Un Matrimonio Fugaz

"..."

Janice estaba un poco enojada. Bueno, resultó que ningún hombre no codiciaba el dinero. Era ridículo que pensara que se había casado con un buen chico. Sin embargo...

"Bueno, hay algo más atractivo para mí que el dinero”.

Mientras Janice se sentía decepcionada, Christopher dijo de repente. "¿Qué?"

Janice preguntó apresuradamente.

"Te lo diré cuando vuelvas esta noche." La voz profunda y sexy de Christopher llegó a los oídos de Janice a través del teléfono.

Por extraño que parezca, sus palabras parecían bastante normales, pero de alguna manera, se le puso la piel de gallina en todo el cuerpo.

Sin embargo, ¿qué era más atractivo para él que el dinero?

Janice permaneció confundida durante todo el día. Cuando llegó el momento de salir del trabajo, sonó su teléfono. Fue Christopher.

Janice estaba a punto de llamarlo también, así que tomó el teléfono apresuradamente.

"Estoy en la puerta”.

"¿En la puerta?"

Cuando Janice salió, vio a Christopher.

Pensando en sus palabras anteriores por teléfono, Janice se sintió diferente cuando lo vio de nuevo. No podía dejarse engañar por su apariencia inocente.

Debía averiguar qué estaba pensando, de lo contrario, sería un peligro oculto a su alrededor.

Después de pensar un rato, Janice se acercó y preguntó: "¿Cuánto tiempo llevas aquí?" "Acabo de llegar", dijo Christopher.

"Entonces comamos primero”, dijo Janice con actitud tibia mientras abría la puerta del auto.

Christopher frunció el ceño. ¡Se tomó esas palabras en serio!

Se abrochó el cinturón de seguridad y le dijo a Janice que estaba a punto de encender el coche: "Déjame decidir dónde comer”.

Janice hizo una pausa por un momento y asintió con la cabeza.

Veinte minutos después, Christopher guió a Janice a un edificio alto.

Janice miró la gran decoración, temblando de sorpresa. Luego dijo: "Este lugar es demasiado lujoso. Incluso si me vendiera, no podría permitirme una comida allí. Vámonos a otro lugar".

Mientras decía eso, estaba a punto de darle la vuelta al coche.

Christopher la detuvo y dijo: "No te preocupes, no te venderé para comer”.

Parpadeó con sus encantadores ojos. De alguna manera, mirándolo a los ojos, Janice inexplicablemente creyó en él.

"Olvídalo. En el peor de los casos, puedo usar mi tarjeta de crédito", pensó Janice.

Cuando los dos entraron al restaurante, un camarero se acercó para liderar el camino. Pronto, llegaron a una magnífica habitación privada.

Janice se sentó con un escalofrío que le recorría la espalda.

Además, cuando vio los precios, se sintió aún más fría.

"Christopher, será mejor que nos vayamos. En realidad, este no es un lugar que podamos pagar".

Mientras el camarero no les prestaba atención, Janice rápidamente susurró.

Tenía miedo de que los demás se rieran de ella, por lo que bajó la voz deliberadamente. Christopher también bajó la voz.

"No te preocupes. Hoy hay un sorteo".

Janice se burló, "¿Cómo puedes creer en este tipo de cosas? ¿Qué pasa si no podemos ganar el premio?"

"Siempre soy un hombre afortunado, no te preocupes". Christopher le guiñó un ojo.

Haciéndose a un lado y escuchando sus susurros, el camarero trató con todas sus fuerzas de no reír. Esta pareja fue realmente interesante.

"Este caballero acaba de darle a nuestro gerente una Tarjeta Suprema de Oro: la tarjeta de mayor calidad en la industria de los restaurantes en Tomaville", pensó el camarero.

Janice no pudo persuadirlo, por lo que se comprometió. Pero todavía estaba preocupada y en secreto envió un mensaje de WhatsApp a Yvonne, pidiéndole que se preparara para rescatarlos.

"Bueno, ¿qué es exactamente más atractivo para ti que el dinero?"

Después de que terminaron de ordenar, el camarero se fue. Janice volvió a hacerle a Christopher esta importante pregunta.

...