¿Por Qué Una Emperatriz?

AMARO

No pasa mucho tiempo de que Camila se fue cuando alguien toca a mi puerta, la verdad no estoy de humor para atender a nadie, por lo que decido que sea quien sea le diré que vuelva mañana.

- Adelante – digo y me sorprende cuando la persona que entra es el medico real - ¿Qué hace aquí? – le pregunto inmediatamente, olvidándome por completo de la discusión con mi hermana

- Su majestad sol del imperio – me saluda con una reverencia para después contestar mi pregunta – la razón por la que estoy aquí es por la emperatriz, ella tenía una herida en la palma de la mano, una cortada limpia hecha por un objeto punzocortante, cuando le pregunte como se lo había hecho me dijo que fue tomando una de las espadas de sus escoltas, pero la herida era muy fina como para ser hecha por una espada, pero la emperatriz no parecía dispuesta a hablar más sobre el asunto, así que opte por no seguir indagando, pero antes de irme, me pidió que no le dijera nada a usted mi señor – me termina de decir y yo estoy que no doy crédito

- Hizo bien en informarme, Enzo – llame a unos de los guardias de la puerta y este entro inmediatamente – lleve al médico hasta la salida no sin antes pasar a la oficina del Archiduque Blume para que reciba su pago – le digo y este sale acompañado del medico

Una vez se han ido me levanto y decido ir en busca de mi emperatriz, ella tiene que darme unas cuantas explicaciones, el primer lugar a donde la voy a buscar es a su habitación, ya que con la herida que se hizo no puede trabajar, pero cuál es mi sorpresa al ver que no se encuentra allí, así que decido ir a buscarla a su estudio.

Lo primero que veo al llegar es que los guardias que le asigne están aquí, por lo que pudo asumir que esta vez si la encontré, cuando estos me ven puedo notar como comienzan a ponerse nerviosos, pero la verdad no tengo nada que reprocharles, ellos solo seguían ordenes, es más debo de felicitarlos, cuando los asigne a Danna, les deje en claro que debían serle leales a ella, y puedo ver que lo están llevando a cabo

- Pasare a ver a la emperatriz – les anuncio a lo que ellos solo me hacen una reverencia y me dejan pasar, pero no he abierto la puerta cuando oigo las voces que vienen dentro

- Su majestad debería descansar, está herida, además el medico dijo que no hiciera esfuerzos con la mano y que evitara moverla – oigo que habla la dama de compañía de mi esposa

- Anna, esto es solo una cortadita, voy a estar bien, además solo es escribir aquí y allá, los papeles los cargara Brandon, que para eso está – oigo que le contesta

- Deberías escuchar a tu dama – le digo entrando

- Su majestad – dice su dama mientras hace una reverencia

- Déjanos solos – le ordeno a lo que ella sale

- Así que el doctor si fue a rajar, maldito lameculos – dice ella

- Danna, no te expreses así del médico real, el cumplió con su deber, todo lo relacionado con tu salud es algo de mi incumbencia

- Y ¿Por qué?, no eres mi padre, además ya estoy grandecita para cuidarme sola, sin que me vigiles – le digo

- Pues si ya estas grandecita, actúa como tal – le digo mientras tomo su mano y veo que la herida ha comenzado a sangrar – si no descansas la herida no sanara correctamente y tardara más en hacerlo – le digo

- Está bien, es mi mano, yo sabría si hay algo mal – me dice

- Pues yo no lo creo, y como parece que la niñita no se piensa quedar quieta no me queda más opción que cuidarte – le digo mientras la tomo de la mano sana y la saco de allí

- Hay, suéltame, no necesito que me cuides, y no soy una niñita – me dice mientras hace un puchero de los más adorable, me muero por quitárselo a besos, pero sé que aún es muy pronto.

- Debo objetar en eso, si necesitas que te cuide – le digo y solo la oigo resoplar y no puedo evitar sonreír, sé que se ha resignado

Esta es mi oportunidad para pasar más tiempo juntos, mi trabajo esta adelantado, así que puedo tomarme la tarde libre sin problemas, y sé que los deberes de Danna también van muy bien, por lo que no le afectara perder una tarde.

Cuando decidí ir a verla, pensaba exigirle que me contara que era lo que en realidad había pasado, pero durante el camino lo pensé mejor y me di cuenta que esa táctica no funcionaria, si algo había aprendido es que mi esposa es terca como nadie que haya conocido antes, así que seguramente no me diría nada y solo se acabaría enojando, pero al ver que no estaba en su habitación supuse que no estaba descansando por lo decidí que la haría descansar y tal vez aprovechar el tiempo para empezar a conquistarla.

DANNA

El maldito médico le fue a decir a Amaro sobre mi herida, al principio creí que me interrogaría sobre cómo me la había hecho, pero afortunadamente no fue así, pero lo que sí hizo fue darme un sermón sobre que debo cuidarme, y para empeorar las cosas literalmente se sacó a rastras de la oficina, ya había terminado todo el trabajo pendiente de la emperatriz e incluso había adelantado un poco, así que pensaba trabajar en mis proyectos personales, pero ahora ya no podría hacerlo porque a Amaro se le ocurrió ser mi niñera.

- ¿a dónde me llevas? – le pregunto después de que me haya arrastrado por medio palacio

- A descansar – me dice, pero no agrega nada mas

- Eso ya lo dejo muy claro, pero ¿en dónde exactamente voy a descansar? – le pregunte

- Eso es una sorpresa – me dijo el muy descarado con una sonrisa a lo que yo solo le voltee los ojos.

Sé que no debo cuidar como me expreso ante el emperador, pero la verdad es que a él no le importa, así que por que debería importarme a mi si a él no perece molestarle.