La Noble Señorita Se Divorcia

Susan ha llegado a una posada muy bonita, aquí el ambiente es diferente, la señora era una noble igual que ella, ha mandado un mensaje a sus amigos y a su hermano.

Ella está tranquila trabajando en la cocina, la señora hace bocadillos que ella no sabe preparar pero intenta ayudarla.

-Susan, eres buena en la cocina, a tus manos le hacen falta practicar, pero pronto serás muy buena.

-Gracias, señora.

-No me digas señora, solo Eliana.

-Sí, está bien.

Eliana sale de la cocina y Aren llega.

-Como está mi señora? Que tanto observas

-Estoy bien, este... Aren no has notado que Eliana se ve rara, se ve casada y un poco cansada.

-Debe ser el trabajo, mi señora quiere ir al pueblo por los vegetales, aquí harán huertos, pero solo para ciertas verduras y especies, lo demás se compra en el pueblo.

-Yo?

-Sí, así no se aburre todo el día aquí en la cocina.

-Si, si quiero ir.

Ellos platican, Eliana los ve de lejos y sabe que Aren no va por casualidad a la cocina, eso le parece muy bien, él tiene derecho a ser feliz.

Aren por su parte efectivamente le gusta Susan, pero sabe que ella es alguien superior a él, él la espera en la salida con la carreta, la ve salir y ella lo saluda a lo lejos con su mano, es bonita y amable, como puede él estar con alguien así.

-Estoy lista.

-Si mi señora vamos.

-Este... podrías decirme solo Susan...

-Cómo? Pero...

-Yo... Sé que lo haces por educación, pero se siente raro, también sé que te has dado cuenta de que no soy solo una mujer sola vagando por ahí, fui una noble así como tu señora, eso ya quedo en él pasado ahora soy Susan solamente.

-Está bien, Susan, así te diré de ahora en adelante.

-Gracias.

Susan no sabe por qué, pero le va contando a Aren algunas cosas de su vida sobre todo de su infancia, él escucha atento y solo ve como sonríe y esos lindos ojos verdes.

-Entonces su hermano está en la academia?

-Sí, él será un barón.

-Vaya, su vida es como la de mi señora, ella dejó la ciudad porque quería una vida nueva, yo soy huérfano, la madre de ella me dio la oportunidad de ser su caballero, estuve en la academia de caballeros.

Susan no le contó de su matrimonio fallido, eso aún no lo contará, al regresar a la posada bajaron las cosas, se llevaron una sorpresa al estar acomodando todo y Eliana se desmayó frente a ellos, el doctor llegó y la reviso, dándoles una noticia muy buena, Eliana está embarazada.

Susan no la juzga ella mejor que nadie sabe que es querer una vida lejos de problemas, con los días pasando ella aprende de los platillos de Eliana, Aren sospechosamente siempre que puede está en la cocina, ella piensa que es por qué tiene que cuidar a Eliana.

Solo un día ella estaba sola en la cocina, a Eliana le dan náuseas con algunos olores y solo indica como preparar los platillos y se va, Aren siempre llega y le ayuda en lo que puede.

-Aren no te preocupes yo puedo.

-Lo se pero me gusta ayudar, además tengo tiempo libre, ya terminé con mi trabajo, la administración no es muy difícil.

-Es bueno que sepas hacerlo

-Si, pero dime te gusta aquí?

-Si, le he escrito a mi hermano, dice que mi madre hizo un escándalo cuando supo que me fui.

-No era mejor ir con ella, vivías sola?

-No, es una larga historia.

-Algún día me contarás?

-Si solo dame tiempo

Y así como Susan dijo el tiempo pasaba, su hermano le mandaba cartas prometiendo que la haría regresar para estar en casa donde pertenece que no se preocupe y viva bien, ella le dice que dónde está es muy bonito, que está a gusto y que la gente es muy amable.

Eliana está por dar a luz y cuando su hijo nace, ella junto con Aren la ayudan, es un niño hermoso que crece y crece, están presentes cuando empieza a gatear, en comer y a dar sus primeros pasos Ella y Aren lo llevan cuando van a comprar ingredientes y vegetales.

-Susan vayan con cuidado.

-Si, no te preocupes este niño coquetea con todas las vendedoras.

-Jaja, Aren cuídalos

-Si mi señora

Así ellos salen, el pequeño Arthur va con ellos, él va mucho con ambos, conforme crece él los llama tíos, Susan se ha dado cuenta de los sentimientos de Aren, le lleva flores, le compra detalles cada vez que salen, en algunas ocasiones salen al festival y van juntos.

-Gracias... Pasa algo? No tienes que acompañarme hasta mi cuarto

-Hee no...

-Estas seguro?

-Si buenas noches.

Susan toma la mano de Aren para que no se vaya, él solo se pone nervioso al sentir su toque.

-Espera... Aren, es en serio?, no dirás nada, mírame a los ojos, salimos juntos, comemos juntos, eres amable conmigo, me cuidas y tu forma de mirarme así de especial, acaso lo he entendido mal.

Aren no sabía que contestar, Susan no le suelta la mano y él entrelaza sus dedos con los suyos, no quiere soltarla, es evidente que tiene sentimientos hacia ella, pero él es un huérfano, un hombre que solo tiene la preparación de un caballero, lleva la administración de la posada, solo es eso, ella es una dama, noble o no fue educada como una noble, aunque ella ahora sea plebeya puede ser capaz de codiciar a alguien así.

-No es eso yo... Soy solo un simple caballero, sin familia y tú...

-Aren, soy una plebeya, con poca fortuna, pero mi único ingreso es mi sueldo en la posada, si me dices que no tienes sentimientos por mí, no volveré a tocar el tema.

Susan se había acercado a su rostro, Aren al ver los ojos verdes de Susan hace que quiera besarla, así que solo pone sus brazos alrededor de su cintura.

-Tengo sentimientos hacia ti, me gustas desde que te conocí, es solo que no me atrevo a verte así, te educaron como una dama, nunca podré darte esa vida.

-Aren, a mí no me importa eso, sabes ha llegado el momento de contarte algo más de mí, de haber querido tendría el título de Marquesa, pero no lo quise, por si me fui de la que una vez fue mi casa, vine aquí para iniciar una vida, sin imaginar que encontraría a alguien especial.

-Como que Marquesa?

El ponía atención a cada gesto de ella, sus labios tenían un ligero maquillaje, ella también lo abrazo, no quería soltarlo, siempre quiso a alguien que la viera con amor y ese es Aren, los detalles que tiene con ella, le demuestran que ella es importante para él.