Bella

Una semana después, el auditor aún estaba tratando de cotejar datos y encontrar donde se estaba dando la mayor cantidad de fuga de capital, pero no había dado con el problema.

— Te estoy pagando una gran suma de dinero y no puede ser posible que no hayas encontrado nada aún. — dijo Ignacio enojado.

— Lo siento señor Hernández, es que este trabajo está bien hecho, no he podido encontrar el problema. — respondió Federico Carvajal, un hombre de unos cuarenta años que tenía mucha experiencia en auditorías.

— Puras excusas, yo no necesito eso, lo que quiero son respuestas. — Ignacio estaba exasperado, y empezaba a perder la paciencia.

— Ignacio trata de calmarte, el señor Carvajal está haciendo todo lo humanamente posible para conseguir el problema. — acotó Isabella.

— Cariño sé que me quieres ayudar, pero esto es un asunto muy complicado. — respondió Ignacio.

— Y crees que no lo sé, recuerda que yo también soy administradora y entiendo más de lo que piensas. — dijo Isabella molesta.

— No vamos a empezar una discusión y usted señor Carvajal ya puede retirarse.

El hombre salió como una bala de aquella oficina, él no sabía cuál de los dos tenía más mal carácter, si Ignacio que siempre andaba serio o Isabella que se atrevía a enfrentarse a él.

Una vez quedaron solos, Isabella expuso su molestia.

— Te voy a dejar algo en claro Ignacio Hernández, yo no soy una idiota, yo sé también hacer mi trabajo, aquí tienes. — Isabella tomo unos documentos que tenía en su escritorio y se los entrego a Ignacio.

— Qué es esto?. — pregunto Ignacio viendo la carpeta.

— Lo que necesitas y por lo que has pagado mucho dinero. — respondió Isabella con una sonrisa de victoria.

Ignacio empezó a revisar los documentos y entendió de que se trataba, resulta que su falsa prometida había logrado realizar la auditoría, todo estaba en esos documentos, Ignacio vio hoja por hoja y se dio cuenta de que hasta un niño podía leer estos resultados, todo estaba tan bien detallado, los ingresos, los egresos y obviamente en este informe se veía reflejada las perdidas que estaban teniendo por la fuga de capital.

— Cómo lograste hacer esto?, y en qué tiempo?. — pregunto Ignacio consternado.

— Soy bastante capaz Ignacio, este tipo de procedimientos son muy fáciles para mí. — respondío Isabella con sarcasmo.

— Lo siento!. — dijo Ignacio sintiéndose culpable.

— Ya no importa, solo quiero que te quede claro, yo soy autosuficiente y no necesito de un hombre para salir adelante, pero si vamos a estar juntos, aunque sea de mentiras, al menos merezco que confíes en mí. — Aclaró Isabella muy decidida.

— Está bien, Bella no volveré a poner en duda tus capacidades. — respondió apenado Ignacio.

— Bien, ahora que procede?. — pregunto Isabella.

— Llamaré a la policía y que ellos se encarguen del contador, trataré de recuperar lo que ese hombre nos robó. — dijo Ignacio muy serio.

— Ok, eso ya lo tienes que resolver tú, ahora regresaré a mi trabajo.

Isabella salio por unos archivos dejando a Ignacio solo.

Ignacio estaba sentado en su silla giratoria mirando a través del gran ventanal y pensando en lo increíble que era Isabella y en la suerte de tenerla a su lado, mientras que Ignacio estaba perdiendo en sus pensamientos, la puerta de la oficina se abrió de manera sigilosa.

— Regresaste rápido, ven acércate que tengo algo que decirte. — Ignacio estaba confiado de que la que entró fue Isabella.

Ignacio se quedó esperando a que Isabella se acercara a él, pero cuando vio la mujer que tenía enfrente su enojo se hizo presente, en ese momento la puerta de la oficina se vuelve a abrir y fue cuando Ingrid se lanzó sobre Ignacio plasmando un beso en los labios, Isabella vio aquella escena y algo dentro de ella se rompió, Ignacio alejó a Ingrid y sé levando rápido de la silla encontrándose con la mirada perdida de Isabella.

— Lo siento no quise interrumpir. — dijo Isabella dando la vuelta para salir de la oficina.

— Isabella espera!. — grito Ignacio corriendo detrás de ella.

— Bella por favor déjame explicarte. — dijo Ignacio preocupado por la situación.

— Que vas a explicar querido, tienes que ser sincero con esta mujer, todos saben que soy y siempre he sido el amor de tu vida. — respondió Ingrid con seguridad.

— Cállate y vete de mi oficina, en tu vida vuelvas a poner un pie aquí. — grito Ignacio furioso a la pelirroja.

— Y tu Isabella ven acá, tenemos que hablar.

La manera en la que Ignacio le hablo a Ingrid le dejó claro a Isabella que él no quería a esa mujer, que seguramente ella se lanzó encima de él.

— Lo siento cariño, me cegó por un momento los celos. — respondió Isabella más tranquila.

— Eres una estúpida, él no está conmigo solo porque su familia no quiere, pero cuando obtenga lo que quiere de ti, Ignacio regresará a mí. — explico Ingrid.

— Ya deja de denigrante, mejor vete y déjanos que tenemos trabajo que hacer. — respondió Isabella.

Isabella caminó hasta el escritorio de Ignacio y se sentó dándole la espalda a esos dos, ella no quería confrontaciones con nadie, además ella tenía en claro que Ignacio nunca volvería a enamorarse y menos de ella.

Ingrid termino siendo sacada de la empresa por la seguridad de la misma, Ignacio no tenía paciencia con ella, Ignacio también regaño a los de seguridad y a Margaret por permitirle el paso a Ingrid hasta su oficina, en fin el caos había llegado a su fin e Isabella no volvió a tocar el tema.