más firme.
-Está en el libro, sobre la mesa.- explico el hombre.
Raúl asintió con la cabeza y ella lo dejo caminar.
-No está tan oculto.- comento él.
-El mejor escondite, a la vista de todos.- respondió él viajero -¿Quién podría pensar que está allí?-
-Oh, buen punto.- acotó Raúl -Gracias.- continuo tomando la nota. luego salieron de allí junto a Esperanza.
Ya estaban en el despacho, Raúl leyó la nota en voz baja.
-¿Que dice?- se impaciento Henry.
-Planean robar a la corona.- respondió Raúl extrañado -un cargamento que viene desde las antiguas indias, al parecer.-
-Oh, ¿Y a quien está dirigido?- pregunto Esperanza.
-No lo sé, solo dice eso. No habla de dónde, cuando, no hay coordenadas siquiera.-
-¿tal vez Piratas?, estos hombres se manejan con ellos.- opino Henry.
-¿Pero no están extintos ya?- pregunto Esperanza confundida.
-No todos, algunos se ocultaron o camuflan sus negocios turbios, otros, cambiaron de nombre y profesión... cómo los nuestros, por ejemplo.- explico su hermano -Ya no sé dedican a lo ilegal.-
-Ah, que interesante.- acotó ella pensativa.
-¿Creéis que sea Varón Black?- continuo Henry con el tema.
Ambos hombres se miraron extrañados.
-No sé, hace tiempo que no tengo noticias de él, creí que tal vez había sido capturado.- respondió Raúl, tratando de concentrarse y no prestar atención a la rareza de su hermana.
-Quizás él también piense lo mismo de ti.- dijo Henry.
-Que extraño ese... Nombre.- comento Esperanza totalmente desconectada del resto.
-Es su nombre de pirata.- respondió Raúl.
-¿Nombre de pirata? ¿Y el vuestro cuál era?-
-Bueno... No tenía. Luego del capitán Román me dedique a buscar el tesoro y a regresar a aquí.- explico él -¿Estáis bien, Esperanza?-
-Pero capitán Raúl no es un lindo nombre.- comento ella.
-Solo era "Capitán”.- dijo Raúl sin saber que más decirle, su hermana mostraba un comportamiento extremadamente interesado -¿Qué sucede contigo?- susurro.
-Nada.- respondió Esperanza -Es que me gusta esto.-
Ambos se quedaron mirándola y luego entre ellos ¿En quién habían convertido a esa joven?
Un día más tarde, Esperanza estaba parada junto a la biblioteca, con la nariz sumergida en un libro.
-¿Me preguntó que estarás leyendo con tanto interés?- pregunto Henry con su característico asentí inglés, a lo cual ella se sobresaltó.
-¡Me habéis asustado!- exclamó.
-Lo siento.- dijo él mientras se acercaba sonriendo -Llevo un gran momento parado allí, viéndola.-
-Estaba buscando un libro que hable sobre piratas, pero no he hallado. En su lugar, encontré uno que habla sobre... ¿Vikingos? Y apenas los menciona.- estaba diciendo, cuando se dio cuenta de que él se había acercado mucho y se puso nerviosa -¿Raúl en donde está?-
-Está jugando con Diego y su barco en el estanque.- respondió Henry, mientras corría un mechón de cabello castaño de su frente.
-¿Ha venido Margarita?- pregunto muy nerviosa ya.
-No, lo ha traído una... ¿Niñera es?- respondió él.
-Oh, sí.- quería seguir hablando, pero Henry la beso muy tiernamente, a lo cual ella no pudo evitar responder, sentía una gran debilidad por ese joven. Pero de repente, lo apartó por un segundo -¿Habéis notado cómo cambia la actitud de Raúl ante la presencia de Diego?-
-No lo sé... Tal vez.- respondió Henry con dudas y se inclinó para besarla nuevamente.
-Puede que abandone al fin esa idea de venganza, gracias al niño.- lo interrumpió ella con el notable don de arruinar momentos románticos y él sonrió.
-Yo... No lo creo.- respondió Henry divagando un poco.
-Pero...- quiso continuar diciendo.
-Esperanza... No lo sé.- lo interrumpió él en tono firme -¿Podemos dejar de hablar de vuestro hermano?- y ella sonrió apenada.
Henry aprovechó ese momento de silencio y volvió a besarla ¡Al fin!
Raúl entró al despacho, justo en ese preciso momento. No pudo controlar la ira al ver a su amigo besar a su hermana. Se fue hacia el muchacho furioso, lo tomo de la chaqueta y lo empujó contra la biblioteca.
-¡HE DICHO QUE CON MI HERMANA NO, HENRY!- grito. Esperanza se exaltó y trato de separarlos.
-¡No es lo que creéis!- trato de decir Henry.
-¡¿NO LO ES? ¿DE VERAS?!- grito Raúl cada vez más enfadado.
-¡RAÚL, BASTA POR FAVOR!- imploraba Esperanza.
-¡I LOVE HER!- grito en un momento Henry.
Esperanza no había entendido lo que dijo, pero la tensión de Raúl seso.
-La amo de verdad, amigo mío.- volvió a decir el chico y Raúl lo soltó. Esperanza abrió grandes sus ojos cafés -Te amo, Esperanza, de veras, te amo.- declaró Henry a ella está vez.
-Yo también te amo Henry.- respondió ella viéndolo embobada -Desde el momento en que te vi.-
-Sería un honor para mí si decidieras ser mí esposa.- propuso él a riesgo de ser asesinado por su amigo.
Ella solo lo miraba con su respiración acelerada, se arrojó a sus brazos con los ojos empapados de emoción, ignorando por completo la tercera persona presente en el lugar.
-¡Claro que sí!- respondió.
Raúl solo los observaba sin decir nada, no sabía bien como reaccionar ¿Sería posible que el carácter mujeriego y reacio al compromiso de su amigo se haya extinguido gracias al dulce y pasible carácter de su hermana?
Luego pensó que de otra manera a Henry no se le hubiese cruzado la idea siquiera. Se acercó y los abrazo, demostrando que la relación ya había sido aprobada por él.
-Bueno... pronto habrá otra boda, al parecer.- dijo rascando su cabeza, a continuación, esbozo una sonrisa.