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DINASTÍA: Reinas Perdidas.

DINASTÍA: Reinas Perdidas.

Status: En proceso
Genre:Venganza / Época / Superpoder / Reencuentro / Secretos de la alta sociedad / Batalla por el trono
Popularitas:2.3k
Nilai: 5
nombre de autor: KeliindA RojanO C.

Hace dieciocho años, el reino de Eldoria fue consumido por la traición y la guerra. En medio del caos, mientras el Rey Gustavo luchaba una batalla perdida contra su ambiciosa hermanastra, la Reina Roxana se vio obligada a huir. Con el corazón roto y un adiós desgarrador a su amado, confió el futuro de su linaje a tres pequeñas vidas: sus hijas trillizas, recién nacidas y destinadas a heredar el trono.

Hoy, esas princesas viven una existencia humilde y oculta bajo los nombres de Nyx, Ignis y Luna. Tras la reciente pérdida de su madre, estas jóvenes campesinas se enfrentan solas a la dureza de la vida, sin saber que la sangre real corre por sus venas ni que cada una posee un don mágico latente: el control de las Sombras, el Fuego y la luz, respectivamente.

Pero el destino tiene otros planes. La llegada de un misterioso anciano, portador de secretos ancestrales y verdades olvidadas, irrumpirá en sus vidas, desvelando la usurpación de su reino y profecías...

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El vuelo de las estrellas fugaces

El aire de la cabaña se había vuelto denso con la urgencia y el miedo. Las trillizas se movían con una prisa febril, sus manos estaban temblorosas mientras recogían lo poco que podían llevar. Luna, con lágrimas silenciosas, abrazó su oso de peluche favorito, un regalo de su madre, mientras Ignis se aseguraba de tener su cuchillo de caza y una cantimplora llena de agua. Nyx, la más práctica, metió un pequeño diario y una pluma, sintiendo una necesidad instintiva de documentar lo que estaba sucediendo.

Kaelen observaba, sus ojos sabios están escudriñando cada movimiento, cada emoción. Había visto esta escena muchas veces a lo largo de los siglos: el momento en que la inocencia se rompía y la realidad se imponía con su cruel verdad.

—¿Están listas?— preguntó Kaelen, en un susurro que apenas rompía el tenso silencio.

Las tres asintieron, con sus rostros pálidos bajo la luz tenue de la lámpara de aceite. El aullido se escuchó de nuevo, esta vez tan cerca que hizo vibrar los cristales de la ventana. Era un sonido gutural, inhumano, cargado de una maldad palpable.

—Bien. Síganme de cerca y no hagan ruido. El bosque es nuestro amigo esta noche, pero también esconde peligros— instruyó Kaelen, abriendo la puerta principal con cautela.

La oscuridad de la noche las envolvió como un manto pesado. La luna, apenas una astilla plateada, se escondía detrás de nubes densas, ofreciendo poca luz. El aire fresco de la noche picaba sus mejillas, pero el escalofrío que sentían no era solo por el frío.

Kaelen se movía con una agilidad sorprendente para su edad, guiándolas por un sendero apenas visible entre los árboles. Las trillizas lo seguían. Cada crujido de hojas, cada rama que se rompía bajo sus pies, les parecía una amenaza inminente.

—¿Qué era ese sonido?— susurró Luna, aferrándose a la mano de Nyx.

—Uno de los sirvientes de los Sombríos—respondió Kaelen sin voltear. —Criaturas de la oscuridad, sedientas de la magia que corre por sus venas.

Ignis apretó los dientes. La idea de ser "cazadas" como animales le revolvía el estómago, pero también encendía una chispa de desafío en su interior.

Caminaron por lo que parecieron horas. El bosque era un laberinto de sombras y sonidos extraños. De vez en cuando, Kaelen se detenía, escuchando atentamente, y con sus ojos fijos en la oscuridad. En una de esas paradas, un par de ojos rojos brillaron entre los arbustos cercanos.

—¡Agáchense!— siseó Kaelen, empujándolas al suelo con un movimiento rápido.

Las trillizas cayeron al suelo, sus corazones latieron desbocados. Un gruñido bajo resonó, y la silueta de una criatura grande y jorobada se movió entre los árboles, su cabeza estaba girando como si buscara algo. Tenía garras largas y afiladas, y un aura de malevolencia que les heló la sangre.

