Teodoro, llega temprano del trabajo, en su mano lleva un hermoso ramo de flores, cuando abrió la puerta de su habitación, vio a su mejor amigo con su esposa en la cama matrimonial en pleno acto.
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XIV. Ilusión es igual a la desilusión.
Teo recorriendo por los pasillos del hospital hasta llegar a la salida/entrada de este, alzó la mirada sus ojos se abrieron en grande al encontrar sé con la espalda ancha buscando a alguien. Esa espalda la reconocería en cualquier parte del mundo y más si la ha estado viendo todos los días de estas últimas semanas desde que empezó a trabajar para él como su asistente.
Esa complexión masculina junto con el tamaño de su altura, llamando la atención de más de unas féminas del lugar. Teo llegó a divisar por un instante la mirada preocupante y de desesperación en su asistente. Algo en su mente hizo clic, y su corazón por alguna extraña razón hizo como una fuerte punzada de decepción al saber que a lo mejor su asistente no lo busca más que por motivos de trabajo que por otro motivo oculto, cuando se sintió ilusionado por un momento su vida volvía a iluminarse aunque sea por unos instantes.
- "Extraño" -pensó sujetándose el pecho con la mano.- algo habrá pasado en la empresa y por eso ha venido a buscarme.- en voz alta, desanimado.
Con un simple movimiento de cabeza de izquierda a derecha quitando aquel pensamiento negativo, para hacer de lado aquella sensación incómoda que se alojó en su alma. No quiere a volver a sentirse tan mal, el hombre tan solo está cumpliendo su deber como empleado y él es solo su jefe así que por ese simple motivo está preocupado, por qué otra razón estaría aquí esperando a por él en el hospital. Respiro profundo y a paso lento, pero seguro se acercó por la espalda, con el dedo índice le tocó varias veces para llamar su atención poniendo una sonrisa neutra.
El hombre más alto que le lleva media cabeza de altura, sintió como alguien le toca la espalda se giró sobre su propio eje con la guardia en alto poniendo una cara de poco amigos, en cuanto vio el rostro de su jefe se relajó en menos de lo que canta un gallo. Se inclinó un poco para encontrarse con la mirada cansada y triste de su jefe. Por un momento unos sentimientos de angustia se alojó en sus pensamientos.
- Jefe, ¿qué le pasó algo?- cuestionó Christopher con preocupación en su voz.- ¿le dijeron que está maldito?- le tomo por los hombros y lo empezó a sacudir como muñeco de trapo.
Con un rostro afligido miro Christopher a su jefe preocupado de que haya recibido terribles noticias sobre su estado de salud. Ya que el pobre tiene que aguantar mucho hasta ahora lo primero vio en primera en persona como es cuerneado por su mejor amigo y la señora de su jefe, encontrando los en la misma cama. Lo segundo es que su futura ex señora se niega a firmar los papeles de divorcio. Y por último lo de ahora el pobre hombre se la pasa recibiendo peores noticias que tan cruel puede ser este mundo para una persona que solo quiere lo mejor de este mundo pensó para sí mismo.
- Estoy bien.- confeso para despreocupar a su asistente de cualquier pensamiento tenga en este preciso momento.- No tengo nada malo.- aseguro con una sonrisa genuina observando de primera mano como el del más alto cambia y da un suspiro de alivio.- "eso fue extraño".- pensó en sus adentros.- Aunque el doc. "me regaño" porque baje un poco de peso, pero lo demás está todo dentro de lo normal.- le explico a su asistente. Sintió como las manos de su asistente le recorren desde sus hombros haciendo un recorrido hasta llegar a la altura de su cintura. Las mejillas se tornaron de un rosa claro apenas perceptible y él no supo como interpretar la acción del más alto.
- El doctor tiene razón.- toqueteando y mano breando a lo largo de la cintura y cadera de su jefe con la vista fija en él. Teo se le pone cada vez más rojas las mejillas y no sabe el porqué olvidándose por completo en donde están.- has perdido algo de peso desde que nos conocimos.- alzó la vista cruzando la mirada con la de su jefe sintiendo como todo a su alrededor desaparecen y ellos son los únicos.
Hasta que reacciono al notar como un montón de pares de miradas se centran sobre ellos y como esas personas lo miran en completo silencio y expectante de lo que va a pasar. Como el rostro de su jefe está distorsionada de un rojo carmesí que le dice todo y nada en la misma brevedad del tiempo. Y del cómo sus cuerpos están casi pegados y a nada de tentar sé y querer saborear los labios de su jefe.
- Soy lo que ustedes se conoce como "su tipo ideal".- cohibido. Ahora fue el turno de Chris de ponerse rojo de la vergüenza y por un instante se olvidó sobre aquella mentira que le dijo el día de su entrevista laboral.- Broma hombre.- sonrió burlón al ver la reacción de su asistente.- Sé que no soy tu tipo y lo prefieres más "femenino".- sugirió irónico. Christopher está por objetar lo dicho por su jefe quiere explicarse que no es cierto que en realidad... Cuando una belleza sin igual de estándares de diosa griega, quedó totalmente cautivado por ella, una enfermera extremadamente sexy.
Se quería morir en ese preciso instante, su lado mujeriego quiere salir a relucir y coquetear a esa hermosa rubia de labios rojos y de ojos miel con cuerpazo de top model, que mala suerte estar a lado de su jefe y que le pase esto. Teo puede ver en los ojos azules de su asistente la desesperación de sacar ese lado suyo ya sabes que detrás de su espalda está llegando una belleza sin igual, tiene una idea de quien puede ser.
Christopher se quedó totalmente extrañado cuando su jefe se giró para saludar a la enfermera coqueta y como ella le sonríe, algo dentro de él le hizo sentir molesto. Y como le da un papelito doblado en cuatro. Que de seguro. Apretó el puño, de seguro tiene anotado el número de teléfono de esa belleza, pero lo que lo cabreo fue el hecho de que la enfermera le dio un beso en la mejilla a su jefe... SU JEFE. "Qué carajo qué acaba de pensar" se sorprendió a sí mismo ante aquel pensamiento.
Su pensamiento terminó cuando la mujer con su voz seductora le dijo a su jefe "llámame" y con eso, dicho la mujer se marchó meneando la cadera "es enfermera puede hacer" se cuestionó así mismo. Vio como su jefe estando incómodo guardo el papelito en su bolsillo delantero del pantalón. Teo se está sintiendo incómodo ante la mirada penetrante de su asistente desde que apareció la belleza no ha dejado de quitarle la mirada encima. Es extraño y divertido al mismo tiempo, a pesar de todo por lo que está pasando es bueno algo con que distraerse de vez en cuando, y una buena distracción.
Sería molestar a su asistente, fuera del trabajo, obvio está, y que mejor manera es con molestarlo con respeto al hecho de que le mintió el primer día que se conocieran eso de que le atraen los hombres es una vil mentira, y la secretaria Rosario fue quien le dijo toda la verdad al respecto a la situación de su asistente. Así que bueno su asistente será como un pequeño desquite.
- Nos vamos la gente nos ve de forma extraña.- dijo caminando de nuevo hacia la salida. Christopher sintió una sensación de extrañeza cuando su jefe se apartó de su agarre, se sintió tan vacío.- Cariño.- termino esa frase con un pequeño guiño.
- Jefe.- desconcertado. Siguiendo sus pasos.