Esta es la historia de Elena y Aarón.
Ambos ya enfrentan una dura situación, en donde una hija y su amor serán los motivos por los que ellos pelearan.
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Harta.
Son las 5:00 PM, hace una hora salí de la casa de los padres de Aarón, ahora estoy afuera de la escuela de Ella con una caja que guarda un peluche dentro.
Miro a todos lados para ver si estoy siendo seguida por uno de los hombres de James, pero no veo a nadie extraño. Los niños ya están saliendo y son entregados a sus padres en la puerta.
A una distancia prudente, veo como Aarón sale su auto y con una alegría que me enternece veo como extiende sus manos hacia nuestra hija y ella corre hacia él, la abraza, la besa... Como me gustaría estar recibiendo ese mismo afecto de ellos.
Él la deja en el suelo y antes de que aborden el auto, ella me mira y me reconoce.
- ¡Elena! ~grita señalándome y corre hacia mí~
Me pongo de cuclillas a su altura y la abrazo. Quiero llorar. Ella me ve como una amiga, pero es este momento prefiero que me vea así a como una extraña.
- Hola, pequeña ~acaricio su pelo~ ¿Cómo estás?
- Bien ~dice con una sonrisa y mira la caja en mi mano~
- He traído algo para ti ~le doy la caja y ella salta~
Me pongo de pie cuando Aarón llega a nosotros, ya lo veía venir, su mirada me está matando.
- ¡Papi, mila! ~se ve muy feliz~
- Creí haberte dicho que no podías hablar con extraños, Ella ~le dice y a mí se me parte el corazón~
- Sí, pelo Elena es buena conmigo, me gusta ~le responde y me sonríe~
Estoy a punto de decir algo, cuando Ella le entrega la caja, o más bien se la tira, y salta emocionada.
- ¡Mami! ~grita y corre hacia una mujer~
¿Mami?, ¿ella la llama "mami"?, ¿le dice "mamá" a esa mujer? La mujer la alza en sus brazos y la llena de besos, la estruja con un abrazo y mi hija... Mi hija ríe y la abraza de vuelta.
Por Dios que me pondré a llorar. Creo que me dará otro ataque de ansiedad.
La mujer se acerca a nosotros mientras habla con mi hija, incluso ignoro la presencia de Aarón frente a mí. Me duele, me lastimé y... Me enoja.
- Hola ~le sonríe y frente a mis ojos, lo besa y él le corresponde~
La mujer me mira con una sonrisa y ni siquiera sé como reaccionar. Quiero gritar, lanzarme contra ella y órdenarle que se suelta a mi hija, que no toque a Aarón.
¿Por qué lo mira así?, ¿por qué le sonríe de esa forma?, ¿por qué mi hija la llama "mami"? Pienso en la mirada que cruzaron sus padres cuando les dije que lo quería de vuelta, ya lo entiendo... Él ya tiene a una nueva persona.
- Hola, soy Kristen ~me extiende la mano y yo la miro atentamente~
Miro su mano extendida como su fuese mentira, es que probablemente no quiero creerlo. Sé que estoy casada y que he compartido la cama con mi esposo, pero no es por gusto, no es porque yo quiera. Incluso lo pienso a él cuando estoy en la intimidad.
Reacciono y estrecho su mano quitando mi lentes oscuros con mi mano libre. Nuestros ojos se encuentran y por un momento ella parece sorprendida, lo mira y luego su sonrisa vuelve a aparecer, disimula muy bien su sorpresa.
- Elena ~le digo~
Cuando escucha mi nombre parece que se pone pálida y un incomodo silencio se posa entre nosotros.
- Mami, ella me compla muñecas ~habla Ella~
Joder... Voy a llorar, voy a llorar...
- Eso es... Genial, ¿le diste las gracias? ~le dice ella~
- No ~me mira y me sonríe~ Muchas glacias ~estira sus labiesitos y reacciono rápidamente poniendo mi mejilla~
- Regresaré al auto ~dice~ Esperemos a papi en el auto mientras habla con su amiga, ¿sí?
