Desde antes de nacer mi cruel destino estaba escrito, soy Lucía Rivas única hija de María de Rivas, desde que mi mamá supo que vendría al mundo me odio, yo le recordaba su tragedia, yo era el fruto de una violación, debido a eso mi vida siempre ha sido un infierno, pero algún día vengare todo mi sufrimiento y ni siquiera mi madre se salvará del infierno que desatare en la tierra...
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Capitulo XIV Malos entendidos
Cuando Lucia salió del baño ya no encontró a Mauricio en su habitación, se sintió algo decepcionada, pero ella misma había marcado un límite.
Salió con ropa de casa y fue a su estudio a trabajar, dejo que Mauricio pasará tiempo con Diego a solas, Lucia era muy profesional en cuanto a cosas de trabajo se trataba, estaba tan concentrada en lo que estaba haciendo que no se dio cuenta cuando oscureció, la lluvia seguía cayendo como si el cielo estuviera descargando su irá.
La puerta del estudio se abrió mostrando la figura de Mauricio.
— Te traje algo de comer. — Dijo Mauricio colocando la bandeja en una mesita frente a Lucia.
— Gracias!, pero no tengo hambre. Dijo ella sin voltear a ver.
— Ya Diego se durmió. — Dijo Mauricio casual.
— Tan temprano, acaso está enfermo, iré a ver. — Dijo Lucia levantándose de la silla.
— No, él está bien, solo se quedó dormido viendo una película conmigo. — Respondió Mauricio tomando de la mano a Lucia.
— Está bien, comeré algo igual la noche será larga. Lucía se sentó a cenar.
Mauricio se acercó al lugar de trabajo de Lucia y vio algunos bocetos terminados, quedó sorprendido al ver la destreza con la que ella trabajaba, quedó encantado con su trabajo.
— Estos bocetos son geniales!. Dijo él mirando los dibujos.
— Gracias, me gusta mucho diseñar y bueno aquí solo estoy retocando un poco, realmente no estaban tan mal, solo les hacía falta algunos detalles.
— Me gustaría quedarme a ayudarte un poco, no quiero dejarte sola con todo esto. — Dijo Mauricio restándole importancia a su petición.
— No es necesario, yo puedo terminar sola. Lucia sabía que tenerlo cerca era una tentación muy grande.
— Te prometo que no intentaré nada esta noche. — Levantó las manos en son de paz.
— Está bien puedes quedarte, pero dormirás en el sillón. — Dijo Lucia.
Después de terminar la cena Lucia siguió con su trabajo, Mauricio la ayudo con algunos diseños, alrededor de las dos de la madrugada terminaron de trabajar, Lucia se quedó dormida en la mesa de trabajo, entonces Mauricio la llevo en brazos a su habitación y la acostó en la cama, pensó que mejor dormía aquí en la habitación de Lucia pues el sillón se veía incómodo, se quitó la camisa y la correa del pantalón y se acostó al lado de Lucia, ella al sentirlo cerca se acurrucó a su lado y así pasaron el resto de la noche.
El despertador sonó a las seis de la mañana, Lucia al escucharlo se despertó sintiendo un par de brazos rodeando su cintura, se asustó mucho y pego un brinco en la cama.
— Qué estás haciendo aquí?. —Pregunto Lucia confundida.
— El sillón estaba muy incómodo y ni modo que durmiera en el piso. — Respondió Mauricio despreocupado.
— Eres un caso perdido, mejor levántate y vete a tu casa o es que acaso piensas ir con mi camisa a la oficina. La mirada de Lucia se desvió al ancho pecho de Mauricio, definitivamente este hombre estaba mucho mejor que antes, Lucia sintió la necesidad de tocar sus pectorales y así lo hizo.
— Has trabajado mucho en tu cuerpo. — Dijo ella sin pena alguna.
— Así es, puedes tocar todo lo que quieras. — Le dijo él con una sonrisa en su rostro.
— Mejor ve a tu apartamento, nos vemos en la oficina. — Dijo Lucia levantándose rápidamente de la cama.
Mauricio solo sonrió, se despidió de Lucia y una vez se puso su camisa se fue a su apartamento, Lucia se quedó en trance por unos minutos, como quería hacer más que tocar a Mauricio, pero el miedo no la dejaba avanzar.
A las siete de la mañana ya estaba lista para irse a trabajar, primero llevaría a Diego al jardín.
— Diego! apúrate corazón, llegaremos tarde. — Le gritó a su hijo que aún no salía de su habitación.
— Ana trataré de llegar temprano hoy, estoy muy cansada. — Dijo Lucia tomándose una taza de café.
— Imagino que pasar la noche con Mauricio es agotador. — Respondió Ana haciendo que Lucia expulsará el contenido de su boca.
— Qué cosas si es Ana, entre Mauricio y yo no paso nada, anoche solo trabajamos. — Explico Lucia apenada.
— Ja, ja, ja tranquila niña, yo sé solo estaba bromeando. — Ana dejó a Lucia ahí parada y tan roja como un tomate.
Después de dejar a Diego en el colegio, Lucia fue directo a la empresa, saludo a los empleados y subió a presidencia, le pidió a la secretaria que no la anunciará y está simplemente obedeció, ya que Lucia también era jefe en esta empresa, cuando ella abrió la puerta se encontró a Adele y a Mauricio besándose, este al darse cuenta de la presencia de Lucia apartó a Adele y quiso explicarle a su amada lo que estaba pasando.
— No es necesario que me explique nada, aquí están los bocetos, disculpen la interrupción. Lucia se dio la vuelta y camino como toda una dama, en su rostro no había ninguna expresión, llegó a su oficina y continuo con su trabajo como si nada hubiera pasado, ese día Lucía no volvió a salir de su oficina y Mauricio no había ido a darle una explicación, a las cuatro de la tarde Lucia no aguanto más el cansancio y pidió un taxi que la llevara a casa, salió de la empresa y en el camino a casa recibió una llamada, ella sabía bien quién era.
— Hola amiga, eres una ingrata, tuve que venir a este país para verte. — Dijo Saray regañando a su amiga.
— Estás aquí!, es increíble!, dime dónde estás, para ir hasta ti. —Dijo Lucia emocionada.
— Me estoy quedando en casa de unos conocidos, te envío la dirección de donde me encuentro ahora mismo.
Lucia le pidió al chófer del taxi que la llevara a la nueva dirección, estaba tan emocionada de que su amiga estuviera en el país.
Después de quince minutos llego a la dirección que le había enviado Saray, era una cafetería donde servían almuerzos ejecutivos.
Al ver a su amiga Lucia le dio un fuerte abrazo.
— Te extrañé tanto. — Dijo Lucia casi llorando.
— No sabía que me extrañaras tanto que hasta vas a llorar. — Dijo Saray en broma.
Las amigas hablaron por más de dos horas poniéndose al día de los sucesos ocurridos recientemente.
Gracias por tu tiempo y hacernos partícipes de tu imaginación.👍🏼🍀
ahora sale como una loca sola