—Un Sabueso Sombrío— murmuró Kaelen. —Sus sentidos son agudos. No nos ha visto, pero nos ha olido—

La criatura se movió, acercándose peligrosamente. Las trillizas contuvieron la respiración, temiendo que el más mínimo sonido las delatara. Kaelen sacó una pequeña bolsa de su túnica y esparció un polvo brillante en el aire. El polvo se disolvió instantáneamente, dejando un rastro de olor dulce y picante.

El Sabueso Sombrío se detuvo, olfateando el aire con confusión. Su cabeza giró en otra dirección, y con un último gruñido, se alejó, perdiéndose en la oscuridad.

—Eso no lo detendrá por mucho tiempo— dijo Kaelen, poniéndose de pie. —Solo lo confundirá. Debemos darnos prisa—

Reanudaron su marcha, el encuentro con la criatura de la oscuridad quedo grabada a fuego en sus mentes. La realidad de su situación se volvió innegable. Ya no era solo una historia; era una cacería.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, Kaelen se detuvo frente a una pared de roca cubierta de enredaderas. Con un gesto de su mano, las enredaderas se apartaron, revelando una abertura estrecha y oscura.

—Este es el Refugio del Velado— dijo Kaelen. —Un lugar seguro, oculto de los ojos de los Sombríos por siglos. Aquí estarán a salvo... por ahora—

Las trillizas se miraron. La idea de entrar en esa oscuridad era intimidante, pero la alternativa de quedarse en el bosque, a merced de las criaturas que las acechaban, era aún peor.

Nyx fue la primera en entrar, Ignis la siguió, con su mano en el mango de su cuchillo, lista para cualquier cosa. Luna, con los ojos llenos de lágrimas, se aferró a Kaelen por un momento antes de seguir a sus hermanas, y su oso de peluche apretado contra su pecho.

El túnel era frío y húmedo, y el sonido de sus pasos resonaba en la oscuridad. Kaelen cerró la entrada detrás de ellos, y el mundo exterior, con sus peligros y su incertidumbre, quedó sellado.

Adentro, la oscuridad era casi absoluta, solo rota por una débil luz azul que emanaba de cristales incrustados en las paredes. El aire era denso, con olor a tierra húmeda y algo más... algo antiguo, mágico.

—Bienvenidos a su nuevo hogar, princesas de Vesperia— dijo Kaelen, con su voz resonando en el túnel. —Aquí es donde comenzará su verdadero entrenamiento. Aquí es donde descubrirán quiénes son realmente—

Las trillizas se detuvieron, sus ojos se adaptaron lentamente a la penumbra. El túnel se abría a una vasta caverna, iluminada por más de esos extraños cristales azules. Había estantes llenos de pergaminos, mesas con herramientas desconocidas y, en el centro, un altar de piedra con un símbolo grabado que les pareció extrañamente familiar.

Pero lo que más les impactó no fue la caverna en sí, sino la figura que las esperaba allí. Una mujer alta y elegante, con cabello plateado y ojos penetrantes, estaba de pie junto al altar. Llevaba una túnica de seda blanca y una expresión de solemne expectativa.

—Han llegado— dijo la mujer, su voz era como el murmullo del viento entre las hojas. —Las estrellas de Vesperia. Las hemos esperado—

Las trillizas se quedaron sin habla. Su aventura apenas había comenzado, y ya se encontraban en un mundo más allá de su imaginación más salvaje...

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Anonymous
Es una historia fantástica
Anonymous
Espero que actualices pronto, una excelente historia
Kelinda R.C: Hola, gracias por tu apoyo... claro que sí, ya me encuentro editando los siguientes capítulos. 🫶
total 1 replies
ortiz
me encanta, ella es mi personaje favorito 🥰
ortiz
está muy buena. me gusta como inicio 👏
Isabel...
Whau, que emocionante ... me gusta
Albany Garcia
actualice pronto porfavor 🙏🏼
Kelinda R.C: hola, gracias por el apoyo... la novela apenas la cree hoy, me alegra que te guste... estoy creando los siguientes capítulos pero espero que sepas que no los puedo subir todos hoy, tengo otras novelas que actualizar ☺️🫶
total 1 replies
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