En las calles grises de Londres, Jannia, una joven y ambiciosa empresaria, se encuentra sumida en un abismo de dolor y odio después de ser víctima de un brutal abuso por parte de desconocidos. Con su mundo derrumbado, Jannia jura vengarse de aquellos que la han destruido. Sin embargo, a medida que se adentra en su búsqueda de justicia, se encuentra con un camino inesperado: el amor. ¿Podrá Jannia encontrar la paz y el amor en medio de su sed de venganza, o las sombras de su pasado la consumirán por completo?
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Capítulo 19: Sensaciones y Sorpresas
El sol apenas comenzaba a despuntar en el horizonte, bañando la ciudad con una luz dorada y suave. Jannia salió a correr, como era su costumbre cada mañana. La brisa fresca acariciaba su piel, y el ritmo constante de sus pasos le daba una sensación de libertad. Sin embargo, hoy algo se sentía diferente. Había una inquietud en el aire, una sensación incómoda que no podía identificar. La sensación de que alguien la observaba la hacía mirar constantemente hacia atrás, pero no había nada ni nadie a la vista. Intentó ignorar el malestar y se centró en su respiración y en la cadencia de su carrera.
Mientras tanto, en una elegante sala de conferencias, Yulian estaba en medio de una reunión con Liam. El sonido de las voces y el murmullo de los papeles se vio interrumpido por el timbre del teléfono móvil de Yulian. Se disculpó con Liam y se levantó para contestar. La conversación se llevó a cabo en voz baja, pero la expresión en el rostro de Yulian cambió drásticamente mientras escuchaba al investigador del caso.
—¿Qué es tan importante para que me interrumpas en medio de una reunión importante? —preguntó Yulian, su tono cargado de impaciencia.
—El caso de Jannia ha sido cerrado y archivado —respondió el investigador con un tono grave.
Yulian se quedó paralizado por un momento, asimilando la noticia. La furia se apoderó de él de inmediato. —¿Qué? ¡Eso es imposible! ¡No pueden hacer eso!
—Lo siento, Yulian —dijo el investigador—. Pero las pruebas no eran suficientes, y el caso ha sido archivado.
Yulian apretó los puños, su rostro enrojeciendo de rabia. —Esto es un escándalo. ¡Voy a hacer algo al respecto! No puedes detenerte ahora. Sigue investigando, no te detengas. Espero nuevas noticias la próxima semana. Si no das resultados, buscaré a otro que haga mejor su trabajo.
Colgó el teléfono con un golpe seco y volvió a la sala de conferencias, su frustración evidente. Liam lo miró, curioso y preocupado.
—¿Qué sucede? —preguntó Liam.
Yulian se frotó la frente con desesperación. —El caso de Jannia ha sido archivado.
Liam frunció el ceño, su enfado creciendo. —Esto no puede ser. ¿Cómo es posible que después de todo lo que hemos hecho, el caso se cierre, así como así? Necesitamos encontrar otra manera de resolver esto, La influencia de mi padre no fue suficiente para mantenerlo activo. No puedo creer que todo el esfuerzo haya sido en vano.
Yulian asintió, su mente trabajando a toda velocidad para encontrar una solución. Sabía que debía mantener la calma y seguir luchando, pero la noticia lo había golpeado con fuerza. Los esfuerzos y las promesas parecían desmoronarse ante sus ojos.
Mientras tanto, Jannia había terminado su carrera y se dirigió hacia su casa. La sensación de ser observada aún persistía, pero decidió ignorarla. Era un día en el que necesitaba tomarse un descanso y reflexionar sobre su plan. Había decidido que el día sería para pensar en cómo abordaría la situación y qué pasos tomar a continuación. Al llegar a casa, se dirigió directamente a su habitación, cerrando la puerta con determinación.
Hanna, que había estado esperando ansiosamente el regreso de Jannia, se acercó a la puerta de su cuarto. La preocupación en su rostro era evidente, y sabía que no podía dejar que Jannia se hundiera en la desesperación. Golpeó la puerta con suavidad.
—Jannia, necesito hablar contigo. No puedes seguir adelante con esto. Debemos encontrar otra solución, buscar apoyo...
La voz de Hanna estaba llena de preocupación y súplica. Jannia, desde el interior de la habitación, respondió con firmeza. —No, Hanna. No hay nada que hablar. Ya tomé mi decisión. Hoy voy a descansar y pensar en cómo proceder. Nos vemos a la hora de la comida.
Hanna trató de abrir la puerta, pero Jannia la había cerrado con seguridad. La voz de Jannia era firme, y no había lugar para la negociación. Hanna se quedó allí, con el corazón oprimido y los ojos llenos de lágrimas. Sabía que la situación era grave, pero no podía hacer nada para detener a su hermana.
Con un dolor en el pecho, Hanna se alejó lentamente de la puerta y se dirigió a su propia habitación. Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas mientras se dejaba caer sobre la cama. Recordaba tiempos en los que todo era diferente, antes de que la tragedia y la injusticia se interpusieran en sus vidas. Su hermana, que siempre había sido su compañera y confidente, estaba ahora consumida por una rabia y un dolor que Hanna no podía entender completamente.
Las lágrimas de Hanna fluían libremente, y su mente viajaba hacia el pasado, recordando momentos felices y tranquilos. El contraste entre esos días y la realidad actual era abrumador. La lucha y la desesperación que enfrentaba Jannia estaban tomando un peaje emocional en todos a su alrededor, y Hanna sentía que se le estaba arrebatando a su hermana de una manera dolorosa.
Mientras Hanna lloraba, Jannia en su habitación intentaba calmarse y organizar sus pensamientos. La frustración y la determinación luchaban dentro de ella, cada una empujándola en direcciones opuestas. Sabía que debía ser cuidadosa y estratégica si quería tener éxito en su búsqueda de justicia. El archivo del caso solo la había motivado más, pero también sabía que debía ser inteligente en su enfoque.
Jannia se sentó en el borde de la cama, respirando profundamente mientras trazaba mentalmente los próximos pasos a seguir. Su mente estaba ocupada con planes y estrategias, cada uno más elaborado que el anterior. Sabía que enfrentarse a las sombras que habían influenciado la decisión de archivar el caso sería peligroso, pero estaba decidida a ir hasta el final.
A lo largo del día, Jannia permaneció en su habitación, sumida en sus pensamientos y planes. La sensación de estar observada seguía presente, pero decidió que no permitiría que la distrajera de su objetivo. Su determinación era palpable, y el deseo de hacer justicia por su cuenta se había convertido en una fuerza imparable.
A medida que el día avanzaba, Jannia se preparaba para la comida con Hanna. Sabía que la conversación sería difícil, pero estaba dispuesta a escuchar a su hermana y explicar su punto de vista, aunque no iba a cambiar de opinión. La lucha interna entre su deseo de justicia y el dolor que estaba causando a su familia era una batalla que enfrentaba constantemente, pero estaba decidida a seguir adelante con su misión.
Mientras Hanna continuaba su día en medio del dolor y la preocupación, Jannia se preparaba para enfrentar la siguiente fase de su desafío, con la convicción de que solo ella podía tomar el control de su destino. La jornada prometía ser intensa, pero Jannia estaba lista para enfrentarse a lo que viniera, determinada a hacer justicia a su manera.
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