Mi hija asiente, se despide de mi con la mano y la llamada Kristen toma la caja del peluche yendo al auto con mi hija en sus brazos.
Miro a Aarón y por un momento puedo jurar que me mira con lástima. Estoy comenzando a odiarlo.
- ¿Le dijiste que su madre está muerta? ~le digo~
- Ni siquiera le he hablado de su madre ~aprieto mis lentes con rabia~ Creí haberte dicho que tienes una orden de restricción.
- No ~digo molesta~ Me limpio el culo con tu puta orden ~me acerco a él~ Puedo entender que estés molesto y resentido conmigo, si no quieres escuchar lo que tengo por decir, lo entiendo, pero quieras o no; Ella es ¡mi hija! Yo fui la que sufrió trayéndola a la vida y ni tú ni nadie me van a prohibir verla. ¿Quieres llevar esto a lo legal?, pues bien. Estoy muy segura que al igual que yo, tú no quieres hacer pasar por esto a Ella, así que más te vale quitar esa maldita orden porque aunque te duela, soy y seguiré siendo su madre.
Él aprieta la mandíbula y como me duele estar teniendo este tipo de enfrentamiento con él, pero ya no voy a amedrentarme, estoy harta de sentirme así. Quizá se me hará más difícil recuperarlo a él, pero no a mi hija.
- Eres una...
- ¿Qué? ~lo corto~ Puedes insultar mi moral y todo lo que quieras, pero la única que sabe lo que he estado viviendo, como la he estado pasando todos estos años, soy yo ~mis ojos se cristalizan~ Vendré a ver a mi hija cada que pueda porque quiero, es mi derecho.
- ¿Cada que puedas? ~dice con burla~ Parece que tu padre y tu esposo no dejan de ser más importante que "nuestra hija" ~las manos me tiemblan~ Ella no está para tener una madre por horas y que luego huya a un hogar en donde ella ni siquiera es bienvenida. ¿Esto es lo que quieres darle?, ¿para esto me peleas? No seas estúpida, que incluso si yo no hiciera nada, la que nunca está, la que nunca va a estar presente en su vida por decisión eres tú.
- ¡¿Por decisión?! ~le grito~
Miro a todos lados y trato de calmarme porque lo que menos quiero es hacer un escándalo, y no por mi nombre y reputación, sino por ellos. No quiero que sepan que estoy discutiendo con el padre de mi hija con el que no debería estar hablando por protegerlos.
- ¿Crees que eres el que más ha sufrido aquí? ~le digo con rabia~ ¿Quién te dijo a ti que puedes venir a minimizar mi dolor?, y menos cuando no sabes una puta mierda de lo que estoy viviendo. ¿Quién te dijo que a ti te dolió más criarla sola, que lo que me dolió a mí dejarla ir? Soy yo a la que se la carcome el dolor de ver como mi hija llama "mami" a otra mujer, ¡cuándo yo me la he pasado viéndola a lo lejos durante tres malditos años! ~mis lágrimas se hacen presentes~ ¿Acaso entiendes el dolor de una madre al ser separada de lo más preciado que tiene?, ¿acaso has vivido lo que yo en todo este tiempo? Aarón... ¿Tú vives conmigo para asegurar que yo estoy viviendo una vida perfecta?
No me responde, hasta parece contrariado.
- Me duele estar así contigo, Aron, yo te... ~cierro los ojos~ Tú no sabes... No lo sabés..., y aunque puedo entender que me odies, no voy a aceptar que me alejes de mi hija y menos ahora que estoy dispuesta a luchar para recuperarla.
Respiro hondo, me pongo nuevamente mis lentes oscuros y me doy media vuelta caminando hacia mi auto. Lo amo, pero si tenemos que empezar una lucha por Ella, pues le voy a dar pelea. Estoy harta de dejar que pasen por encima de mí, harta de dejar que me ganen.